El Despertar de Cthulhu

El Despertar de Cthulhu Johnn A. Escobar Copyright © 2016 Johnn A. Escobar All rights reserved. Dedicatoria En memoria de Lord Dunsany, Ambrose Bierce, R.W.Chambers, Arthur Machen, Algernon Blackwood, Frank Belknap Long, Robert E. Howard, Clark Ashton Smith, Hazel Heald, Henry Kuttner, Robert Bloch, Zealia Bishop, Adolphe de Castro, E. Hoffmann Price, William Lumley, y el más importante de todos Howard Phillips Lovecraft, todos ellos creadores de los emblemáticos Cthulhu Mythos. Estimado lector: En este espacio hablaré y haré mención del compendio de obras que recomiendo y que a mi parecer componen los Cthulhu Mythos; desde mi punto de vista existen dos períodos dentro de los ciclos de Cthulhu, divididos por el fallecimiento de H P Lovecraft. Dentro del primer ciclo podemos hallar a los autores que he mencionado en la dedicatoria, y sus obras integradas a los mitos originales son: Idle Days on the Yann por Lord Dunsany; An Inhabitant of Carcosa por Ambrose Bierce; The Yellow Sign por Robert W. Chambers; Vinum Sabbati por Arthur Machen; The Wendigo por Algernon Blackwood; The Doom that Came to Sarnath por H. P. Lovecraft; The Festival por H. P. Lovecraft; Hounds of Tindalos por Frank Belknap Long; The Shadow Over Innsmouth por H. P. Lovecraft; The Black Stone por Robert E. Howard; The Nameless Offspring por Clark Ashton Smith; The Shadow out of Time por H. P. Lovecraft; Out of the Eons por Hazel Heald; The Graveyard Rats por Henry Kuttner; The Shambler from the Stars por Robert Bloch; The haunter of the dark por H. P. Lovecraft; Polaris, The Statement of Randolph Carter, Dagon, Celephaïs, The Nameless City, The Music of Erich Zann, The Other Gods, The Hound, The Unnamable, The Cats of Ulthar, Nyarlathotep, Pickman's Model, The Call of Cthulhu, The silver key, The Case of Charles Dexter Ward, The Colour Out of Space, History of the Necronomicon, The Dream-Quest of Unknown Kadath, The Last Test, The Dunwich Horror, At the Mountains of Madness, The man of stone, The dreams in the Witch House, Through the gates of the silver key, The thing in the doorstep, The Diary of Alonzo Typer, Fungi from Yuggoth, The Mound, The Electric Executioner, Medusa's Coil, todas estas últimas de H. P. Lovecraft salvo algunas excepciones tales como The Mound, Medusa's Coil o The Electric Executioner que fueron colaboraciones con Zealia Bishop y Adolphe de Castro; también y desde mi punto de vista son anexables las obras conocidas como Hyperborean Cycle por Clark Ashton Smith. En este primer ciclo de los Mitos de Cthulhu el cual tiene fin tras el fallecimiento de H. P. Lovecraft es en el cual me he basado para crear este libro, y reconozco haber dejado de lado a todas las obras surgidas tras la muerte del autor ya que pertenecen a un nuevo ciclo encabezado por August Derleth entre otros contemporáneos. El nuevo ciclo está marcado por varios puntos que no comparto y por ello no los he tomado como base, dado que en cada uno de los relatos y novelas surgidos dentro del mismo suelen desprestigiar y descartar los relatos del primer ciclo mediante la mención de H. P. Lovecraft como un autor personaje y por ende sus relatos dejan de ser válidos; otra de las razones es que el nuevo ciclo descarta por completo la concepción del caos como base principal del terror, en su lugar asimila una postura cuasi bíblica enfrentando a los personajes en constantes batallas entre el bien y el mal; la peor de todas las anexiones surgidas dentro del nuevo período es la adopción de razas arquetípicas como seres protectores de las razas espaciales y terrestres perdiendo la esencia básica. Con estos argumentos cabe aclarar no pretendo desprestigiar a los autores del nuevo ciclo, sólo deseo marcar los conceptos básicos por los cuales los he descartado como fuentes. En resumen y cumpliendo con mi cometido sólo me queda por desear que usted mi estimado lector disfrute mi obra, y dejo mis más cordiales saludos. I De Massachusetts a Buenos Aires Los alumnos de Miskatonic University en Arkham estaban reunidos dentro de la facultad de idiomas y literatura, debido a la llegada del