A pesar de que Theo y yo somos vecinos, nuestros horarios no siempre coinciden, por lo que no es muy recurrente que nos veamos en los pasillos o en el edificio. Por lo general solía ser él quien aparecía en mi puerta, pero desde que se llevó a Mermelada, no ha venido y, no voy a negar que es un poco extraño, quizás porque en el fondo de mí, sé que espero que lo haga, al menos para recoger al resto de sus gatos. Pensé que horas después de irse, Theo vendría por los dos gatos que no se llevó, pero ya han pasado cuatro días desde eso y él no lo ha hecho, y lo único que sé, es que, en estos días, cuando salgo de mi apartamento, puedo escuchar a Mermelada maullar en la puerta de al frente, como si me pidiera que lo sacara de ahí, lo que me hace suponer que mi vecino no está en casa y me ha hec

