Valeria se observa en el espejo se siente como cenicienta en su vida diaria ni en el trabajo se viste así, la última vez que se vistió así fue para su matrimonio, el vestido era color champagne de encaje con los hombros escotados
—Hermana esto tiene que quedar para la posteridad, es que tengo que tomarte una foto más, no sé cuándo te volveré a ver así.
—Ya basta por favor, ni que fuera hacer de modelo.
—Ya la subí a i********: y f*******:, tienes ya muchos comentarios, imaginate lo que van a decir los muchachos del cuartel de bomberos y tus compañeros, se van a volver como locos.
—No me digas que lo subiste a las redes, estas loca quien los aguanta cuando me reintegre al trabajo.
—Relajate, pero si estas hermosa que tiene de malo presumir un poco, tendría que verte el desgraciado de Paco para que vea lo que se perdió, qué imbécil lo detesto.
—Por favor, ya olvídalo es el padre de mi hija y ya, no puede hacerme daño, estamos divorciados y cada uno puede hacer lo que quiera con su vida.
—Pero Valeria piensalo, desde que te divorciaste no haces más que trabajar y estar con mi sobrina, ¿realmente estás viviendo?, por lo menos en este viaje date la oportunidad de ser mujer más que madre, hermana e hija.
—De acuerdo, voy a tomar tu consejo e intentar pasarla bien, sé que tienes la intención que me desinhiba, pero si algo me ha enseñado la vida es que no se puede forzar la barra, no podemos dirigir a las personas a hacer las cosas como deseamos, cada quien debe hacer lo que le nace.
—En eso tienes razón, pero también recuerda que nadie es adivino, si no pides exiges o hablas sobre lo que te gusta o no quizá no lleguen a conocerte de verdad.
—Eres mi hermanita menor pero supongo que tienes más experiencia que yo en relaciones así que te voy a escuchar.
Toc.toc. —creo que ya vinieron por mí, así que cuídate mucho hermanita, que disfrutes mucho con el tío intenso.
—Y tu con el galán.
Al abrir la puerta efectivamente es Ricardo quien al verla se queda impactado, desde que la vio por primera vez le ha parecido hermosa pero sin duda, con el maquillaje y el vestido es arrebatadora, destaca todas sus curvas y esa piel bronceada natural, no puede quitarle la vista de encima.
—Estás increíble, muy hermosa, no es que al natural no lo seas, pero luces sexi y glamorosa, soy muy afortunado de que aceptaras esta invitación a cenar—, de repente ve un movimiento atrás de Valeria y reconoce a la chica de la fiesta, —hola supongo que eres su hermana, un placer, prometo traerla temprano y sana y salva.
—Por mí tráela mañana y contenta.
—Solimar por favor.
—Tranquila prometo que así será, feliz noche.
Luego él la toma de la mano y la coloca bajo su brazo, caminan por el pasillo y toman el ascensor, no quiere intimidarla así que aprovecha los espejos del ascensor para tener una imagen de ella de 360° sin que ella se de cuenta, esta deseable, quiere portarse como un caballero pero lo tiene difícil.
Salen al estacionamiento y el como buen galán se dirige con ella a la puerta del copiloto se la abre y la ayuda a entrar antes de ir hasta su lado del auto, —Bien, ¿a dónde vamos?.
—Es un secreto, de hecho te voy a colocar un antifaz con mucho cuidado de no arruinar tu maquillaje para que sea una completa sorpresa.
—Te seré honesta, me da un poco de miedo estar a merced de un desconocido.
—Que bueno que ya nos conocemos y no somos extraños, ya hasta dormimos juntos.
—No me saque eso por favor ,mira que estaba bajo los efectos del alcohol o no se que cosa que me dio mi hermana—, resopla al pensar en eso.
—Pero solo digo por chiste por favor no te mortifiques por eso, pues ¿cómo se conocen las personas?, tiene que haber un voto de confianza.
—En eso tienes razón?
