Mi madre se ha lucido comprando este vestido, definitivamente es una maravilla de tela, color, textura y sobre todo me queda perfecto. El color es perfecto y combina con el color de mis ojos claros, los estilistas han hecho de mi cabello una maravilla, la peineta me molesta un poco pero vamos, el peinado es hermoso, y no hablemos del maquillaje que ha quedado espectacular. Me veo en el espejo y no hay nadie que me guste más que yo misma. Estoy rica. Me casaría en este momento.
Mi madre se acerca a mí arreglándome los últimos detalles. Esta incluso más emocionada que yo y como si estuviera a punto de casarme no ha dejado que nadie más me vea, estoy emocionada. Es mi cumpleaños y hasta este momento solo han pasado cosas buenas (ignoremos la primera impresión conociendo a Labrador). Estoy emocionada por todo, creo que es el cumpleaños de mejor calidad que he tenido.
-Veamos que tal lucen estas preciosidades en mi preciosa hija.- saca una cajita y de ella un par de pendientes que conozco más que bien. Son hermosos, siempre me han gustado pero mi madre nunca me había dejado usarlos porque tienen un valor muy importante para ella.
-Mamá son los pendientes de la abuela.- digo. Mi madre asiente y me los coloca. Mi abuela falleció hace un par de años, mi madre ha guardado estos pendientes que eran los favoritos de la abuela, son preciosos.
-Esa mujer ya no los necesitara y estoy segura que no se enojara.- la miro en el espejo y creo ver que quiere llorar. Mi madre es una maravilla de mujer. –Te quedan perfectos cariño, eres la mujer más hermosa de toda Australia después de mí, claro está.- ambas reímos. Pero no pierde la chulería.
-Me encantan mamá, son fabulosos muchas gracias.- me giro para darle un abrazo. –Este día ha sido muy especial y lo sigue siendo a cada segundo. Ustedes me hacen sentir muy especial, siento como que no me faltara nada con ustedes.- ella me abraza con fuerza.
-Eres especial cariño, eres nuestra pequeña.- sonríe.
-¡Mamá! ¡Mamá!- la puerta se abre y Bear entra como torpedo. Se queda quieto al verme y abre la boca. -¡Uau! Adonii tenía razón, el maquillaje hace maravillas...- entrecierro los ojos, espero que lo diga por mamá, se ve guapa por cierto. Mi madre sigue siendo hermosa, creo que esas malditas clases de yoga si ayudan.
-Hijo compórtate con tu hermana, se ve igual de hermosa que siempre.- ladeo. Bear se acerca a mí, se ve encantador con su traje de gala. -¿Qué tal esta tu hermana? ¿Hermosa cierto?- pregunta mi madre. Yo doy una vueltecita y se escucha un silbido de camionero.
-¡Nicci estas preciosa!- ahora es Kolet quien se acerca a mí. Su mirada es iluminadora, me mira con un brillito especial que solo el podría darme. Él también es un guapo, lleva ese traje de noche que siempre le quedan perfecto. No puedo creer que en verdad este aquí con nosotros.
-Yo siempre lo estoy.- digo bromeando. Kolet me abraza con fuerza. Le eche mucho de menos y por un segundo me entristezco de no poder quedarme con él por mucho tiempo. –Tú también te miras muy guapo, me encantan con sus trajes de gala.- vuelvo a ver a Bear. Me casaría con ambos en este momento.
-¡Familia!- ahora es mi padre. Mi madre suelta un gritito de pánico y comienza a moverse de un lado a otro. ¿Por qué no quiere que papá me vea? -¡Eh, pero por que se esconden de mí!- gruñe. Me dan ganas de reír al ver a mi madre.
-Escondámosla rápido.- dice mi madre. Los tres se ponen como pared delante de mí y escucho a mi padre entrar. Me quedo como una roca para que no me vea y me contengo de no estallar en carcajadas al ver a mi madre entusiasmada por esto. Es como que mi padre fuera el novio que quiere sorprenderse al ver a su futura esposa.
-¿Qué hacen todos aquí? ¿Dónde está Nicci?- pregunta. Escucho la risita de Bear. No aguantare mucho, quiero reírme. Mi vida es dura.
-Padre ¿estás preparado para ver a la próxima heredera de esta casa?- pregunta Kolet. Mi padre se ríe. Espero que esto le guste papá.
-Venga, quiero ver a mi princesa.- dice. Todos se hacen a un lado a paso lento. Cuando ya se han quitado de enfrente vuelvo a ver a mi padre, da pasos suaves hasta a mí y creo que también quiere llorar. j***r. Terminare llorando yo también. Me mira de arriba abajo, me analiza cada centímetro y su mirada llena de orgullo me hace sentir más que especial, tengo a la mejor familia.
