Annika se encuentra frente a la majestuosa torre de cristal que alberga el imperio empresarial de Christoph. El edificio se eleva hacia el cielo, un monolito de poder y prestigio que se destaca en el horizonte urbano. El sol de la tarde baña la estructura en un resplandor dorado, sus rayos se reflejan en las ventanas de cristal, dándole al edificio una apariencia casi etérea. Sin embargo, a pesar de la belleza del paisaje urbano, Annika apenas lo nota. Su corazón late con fuerza en su pecho, un tambor constante que ahoga el ruido de la ciudad. Cada latido es un recordatorio de lo que está en juego, de lo que podría perder. Ella camina hacia la entrada, sus pasos resonando en el pavimento. Cada paso la acerca más a Christoph, a la confrontación que ha estado evitando, debe perder la vergü