—Igual puedes pasar una vida con una persona y no conocerla totalmente y viceversa.
—Lo he vivido.
—Siempre conocer a alguien es un salto de fe, un riesgo, pero el que no arriesga ni gana ni pierde, dame la oportunidad de al menos por las horas que compartamos, tengas. La confianza que no deseo lastimarte y nunca te mentiré.
—Sabes que no tenias que pagar por el vestido y toda la transformación de hoy, la chica no permitió cancelar nada.
—Así se lo pedí, por lo del vestido y esas cosas no te preocupes solo quería que disfrutaras la experiencia sin preocupación, igual yo te puse en esa posición de realizar esa compras, asi que no quiero que pienses en eso.
—Solo te voy a pedir que por favor no preguntemos detalles de nuestra vida personal, sooo vivamos este instante el ahora
—De acuerdo.
Ella respira hondo ante sus hermosas palabras, es muy dulce, lástima que solo sea cuestión de unas horas para que termine el sueño, pero como tal está dispuesta a vivirlo, —De acuerdo confiare en ti—.
—Me gusta escuchar eso porque estamos llegando al lugar, así que recuerda no tengas miedo.
La ayuda a salir con cuidado caminan un poco y el si previo aviso la tomó en brazos para continuar un poco más del recorrido, no cabe duda que el contacto le preocupa pero también le excita sus manos son fuertes y la sensación de su pecho de alguna manera la reconforta, su cara está cerca de su cuello lo que inunda su olfato con un olor varonil y sensual, es una mezcla que despierta sus sentidos, espuma de afeitar, colonia y su olor corporal.
Se siente un poco indefensa y a la vez protegida, no quería pasar el tiempo comparando relaciones pero la última vez que la habían cargado fue el día de su matrimonio, —Bien ya llegamos, me encantaría mantenerte con los ojos tapados y alimentarte pero creo que sería un exceso.
—¿Por qué con los ojos cerrados?—, pregunta Valeria mientras él le quita el antifaz.
—No te han dicho que tienes una mirada intimidante, de esas que te hacen dudar si lo estas haciendo bien, pues es lo que me hace sentir por momentos tu mirada y a pesar de lo que se pueda pensar que los hombres no tememos a nada, lo cierto es que tampoco nos gusta el rechazo.
Mientras Ricardo habla ella observa el lugar, es toda una belleza aunque parezca un cliché de película romántica, una carpa blanca levantada en medio de la nada, luces pequeñas que adornan el techo, trozos de tela que vuelan con la brisa y de fondo el mar solo iluminado por la luna y el sonido del mar que rompe con las olas que relaja e invita, algunos cojines y flores adornan el lugar, un poco de música de fondo y la cena dispuesta en una mesita crean ese toque especial, le conmueve un poco y a la vez le anima que se haya tomado tantas molestias.
—Todo es muy hermoso.
—No más que tú, por favor permíteme ofrecerte ¿vino quizá? ¿O si deseas otra cosa?.
—Solo un poco, como pudiste comprobar anoche tengo poca tolerancia al alcohol.
—Tampoco mi intención es embriagarte solo que te relajes un poco, para relajarnos ambos de hecho, no sabía qué pedir si eres alérgica a algo por eso hice una apuesta segura a pollo con una buena ensalada.
—Gracias estoy segura que escogiste bien.
—Cenemos entonces, buen apetito.
Cada uno toma un plato de comida, después de un rato, para romper el silencio ahora es Valeria la que habla, —se que te pedí que no habláramos nada de nuestra vida personal pero es inevitable para mi hacerte una pregunta, pues para mi es algo de principios, ¿estás casado?.
—No hermosa no lo estoy, si así fuera no estaría aquí contigo, ¿y tú estás casada?
—No, estoy divorciada.
—Bien, siendo así, ¿puedes bailar conmigo esta canción de Pablo Alborán?.
—Me encantaría.
Se levanta, toma sus manos y las coloca alrededor de su cuello, mientras sus manos rodean su cintura y comienzan a bailar en un ritmo cadenciosos, viéndose a los ojos.
