- Abi, encontré un departamento. Tiene dos cuartos, y la renta es barata - Cloe llega a despertarme emocionada.
- ¡Qué emoción! Cloe. Hemos buscado apartamento por semanas - me levanto de la cama, para tomar mi baño matutino.
- Tenemos una cita para hablar con el arrendatario a la una de la tarde ¿Puedes ir?
- Pediré permiso en la tienda para llegar un poco más tarde, necesitamos ese departamento.
Tomo mi toalla, mi ropa y voy directo a las duchas, tengo menos de diez minutos para estar lista.
Después de cambiarme y prepararme para mi primer trabajo, me despido de Cloe y le pido que me envíe la dirección para llegar puntual a la cita que tenemos agendada.
Salgo corriendo para tomar el autobús que me deja cerca de mi primer trabajo como vendedora en una tienda. Es cansado y el señor de la tienda algunas veces se insinúa de más, pero me paga bien y necesito el dinero para pagar la universidad.
Me bajo del autobús, despidiéndome de Carlos, el chofer que siempre me espera antes de arrancar. En esta vida tan solitaria he encontrado muy buenas personas, una de ellas es el señor Carlos, ha sido como un hermano mayor.
Llego a la tienda, mirando el reloj en la pared que marca diez minutos antes de mi hora de entrada y me felicito por ello, ya que se ve reflejado en mi pago mensual.
- Buenos días - saludo a mi jefe que está acosando a la otra chica, nunca nos toca. Pero llega a ser molesto la cantidad de veces que te pide que salgas con él.
- Muy buenos días, Abi. Veo que llegaste temprano el día de hoy - Asiento con la cabeza mientras acomodo mi delantal para empezar a limpiar y recibir el dinero de turno de mi otra compañera - Eres una de mis mejores chicas, Abi. Deberías aceptar el café que te invite
- Muchas gracias, señor Dave. Pero tengo que negarme nuevamente a la invitación. En una próxima ocasión.
Paso por el lado del señor Dave sin ser grosera, solo creando un espacio gigante entre los dos, para que se dé cuenta de que no quiero tener nada con él.
Mi compañera suspira y me mira apenada. Es nueva, y me da un poco de pena por ella, creo que de todas soy la que más lleva tiempo en este trabajo y no es por gusto. Si no por necesidad. Hago tripas corazón y continuo con mi trabajo hasta el medio día que termina mi turno.
Entrego el dinero de las ventas a la compañera que llega y le entrego las despensas organizadas.
- Buenas tardes, señora Martha. ¿Puedo pedirle un pequeño favor? - pregunto mientras me contestan en mi segundo trabajo.
- Abi, Cariño. ¿Sucedió algo? - la señora Martha es una abuela y yo la adoro.
- Señora Martha ¿Puedo llegar una hora más tarde el día de hoy? Cloe encontró un apartamento para nosotras y tenemos agendada una cita con el arrendatario.
- Qué emocionante, pequeña. Claro que puedes llegar a la hora que puedas, cuando llegues me cuentas todos los detalles.
Después de colgar, reviso la dirección que me envió Cloe, para tomar el autobús más cercano y no llegar tarde.
Después de hacer todos mis cálculos y revisar mi dinero, busco en la estación más cercana un autobús que pueda servirme.
- ¡Justo a tiempo! - me recibe Cloe con un beso en la mejilla.
-Tendré que reorganizar mis horarios, para llegar a tiempo a mis trabajos.
- Abi, yo sé que está un poco retirado, pero vale la pena. ¡Te lo prometo! - el dueño del apartamento llega con un portafolio y las llaves en la mano para enseñarnos el apartamento.
¡Es precioso! Cloe tenía razón.
Grandes ventanales, piso rústico de madera. Se ve precioso. Las habitaciones son amplias y la sala de estar es gigante. Empiezo a planear la manera en como organizarlo. Mi cabeza es mi taller y ningún detalle del apartamento se me olvida.
- Pueden escoger el color de la pintura, ya que aún no lo hemos pintado. El contrato es por un año y no necesitan dejar depósito - dice el arrendatario mostrándonos las cláusulas y los demás documentos.
- ¿El ascensor no funciona? - Pregunta Cloe y la miro asustada por lo que vaya a decir.
- No, señorita. Desde hace algunos años. Es la razón del precio del apartamento.
- Lo vamos a tomar - le digo mirando a Cloe y ella asiente a mi lado - ¿Dónde firmamos?
- Necesito su documentación, para llenar algunos documentos - le entregamos todo lo que nos pide y la dirección de nuestros trabajos.
- ¿Te gusta?
- Es hermoso.
- Es nuestro, Abi. Nuestro lugar.
- ¿Señoritas? - giramos en la dirección del arrendatario - después de hacer firmar los documentos por el dueño el departamento será de ustedes. ¿Algún color en especial para las paredes?
- Tú, tienes mejor gusto - Cloe, me mira - ¡escógelo tú!
- Me gustaría un color blanco, por favor. - el señor acepta y nos despedimos. Cloe toma su camino para su siguiente trabajo y yo busco el autobús.
- ¿Señorita? - el arrendatario me llama.
- ¡Sí! Señor - le respondo apurada.
- ¡Dejo esto en el apartamento! - me entrega mi cartera con mis documentos y se torna mi rostro caliente.
- Muchas gracias, señor - tomo mi cartera y la acomodo en mi bolso.
- Mi nombre es Robert, señorita Abigaíl - extiende su mano. Extiendo mi mano para estrechar la de él.
- Es un gusto conocerlo, señor Robert. Discúlpeme por favor. ¡Tengo que tomar el autobús!
Me despido lo más cordial que puedo y me subo al autobús cuando hace la parada. Después de treinta minutos. Llego donde la señora Martha que está esperándome con varios pedidos para atender.
Acomodo mi delantal y cambio mis zapatos para comenzar a llevar los pedidos a las mesas.