Allí estaba mi novia tímida y reservada, de rodillas, chupándome la polla a la vista de mi cámara y de la gente de afuera, como una puta cualquiera. Estaba tan excitado que le tomé un par de fotos más chupándome la polla, y ella no paraba de mirarme a la cámara y no paraba de chupármela.
Después de tomar las fotos, la tapa se deslizó y ella estaba prácticamente arrodillada en topless en el suelo. Al mirar hacia afuera, vi a un par de personas observándonos. Estaba demasiado agachada para que vieran sus tetas, pero no su cara ni lo que le estaba haciendo a mi polla. Ojalá pudieran ver sus tetas, pero solo saber que podían verla chupándome la polla me llevó al límite y ¡me corrí con fuerza!
El primer pegote le llegó a la garganta sin previo aviso y se lo tragó antes de apartar rápidamente
