Aquel susto hace que mi corazón de un brinco, me pilla por sorpresa y por un momento planeo salir corriendo. —¡Hola! —me saluda una chica alta, de ojos grises, tez morena, con un cabello n***o que le llega hasta las caderas. —¡Cielos! —Suelto—. Me has pegado un buen susto. —Lo siento, no era mi intención pero te he visto sola y como dijeron que nunca estemos solas he venido para ver si necesitas algo —Me sonríe—. Soy Marian Blacke. —Mi nombre es Blody Filderman —respondo guardando la nota en uno de los bolsillos traseros de mi pantalón. —Pareces muy angustiada, ¿qué has visto en el bosque? —Nada, solo me pareció ver pasar a algún policía —Mentí. —Ya veo. ¿En qué habitación estás? —En la número veinte —respondo sin muchos ánimos. —Eres la chica de la que todas hablan —me dice con a