Regálame tu risa
Enséñame a soñar
Con solo una caricia
Me pierdo en este mar
Regálame tu estrella
La que ilumina esta noche
Llena de paz y de armonía
Y te entregaré mi vida
Haces que mi cielo vuelva tener ese azul
Pintas de colores mi mañana, solo tú
Navego entre las olas de tu voz y
Tú, y tú, y tú
Y solamente tú
Haces que mi alma se despierte con tu luz
Tú, y tú, y tú
Enseña tus heridas
Y así las curarás
Que sepa el mundo entero
Que tu voz guarda un secreto
No menciones tu nombre que en el firmamento
Se mueren de celos
Tus ojos son destellos
Tu garganta es un misterio
Haces que mi cielo vuelva a tener ese azul
Pintas de colores mi mañana, solo tú
Navego entre las olas de tu voz y
Tú, y tú, y tú
Y solamente tú
Haces que mi alma se despierte con tu luz
Tú, y tú, y tú
Termina la canción y Ricardo busca su boca, sus labios son suaves y tibios pero a la vez fuertes y exigentes, haciendo que ella venza sus barreras y se entregue por completo al contacto, sus manos juguetonas recorren su cuerpo y lo acarician a través de la tela, un leve suspiro le indica que va por buen camino.
Sus labios recorren su cuello y siguen hasta sus pechos, luego de un momento baja un poco su escote dejando escapar sus pechos, son tal como los imagino, del tamaño perfecto y sus pezones rosados que invitan a probarlos, no se hace esperar y coloca su boca en uno mientras el otro lo atormenta con una de sus manos, ella gime y el atrapa su deseo con sus boca.
Sus manos se abren paso a través del vestido y en pocos minutos cual diosa está en ropa interior frente a él, por un momento ella se siente osada y comienza a desnudarlo entre besos, de pronto él sonríe y ella se da cuenta de por qué, —me encanta tu ropa interior.
—La compré especialmente para ti, te la voy a regalar de recuerdo.
—Entonces voy a destapar mi regalo sin más espera.
Ricardo fue alternando su boca y sus manos, para liberarla de la ropa interior que la aprisionaba, con suavidad la condujo hacia unos almohadones que encontraban en el piso y de la mano la invitó a acostarse, luego sin esperar nada más se deleitó probando su néctar y pellizcando sus pezones, era receptiva y el ver su rostro sonrojado lo excitaba mucho más.
Colocó un pequeño cojín bajo sus caderas para aumentar el ángulo de contacto, se colocó un preservativo y empapó su m*****o en su humedad varias veces antes de penetrarla y luego se abrió paso lentamente, la sensación era increíble ella lo estaba apretando con las paredes de su útero, la miro a los ojos un poco preocupado no se tratara de algo doloroso o molesto para ella, pero solo se veía concentrada en las sensaciones.
Continuó con su ritmo lento mientras la besa, sin duda ella lo está pasando tan bien como él, así que comienza y un ritmo alternado entre rápido y lento hasta que sus gemidos eran más altos y rápidos, así supo que está por llegar, aceleró sus embestidas y pronto estaba ambos rompiendosse en mil pedazos con sus manonsdstrechandose y besandose hasta beber sus gemidos.
El primero en hablar fue Ricardo todavía sin aliento —Eso fue increíble nena—, y la volvió a besar saliendo de su interior pero sin dejar de estrechar sus manos.
Ella estaba sin palabras, tenía años sin tener intimidad con nadie y no recordaba que nunca hubiese tenido una experiencia así con Paco que solía ser un amante poco considerado y complaciente, estaba eufórica sin duda iba a pasar una noche increíble.
Luego de esa primera vez, vinieron un par más antes de quedarse dormidos exhaustos pero felices, era la segunda noche que pasaban juntos, sus cuerpos estaban aferrados uno al otro como si se trataran de un salvavidas, había sido una noche inolvidable sin duda.