No pude evitar tener una exclamación de dolor ya que precisamente choque con el brazo lastimado.
- ¿Se encuentra bien señorita?, me dijo aquel hombre que aparentemente es médico.
- ¡Auch! No pude evitar quejarme, ¿Usted es médico, yo soy enfermera de este hospital y me lastimé el brazo, no sé si pueda revisarlo por favor?, él abrió los ojos y miró a Ethan.
- Claro sígueme, permiso. Le dijo a Ethan.
Por mi parte no miré hacia atrás, quería salir de ese lugar lo más pronto posible, el dolor no era mi prioridad, era salir y no ver más a Ethan.
- Siéntate me dice el doctor.
Entré a su consultorio y pude notar afiches de animalitos, juguetes y demás cosas infantiles.
- Perdón ¿usted es pediatra?. Él mueve la cabeza afirmando. Lo siento mucho doctor, soy una torpe, pensé que podría revisarme, pero me metí en el área equivocada.
- Ey tranquila soy médico ante todo, siéntate, te puedo revisar, pero me da curiosidad ¿el médico Carter no te revisó? Lo digo porque estabas en su consultorio, me lo pregunta levantando una ceja.
- No, él está muy ocupado. Le digo tratando de evadir su mirada. Me senté y remangué el borde de mi camisa y él se quedó mirándome… ¿sucede algo?.
- Creo que debes desvestir te, tienes un vestido completo, un traje totalmente largo y así va a ser complicado revisarte, y no te preocupes no te haré nada, me guiña el ojo.
- En verdad es necesario doctor, porque no creo que sea conveniente, al menos la parte superior del cuerpo, le digo casi rogándole.
- Si no te sientes segura puedes ir a otro consultorio, tu eres quien decide. Levanta sus manos en símbolo de paz.
- Exhalo profundo, No tengo ningún inconveniente, tragué saliva e ingrese al baño por una bata, era esto o ir donde Ethan, los demás médicos están en urgencias y no van a parar solo por revisar una trabajadora. Sentía repulsión de solo pensar que nuevamente podía sentir las manos de Ethan sobre mi piel, sentía que nuevamente mi pasado me iba a atormentar y podía alejarme de los deberes que tenía en este momento, mi prioridad era el servicio, era la iglesia, no los hombres que no valen la pena.
Me puse la bata y salí, me inquietaba la mirada del médico era tan intensa que me causaba escalofríos, no podía negar que era bien agraciado, pero tenía algo que no podía comprender, me senté en la camilla y él empezó su revisión.
- Okay ¿cuéntame cómo te llamas, y trabajas acá desde hace mucho?
- No doctor, relativamente soy nueva como enfermera en este hospital siempre he sido voluntaria, me postulé para ser Novicia, entonces aquí estoy mostrando mis capacidades. Eso es lo más Importante en mi vida en estos momentos. Y actualmente no sólo ayudó en el ámbito de salud sino también en problemas socioemocionales, los acompañó en los momentos que las personas lo deseen y trató de brindarles una ayuda completa. Me llamo Emma.
- Entonces me dices que eres monja, ¿verdad? Porque de ser así es un total desperdicio.
- No soy monja, estoy en proceso. Lo que más deseo es eso, primeramente tengo que postularme para estar segura eso es un requisito de ellos y yo estoy totalmente segura, pero igual debo acatar sus medidas. Servirle a las personas es lo que me hace más feliz y lo que me llena de fe y alegría.
- Emma, déjame decirte algo sin ofenderte, se tiene mucha fuerza de voluntad para hacer eso, vuelvo y te digo, sin ofenderte y no me malinterpretes pero eres una mujer muy hermosa. Así que es una decisión de valientes,ojalá te arrepientas.
- Trate de omitir sus comentarios, mientras él me revisaba su tacto me hacía eriza la piel, y eso era algo que no podía permitir, no debía sentir. Quizá eran los nervios por ver a ese hombre en esto.
- Bueno tienes un pequeño esguince, pero no es nada grave, déjame decirte que con unos dos días de incapacidad estarás bien, me dice mostrando su perfecta sonrisa.
- No, pero no puedo dejar de mis pacientes tanto tiempo, por favor ayúdeme que sea un solo día y yo me cuidare, él asintió y mientras que me dirigí a vestirme una frase me hizo tambalear “¿ otra cosa, Emma te gustan los niños? su comentario fue como un recordatorio de lo malo que pasó en mi pasado, quedé estática. - Sí claro, respondí con la voz entrecortada. ¡A quién no le gustan los niños!.
- Excelente, qué bueno escucharte decir eso, me encantaría que algún día me ayudarás, me asistirás estando en urgencias, soy Martín White, pero me puedes decir Martín como mis amigos lo hacen, y ya te puedo considerar una, serás la que me salve de todos mis pecados.
- Doctor White, me encantaría poder asistirlo, y yo no soy la encargada de salvarlo eso lo hace usted confiando y teniendo fe, le digo tratando de sonar cortante para que él deje de lanzar comentarios.
- Emma dejame decirte que me encanta tu actitud, y sobre todo fue un placer haber tropezado contigo. Pero no olvides lo de asistir, estarías junto a mi grupo de médicos y ayudarías a muchas personas.
- Gracias y primero debo preguntarle a mi superior para que me dé la autorización para poder trabajar con usted.
