Capitulo 1
El jefe esta celebrando el regreso de su hijo. La madre fallecio hace menos de 2 semanas. Despues de divorciarse del jefe se mudo de la ciudad con su hijo y solo le permitia la comunicación por teléfono.
A pesar de que soy una empleada el jefe, me aprecia como hija. Quiso que todos estuvieramos presente en dicha celebración.
La realidad es que yo no soy amante de ningun ambiente de celebración, todo eso me parece pérdida de tiempo y dinero. Ademas no soporto tener gente cerca, las ridiculeses de algunos me descontrolan y me dan ganas de romperles la nariz de un solo golpe.
Me encontraba limpiando mi nueva adquisición, una Zastava M93 completamente negra, cuando sono el timbre de mi puerta. Seguido empezo a vibrar mi celular. Continue, con toda mi calma, en mi mundo disfrutando como mi mano se deslisa sobre mi nuevo juguete y con mis ojos cerrados memorisaban cada espacio por donde pasaba.
-¡Diabla!- escuche que me llamaban mientras daban fuertes golpes en la puerta. Con mis dientes superiores, mordí mi labio inferior, apunte hacia la puerta de entrada y quise responder con una descarga hacia la puerta, pero no valía la pena desperdiciar un par de balas por el hijo de puta de mierda que siempre anda como si se estuviera cagando. Decidí no abrir la puerta y le conteste el celular. Ya sabía la razón por la cual tocaba mi puerta y llamaba a mi celular. A pesar de estar incomoda, mantengo control y le contesto en un tono de voz de poco interes. - Moncho...- le dije casi susurrando.
-Diabla, te estoy buscando el jefe mando a buscarte. Llego el hijo y tu no estas presente. El quiere que estemos todos. Me pidio que no regresara sin ti, por fa vamos, no me pongas en aprietos- Moncho me rogó.
-Estaba por salir, dame cinco minutos- Le conteste y le colgue antes de que continuara hablando.
Me dirigí al area favorita de mi apartamento, mi cuarto secreto. Me detuve frente del librero, puse en el piso, rescotada la M93 para ponerme en puntillas y alcanzar la lámpara que abre la entrada al cuarto secreto. Empuje y gire a la derecha la lámpara, salio un libro con un teclado númerico donde digitalice la contraseña. Una vez entre la contraseña, la puerta se abrio. Recogí mi juguete, entre y lo puse en su estuche. Me coloque una sobaquera y en ella acomode dos pistolas S&W semiautomaticas. Cogí mi cuchilla de ramba y mis chicles.
Salí de mi lugar favorito y active la alarma. Tome mi chaqueta que estaba sobre la cama, las llaves de la mesa y mi casco.
cuando abrí la puerta, Moncho estaba sentado en el escalon, esperando. Al levantarse hizo movimiento con su mano -vamos, vamos...- dijo hasta que miro mi cara.
-Tranquila Diabla era solo una broma, ¿Te vas sola o con nosotros- dijo con voz temblorosa. La verdad es que más idiota no puede ser.
-Tengo este casco por que prefiero irme en el carro con el puesto, si el que va a conducir eres tu- Me burlo del idiota.
- va a guiar Carliito- contesto. Todavia el idiota no entiende.
-Dejame pasar. tengo que comprar algo antes de llegar a la mansión- Lo empuje aparentemente muy duro, porque llego hasta la pared. Entre al acensor y precione el botón para bajar al primer piso. Moncho y Ezequiel, que lo acompañaba me siguieron al ascensor pero le hice seña para que no entraran. Ya en el estacionamiento, el guardia de seguridad me saludo como siempre con un gesto en la cabeza, le devuelvo el saludo con el mismo gesto y una guiñaita con el ojo izquierdo. Me monte en mi Kawasaki Ninja H2R. La encendi, me coloque mi casco, cerre el zipper de mi chaqueta y arraque en primera, rápido cambie a segunda. En mi mente esta corriendo tantas cosas entre ellas como comportarme frente la gente. No me importa lo que piensan de mi y desde pequeña no barajaba las cartas, si no me gustaba algo rápido le bricaba a cualquiera. El ejercito ayudo a que me saliera de la calle, pero aun así soy antisocial. Prefiero estar sola. No quiero conversaciones vacias ni personas hipocritas, menos gente pendeja.