renombrado autor John Howard Brown, quien viajaría directo desde Argentina su país de origen como orador invitado. Brown se presentó en una conferencia cerrada sólo para alumnos y profesores de Miskatonic, todos estaban ansiosos por verlo en persona ya que a pesar de ser un hombre joven no podía ser considerado una persona sociable; la conferencia dio inicio a las 15:30; todos vieron en persona a John Howard Brown, quien era tal y como se veía en su página web, un hombre de cabello rubio y largo, peinado con sigilo, carecía de barba, poseía un gran porte, además debido a su fanatismo por el ejercicio estaba en buena forma, vistiendo un traje n***o impecable, zapatos relucientes y una camisa blanca. Dueño de una amable personalidad, y carisma, aunque siempre parecía ser serio y seco, mas en cuanto inició la conferencia todos notaron su simpatía y educación. Las preguntas giraron en torno a su reciente libro «La noche de las ilusiones», un trabajo que se embarcaba en mundos inhóspitos y la exploración de teorías científicas modernas desde una perspectiva externa cuasi inhumana, la obra en sí ya había armado gran revuelo y en dos meses el mismo había sido agotado de las librerías debiendo emitirse una segunda edición la cual se volvió un Best Seller -siendo el cuarto en su carrera como autor independiente- los presentes se vieron envueltos en un mar de conocimiento revelador. Antes de concluir la conferencia -de una hora de duración- John permitió una pregunta más, casi todos los presentes levantaron la mano y alzaron sus voces incluyendo a todos aquellos quienes ya habían emitido una pregunta previa, al fin John seleccionó al azar apuntando a un joven, este joven no pasaba los 20 años de edad, poseía una cuidada barba negra y sus rasgos faciales denotaban ser aniñados, vestía de elegante sport, y portaba en sus manos una carpeta cerrada, era notorio que no era fan del ejercicio o el deporte ya que tenía unos kilos de más, pero parecía ser buen estudiante. La sala quedó en silencio, pues todos aguardaban espectantes la pregunta del muchacho, éste vaciló unos instantes, para terminar por cobrar valor diciendo: “¿Qué lugar ocupa la r**a humana dentro de su teoría del cosmos?". La respuesta no se hizo esperar, y de hecho la pregunta logró dibujar una sonrisa en los labios de John quien contestó: “Para empezar, debo decir que tu pregunta me alegra, y es la más original que me han realizado; ahora la respuesta consiste en una variable clásica, el humano siempre ha sido un ser provisto de un narcisismo fuertemente pronunciado, éste ha provocado la adopción de dioses y deidades diversas, todo esto como resultado de una búsqueda eterna por el sentido de la vida, siempre creyendo y justificando fervientemente que los seres humanos hemos sido creados a imagen y semejanza de un o unos seres divinos, por ende todos poseemos una meta específica, mas gracias al avance de la ciencia se sabe que no fuimos creados sino que fuimos producto de la selección natural de las especies y la evolución tal como estipuló Charles Darwin, sabemos gracias a Galileo que la tierra nuestro planeta no es el centro del universo y sabemos que los humanos no deben de responder a ningún mandato en específico por parte de un ser creador. Pero gracias a estos avances y descubrimientos hoy por hoy existen grandes conflictos replanteados por la r**a humana y no me refiero a los científicos o religiosos sino a todo el compendio global, tengan religión o no siempre deberán debatirse si la existencia misma tiene un sentido, en la antigüedad e incluso en nuestros días siguen existiendo personas a lo largo del globo quienes creen fielmente en seres creadores, sólo que han reemplazado a las divinidades por razas extraterrestres, lo que intenta prevalecer a toda costa es el sentido de la vida y el hecho que nuestro destino como humanidad está bajo la mirada crítica de unos seres superiores a quienes les importamos, mas he aquí la variable, que tal si de hecho alguna r**a superior existiera pero no se parecieran en nada a nosotros, sus pensamientos y sus planes nos fueran ajenos, que tal si ellos en sus