Estaba por dar el último sorbo a su café cuando vio a uno de sus hombres acercarse a su altura y hacer una leve venia antes de mirarlo a los ojos. -Su padre ha llegado a salvo a su casa- le dijo y él terminó el café que le había quedado. -¿Tendría que alegrarme por ello?- le preguntó y volvió su vista hacia el periódico. El hombre vestido en un traje n***o lo fulminó con la mirada. -¡Es tu padre Harrison! -Eso lo tengo más que claro Teo… no has respondido a mi pregunta. El hombre suspiró y rodó los ojos. -Si fueras meramente amable sí, pero si no, no creo que te importe. Harrison dejó el periódico sobre la mesa y se levantó, acomodándose el saco antes de comenzar a caminar. -Como siempre muy astuto Teo- le dijo con una leve sonrisa en el rostro y ambos salieron del lugar,