- No te preocupes Yo me encargaré de todo. Me vestí y me despedí, pero en lugar de un adiós él hizo un comentario con el que cambié colores, “tienes una piel muy hermosa deberías pensar bien lo de ser monja”, me quedé muda e hice como si no lo escuchara para no hacer el ridículo.
Salí de ese consultorio, no quería ser grosera con él, le lleve mi incapacidad a mi jefe y aproveché para ir al convento. Debo presentarme y entregar el informe dos veces a la semana, así aprovechaba también para hablar con las chicas que estaban internas, eso ayudaba a bajar el nivel de ansiedad de ambas partes, después de dos horas fui para el consultorio de mi mejor amiga Juliana, ella es psicóloga así que aparte de escucharme como amiga me juzga como profesional. Al llegar a su consultorio su secretaria me recibió efusivamente me indicó que debía esperar ya que Juliana estaba en consulta, me senté y empecé a pensar porque Ethan había conseguido trabajo en el mismo hospital que yo estaba, esto no tendría porqué afectar, desde hace mucho tiempo entendí que él me utilizó y yo no fui la culpable de todo lo que pasó, aunque era inevitable recordar lo poca cosa que me sentí estando con él. Me avisaron que podía seguir, entre y abracé a Juliana.
- Hola, Qué sucede que estás acá, porque tengo entendido que deberías estar en tu turno en el hospital, o cambiaste de idea y piensas que deberíamos volarnos y ser unas libertinas.
- Claro que no, le recrimino su comentario. Estaba distraída y choque con una bicicleta, así que en el hospital me enviaron a que el médico de turno me revisara , pero casi me desmayo cuando me doy cuenta que era Ethan Cárter, la persona que me arruinó la vida.
- ¿Qué? No lo puedo creer, cómo es posible que de ser un perdedor, a pesar de su dinero, que sea un médico, y cómo iba a conseguir un puesto en un hospital además lejos de donde vivían y preciso en el que tu trabajas.
- No sé, pero no sé qué hacer, sabes qué es lo peor es que me reconoció y no pude ocultar los nervios que me causa, las inseguridades vuelven y todo lo que me transmite. Fue uno de los que se aprovecho de mi, él arruinó mi vida por culpa de él mi vida cambió, por culpa de él perdí un ser indefenso y la confianza de mi tía y muchas cosas, y la confianza en mí misma no he podido relacionarme con ningún otro hombre. Tú sabes que él me dejó marcada y la poca confianza que gane la perdí nuevamente cuando otro tipo me quiso solo para tener relaciones, sabes muy bien que antes de ser Postulante intente relacionarme con otros hombres, y no podía ni soportar un beso, o caricia, menos que me hablaran de sexo el hecho de recordar que te fuerzan, o que tienes relaciones pero no recuerdas no te hace bien, y no estoy bien por eso.
- No crees que es mejor tratar eso con terapia, en lugar de que hagas eso que quieres de dedicar tu vida a la iglesia, sin tener pareja o familia, me toca el hombro Juliana tratando de tranquilizarme.
- No, no tienes ni la menor idea todas las noches tengo pesadillas recordando cuando perdí el bebé o cuando Mike intentó forzarme para tener relaciones. Las culpas no me dejan, siempre me han dicho que soy la única culpable de lo que me pasó, mi tía lo repite cada vez que puede por eso es mejor no buscar más males a mi cuerpo ni a mi alma y entregarme a mi fe, mis ideales.
- Mira Emma, quiza debas experimentar de otra forma tus relaciones, tu sexualidad para estar más segura antes de presentar el examen.
- No voy a ser una facil, ni voy a estar amaneciendo con uno diferente por aprobar tu teoría, mira he aprendido que el sexo no es para todos, y yo solo una de ellas, es más creo que le tengo fobia a esa palabra, le dije rodando los ojos. Por eso lo mejor es estar sirviendo a los demás y estar lejos de las tentaciones carnales.
- Mira Emma tú no tuviste la culpa de esos sucesos, no pienses que todos los hombres son iguales. Y no quiero discutir contigo, sabes que no estoy de acuerdo que tu tía te meta por los ojos su sueño frustrado y tu lo aceptes por solo tener un pasado.
- Aparte llegó un médico nuevo también y sí, es muy atractivo, pero bueno eso es lo de menos la cuestión es que el tipo me dijo cosas que me alteraron mucho, su mirada me puso muy nerviosa, creo que es mejor alejarme pero además me pidió que trabajará con él y no lo pienso hacer.
- Ah, así que te gustó el fulano Emma, hace mucho no te veía así, y quizá con la presencia del médico sexi empiezas por decisiones por ti misma y no influenciadas por tu tía o a por las personas del convento, a que no me parece sabes que cuentas conmigo para lo que sea que quieras hacer. Si tú no estás segura del siguiente paso que piensas dar, no dudes que te apoyare.
Te agradezco el tiempo, debo de ir donde mi tía a acompañarla está bien, Te amo amiga no te olvides de venir a mi casa mañana en la noche, es el cumple de Zoe.. salí del consultorio de Juliana no podía creer que estaba pasando a mí, había decidido no tener contacto con Ethan y precisó apareció, no quiero, no debo cambiar de parecer sobre mi profesión, sobre mis gustos