NARRA RAYN COLLIVER Con cada segundo que pasa, siento que el dolor se va incrementando en mi pecho. He tenido que dar mil vueltas, realizando trámites y hasta he dado alguna declaración a la policía, que al fin se ha dignado en venir a realizar su trabajo. —¿Su hermana tenía algún enemigo? —indaga uno de los policías que ha llegado al hospital. Frunzo el ceño y achino la mirada, molesto por dicha pregunta. —Mi hermana no tenía enemigos. —¿Alguien que quisiera hacerle daño? —insiste, como si ella estuviera metida en algo turbio, para que piense de esa manera. —¡He dicho que no! —gruño. —Lo siento, señor Colliver. No piense que estamos queriendo decir que su hermana estaba involucrada en algo malo, es solo que debemos descartar cualquier posibilidad —explica el hombre. —Pues yo insis

