Entre libros y miradas

Camila es una chica de dieciocho años que prefiere el silencio acogedor de su habitación al bullicio del mundo exterior. Su universo está compuesto por sus libros —puertas a realidades donde puede perderse sin temor—, sus fieles compañeros peludos, un gato enigmático llamado Kafka y una perrita leal llamada Luna, y los k-dramas que cada noche le roban lágrimas, risas y suspiros. Asocial por naturaleza, cualquier interacción fuera de su familia le provoca una ansiedad paralizante. Su cuerpo, con el que ha mantenido una relación difícil, ha sido objeto de miradas críticas, burlas veladas y rechazos que han calado hondo, haciéndola construir un muro invisible que la mantiene a salvo, pero también sola. Todo cambia con la llegada de Jackson, un chico con una sonrisa cálida y una paciencia infinita. Con él, las palabras no pesan, el silencio no incomoda y, por primera vez, alguien la ve sin filtros ni prejuicios. No intenta cambiarla, solo la acompaña. Su presencia se convierte en un refugio, en un espacio donde puede ser simplemente Camila, sin máscaras. Gracias a él, empieza a cuestionar sus miedos, a reconciliarse con su cuerpo y a comprender que tiene derecho a existir plenamente, sin esconderse ni disculparse por ser quien es.