Narra Abel. Ingresé al club, luego caminé hacia mi mesa privada, encontré a Alexis ya sentado bebiendo un whisky. Tomé asiento, me afloje la corbata y llamé a la mesera para que me trajera un trago. —Te ves fatal—mencionó mí amigo. —Fue un jodido día largo, tuve dos casos en la corte muy difíciles—respondí, me gusta ser abogado, me especializo en el área penal, pero algunos casos eran difíciles porque defendía a criminales. —Pero a pesar de eso, tu bolsillo se mantiene lleno—dijo entre risas. Sonreí por su comentario, no me podía quejar ganaba mucho dinero en eso y en especial en mí club—. Dime, ¿Cómo vas con tu nuevo juguete?—preguntó refiriéndose a Luciana, pero su apelativo no me agradó. La mesera llegó en ese momento, luego me entregó mí bebida. —Ella no es un puto juguete,