Pare en el Liquid Store. 2 sanganos que estaban hablando mierda y bebiendo cerveza, dejarón de hablar tan pronto me detuve y me siguierón con la mirada.
- Diablo cuanta belleza mami, tu estas sola-. Se atrevio agarrarme por el antebrazo cuando le pase por el lado. Error grave, porque gire el brazo para agarrarlo a el y halarlo hacia el frente y encontrarlo con los nudillos de mi puño. Solo uno y la sangre no paro. Tenia mis guantes puesto pero aun así senti molestía, voy a necesitar hielo. El otro ayudo a su amigo a levantarse y se atrevio a llamarme loca.
- Loco eres tu, que estas viendo lo que hice con una mano y te atreves a joder conmigo. Ponte bruto que mira lo que tengo para los brutos- Me abrí el chaleco solo para que vieran una, sin sacarla.
Segui mi camino al interior de la tienda. Agarre una caja de un Wisky. Pague y la meti en mi bulto. Afuera quedo derramadas en el piso las dos latas de cerveza de los dos sanganos. Las recogí digustada.
- Estos dos cabrones no les enseñaron hechar la basura en el zafacón.-
Me monte y arranque. Vuelve mi mente al dilema de mucha gente en la fiesta.
No soy muy detallista pero creo que si llevo este presente de bienvenida para el hijo del jefe debe tener mejor presentación por que los demás lo habran hecho. No quiero estar en el peor regalo. -Voy a tener que detenerme para envolverlo-.
Entre en una farmacía y le pedí a una joven empleada ayuda. -Puedes ayudarme- le dije.
-Claro dama, como puede servirle-
Saque del bulto la caja del wisky y la puse en el counter, al frente de ella.
-Envuelve esto bien para un regalo-.
-Claro que si, es para tu novio- Me dijo con una sonriza de picara.
Le conteste con un simple no.
-¿Para tu esposo?- continuo.
-Nada que ver, es para queti-
-Keti-
-si, que te importa-
Saque mi celular que estaba vibrando.
-Hello- le conteste a Moncho.
-Diabla ¿por dónde andas? ¿Llegastes? es que no quiero llegar sin ti por si acaso, sabes como es el jefe.- Dijo Moncho nervioso y gaguiando.
-Tranquilo, estoy cerca, esperame en la entrada estoy ahi en breve- Le dije para tranquilizarlo.
-El chico esta desesperado por verte- dijo la joven. Solo vire mis ojos, esta no pensaba parar. Mire la envoltura que estaba haciendo y la mire a ella. -listo quieres un lazo azul o blanco-dijo mostrandome los dos modelos.
-Ponle cualquiera y dame una tarjeta para pegarle la dedicacion- Le dije mirando la parte de atras donde tenian las tarjetitas que le pegan a las flores y a los regalos.
-¿Cuál deseas?- pregunto, dirigiendose para cojerla.
-Coje cualquiera y escribe la dedicacion- le pedi con firmeza.
-¿Para?- pregunto con el boligrafo en mano y esperando repuesta para escribir el nombre.
- No tiene que escribir mucho solo ponle bienvenido y ya- le dije.
-¿Y el nombre no se lo va escribir?-pregunto con un pequeño gesto de duda o rareza.
-Solo bienvenido-
Pague por el servicio, sali de la farmacia para montarme en mi motora y arrancar a velocidad para no seguir demorandome. Llegue en 7 minutos.
Moncho se estaba fumando un cigarrillo cuando me vio lo piso en el piso y se montó en el asiento de pasajero del carro.
Entre primero que ellos. Los guardias me abrierón sin hacerme esperar mucho. Los muchachos me siguierón en el carro pero, se tuvierón que estacionar casi en la salida.
Estaba lleno de carros, desde la entrada hasta el alredonder de la mansión. Parece que hay más gente de lo esperado. Me baje y asegure el casco a la motora. Espere por Moncho, Carlos y Ezequiel quienes venian casí corriendo.
Cuando llegarón, empece a reirme, la verdad que para ser guarda espalda estaba fuera de forma. Llegarón con la cara roja y solo fuerón como dos minutos que no corrieron rápido. Parecian que estaban "joggiando".
-Ustedes no parecen que estan fuera de forma, más bien parece que nunca han estado en forma-.