-Hola papi.- le digo. Él se acerca a mí y en segundos está a mi lado abrazándome. -¿Qué tal me veo? ¿Hermosa cierto?- el asiente mecánicamente. Quiero reír... y llorar de emoción.
-Cariño estas preciosa, eres la mujer más hermosa de toda Australia.- me dice. Me da un par de besos en la mejilla a lo que yo me rio. –Eres perfecta cariño, estoy tan orgulloso de ti. No puedo creer que hoy estés cumpliendo veintidós años ¿Por qué creciste tan rápido?- lo abrazo fuerte, ay, no sé qué haría sin mi padre. –Eres preciosa, mi vida.- besa mi mejilla.
-Gracias papi.- respondo igual de entusiasmada.
-Esta noche estas más hermosa que tu madre.- mí madre se acerca y lo golpea, mi padre se queja y lo mira arrepentido. –Lo siento mi vida, eres más hermosa después de tu madre.- corrige pacíficamente, claro que la mirada de mi madre es un deleite.
Mi padre me abrazo como unas dos... mil veces más y seguido es Kolet que en vez de mi hermano parece mi prometido abrazándome y besándome. Bear en cambio es caso perdido y realmente me dan ganas de venderlo en algún lugar donde me den suficiente dinero para subsistir. Me ha dicho que estoy gorda ¿pueden creerlo? Precioso mi hermano. Mi madre continua arreglando detalles y como una familia de la nueva era nos tomamos un sinfín de fotos.
A las ocho de la noche por fin la fiesta ha comenzado y es momento en el que tengo que bajar, guiada del brazo por mi padre y a la par de mi familia bajo las escaleras con cuidado y elegancia. Agradezco todos esos cursos de maneras elitistas porque en otra ya hubiera caído por las escaleras. Quedo con la boca abierta al ver a toda la gente acercarse y recibirme con el típico "feliz cumpleaños". No conozco a todos aquí presentes pero es bonito ver que tantas personas estén reunidas para celebrarte. El hecho que estén todos aquí... es magnífico. Mi madre y padre se han lucido.
Observo a todas las personas, agradezco con la mano y con sonrisas. A lo lejos, cerca del bufet hay alguien que llama mi atención por completo. Sonrío mecánicamente. Nuestras miradas se cruzan y sin ningún escrúpulo le guiño un ojo, está aquí. Labrador Vetra está en mi fiesta a pesar que es la celebración de una "chiquilla mimada". Estamos a una distancia considerable pero aun así logro verle perfectamente, ahora lleva el cabello peinado hacia atrás y sostiene una copa a medias. El tipo es guapo no lo podemos negar aunque queramos. Mantenemos el contacto, no expresa nada y eso a mí me parece gracioso. Vaya tipo para ser raro.
Al llegar al primer escalón lo primero que hago es ver hacia todos lados y sonreírle a todos. Mis amigos, mi familia y de mas están aquí ¿no es esta noche muy especial? Me aplauden, me desean lo mejor y pues claro, me dicen que me veo hermosa.
-¡Feliz Cumpleaños Nicci!- gritan todos al final tras un brindis hecho por mi padre.
Camino con mi padre hasta la pista y en un determinado momento nos abren paso hasta quedar en el centro, las luces se apaguen enfocándonos solo a nosotros. Aquí hay algo, aquí hay una sorpresa yo lo sé. La mirada de mi padre es extasiada, esta entusiasmado, feliz, anonadado, no podría siquiera decir que más, mi padre ha hecho todo esto por mí, me está dando una gran fiesta y vaya que no necesito más regalo que tenerlo a mi lado.
-Cariño feliz cumpleaños, felices veintidós años porque eres la mujer más hermosa y afortunada del mundo. No, yo soy el afortunado por tenerte como mi hija.- me abraza. Yo también le abrazo con toda la fuerza que me puedo dar. -Disfruta esta noche. Esto es para ti.- una melodía comienza a sonar y es momento abro los ojos con tanta sorpresa que podrían salirse, no lo creo. Esa melodía... no puede ser de nadie más sino de él.
-No. Papá, no me digas que esa...- me quedo a media palabra cuando la melodía se intensifica. Mi padre sonríe. Esto no puede ser verdad ¿o sí? Definitivamente es verdad. Mi padre, esta es la sorpresa, esto es lo que ocultaba. No lo creo.
La melodía comienza a llenar mis oídos y como la tonta sentimental que soy me dan ganas de llorar. Mi padre me abraza y besa mi mejilla con cariño, por el amor a Jesucristo, si no fuera mi padre me casara con él, esto es excelente, espectacular, maravilloso. Yo amo a ese hombre, es mi favorito de todos los pianistas del mundo, es perfecto, hermoso. Mi padre lo ha traído para mí.