infinitos conocimientos y poderes, en sus vidas extensas no nos vieran como sus iguales, ni siquiera como súbditos, solamente nos vieran como insectos o plantas, es decir seres sin importancia. Eso es el lugar que creo ocupa la humanidad dentro de la teoría del cosmos, somos sólo seres insignificantes dentro de un vasto infinito." Luego de estas palabras, la conferencia acabó y el decano Dr. Allen Morgan agradeció a todos los presentes anunciando que a continuación el señor Howard Brown firmaría algunos libros por el lapso de una hora, así que pedía a los presentes con una copia del libro en mano se trasladaran al primer piso donde daría inicio la sesión de firmas. La hora casi había transcurrido, el proceso era simple sólo había una fila y los guardias del campus asistidos por los guardaespaldas de Brown controlaban todo, las personas de uno en uno iban llegando a la mesa donde saludaban a Brown y éste cordialmente les sonreía, saludaba y firmaba el libro, así fue hasta que se acercó un joven -el mismo joven quien realizó la última pregunta- lo saludó presentándose como Miguel Odonoju y deseaba ofrecerle cierta información importante, mas John se limitó a contestar que le parecía interesante sin embargo no disponía de tiempo suficiente para hablar en ese momento. Al fin la firma de libros concluyó, John se despidió del decano agradeciéndole por haberlo invitado y éste a su vez retribuyó por haber aceptado la invitación. Los nueve guardaespaldas de John ya estaban escoltándolo cuando uno de estos se vio forzado a detener el paso de un joven quien intentaba acercarse, John al ver esto ordenó a su guardaespaldas que dejara pasar al joven tratándose de Miguel Odonoju; Brown le reiteró su interés pero insistió en su falta de tiempo entregándole una de sus tarjetas de presentación, en ella estaba su dirección de email y su número telefónico, sugiriéndole que concertara una cita. Brown había retomado su marcha pero entonces el joven subitamente enunció: “¿No desea saber quién es el Monje n***o?". Al oír estas palabras, John Howard Brown detuvo su paso bruscamente y volteó su mirada enfocándose en su guardaespaldas más cercano diciéndole algo al oído, luego ordenó traer la limusina y mirando al joven dijo: “¡Tú vendrás conmigo!". Ambos abordaron la limusina dirigiéndose al hotel Arkham Palace fundado a finales de los años 90s donde estaba hospedándose el señor Brown. En la suite presidencial ubicada en el piso 47 de dicho hotel se hospedaba John, éste en compañía del joven Miguel Odonoju ingresaron; John ordenó a su mayordomo sirviera coñac para él y su acompañante pero éste último negó con la cabeza. Ya sentados frente a la chimenea encendida, en cómodos sillones de cuero n***o, John bebió un sorbo de coñac para luego proceder a hablar rompiendo el silencio: “Dígame joven, ¿de dónde es oriundo usted? Ya que por su acento y su inglés forzado puedo asegurar que no proviene de Massachusetts, ¿Argentino tal vez como yo?". Miguel se vio turbado por esta pronta deducción, así su respuesta no se hizo esperar reconociendo que en efecto provenía de Argentina, había viajado a Arkham buscando la oportunidad propicia para charlar con Brown ya que le resultó imposible lograrlo en Buenos Aires dada la vida ermitaña llevada por el afamado autor. En ese momento el teléfono celular de Brown sonó, éste se disculpó procediendo en atender la llamada, él sólo saludó y se limitó a escuchar con la mayor atención posible, al cabo de 7 minutos éste agradeció a su interlocutor colgando la llamada guardando su móvil para sorpresivamente decir: “Señor Odonoju, tiene 27 años de edad; de profesión abogado graduado en la Universidad Nacional de Lomas de Zamora o UNLZ; sus padres son Emilia Upson y Robledo Odonoju, ambos contadores públicos, oriundos de Buenos Aires al igual que usted. Su padre sufrió un accidente de tránsito y actualmente se encuentra en rehabilitación en el centro médico “Vida Libre" ubicado en Lomas de Zamora. Lo que no comprendo hasta ahora, pues no han podido averiguarlo es cómo sabe usted acerca del Monje n***o, y más importante aún por qué compartirlo conmigo."