-Cariño no llores.- susurra en mi oído. Niego. Lloro porque estoy feliz. Soy muy afortunada, definitivamente lo soy. –Sabía que te encantaría, baila esta pieza conmigo. Es nuestra pieza.- me toma de la cintura y yo me dejo guiar por él. Observo el escenario y ahí está él, tocando en vivo para mí.
-Papá no sabes cuánto te adoro.- le digo. El acaricia mi espalda. –Este es el mejor regalo que me has podido dar, eres maravilloso. Si no fueras mi padre me casaría contigo.- se ríe y me da un beso en la coronilla.
Quedamos en el centro del salón, todos hacen un círculo observándonos y yo no puedo dejar de estar extasiada. Levanto la mirada viendo al pianista más perfecto de todo el mundo, me encanta, es el mejor de todos los tiempos y está aquí. Maksim Mrvica y la maravillosa melodía de Leeloo's Tune. Perfecta. La melodía es perfecta para este momento, no puedo dejar de sonreír, estoy emocionada esto está siendo perfecto, la noche perfecta y no creo que con esto alguien pueda arruinarla. Estoy demasiado feliz.
Un baile con mi padre, mí agobiado y perfecto padre. No tengo idea de que sería mi vida si no tuviera a este hombre a mi lado, hace todo por mí, quiere lo mejor para mí, no quiero perderlo nunca. Un padre es irremplazable y mi padre es más que eso.
-Te quiero pequeña. Eres mi todo, has estado ya veintidós años conmigo, con nosotros.- me mira a los ojos y sé que va a llorar. –No hay nada que no haría por ti, no hay nada más importante en el mundo que verte feliz, cariño mío.- sonrío extasiada. Que padre tan meloso tengo.
-Gracias papá, por estar no solo hoy, gracias por estar siempre conmigo. Gracias por apoyarme en todas mis tonterías, en aceptar lo que hago y ayudarme siempre. Así como tú haces mucho por mí, yo también hare mucho por ti.- sonríe y una lagrimita se le escapa. Está enamorado de mí, lo sé.
La melodía me encanta, es una de mis favoritas y entiendo porque mi padre la ha elegido. Es simplemente perfecta. La pieza termina y mi padre se detiene dándome un fuerte abrazo, lo abrazo con emoción y no evito darle un pequeño beso en la barbilla. Lo amo, es el mejor padre del mundo. Los aplausos se escuchan por todo el salón y en la siguiente melodía todos toman a su pareja para unirse a nosotros. Qué bonito.
-Eh, creo que es momento de bailar con mi hermanita.- Kolet se acerca a mí y mi padre asiente entregándome a él. Mi padre me vuelve a besar y seguido coge a mi madre para bailar con ella. –Nicci esta hermosa.- me dice. Sonrío. Lo sé. –Es una verdadera lástima que seas mi hermana.- hace un mohín.
-Mmmm. Pero si no hay sangre de por medio no es pecado.- arqueo ambas cejas. Él se ríe. –Además podríamos escaparnos y ya sabes, una cosa llegara a la otra.- me encojo de hombros como si fuera una cosa fácil.
-¡Nicci!- me riñe. Comienzo a reír. Kolet se perturba. –No me hagas pecar, sabes que soy un hombre honesto.- ruedo los ojos. Si él es honesto, yo soy inocente.
Bailamos al ritmo de Still Water. Algo lento pero es bonito, me encanta. Todo aquí me encanta. Kolet nunca fue buen bailarín pero parece que esta noche se está luciendo. Si así comenzamos, no quiero ni imaginarme lo que Miki ha preparado para mí. Esta noche estoy segura que beberé hasta morir.
-Padre me ha dicho que te iras en unos días.- susurra. Suelta un suspiro. Si, lo dejare demasiado pronto pero es necesario. –No quiero que te vayas, creí que podríamos estar juntos un tiempo.- su gesto se entristece y yo lo lamento.
-Si hubiese sabido que venias a Caberra hubiese alargado un poco más el asunto.- frunce el ceño. Si, bueno tenía que estar en Alemania a inicios de junio. –Pero no puedo atrasarlo más, ¿te ha comentado que viviré con alguien más?- asiente. Milagro que no me había reprochado nada.
-Eso es lo que me preocupa aún más, no sé nada de ese hombre. Padre ha dicho que es un buen hombre y que es médico.- mi padre anda muy hablador. –No quiero que te vayas con un hombre desconocido.- me abrazo a él y cierro los ojos.
-Sé que todos están muy preocupados por ese viaje, estaré bien, hay algo que me hace confiar en ese hombre.- abro los ojos y lo primero que me encuentro a Labrador bailando a unos cuantos metros y con una chica que no conozco. A quién demonios ha invitado mi madre a esta fiesta.
-¿Le conoces?- asiento. No es como que fuéramos mejores amigos, nos hayamos caído bien a la primera pero si, prácticamente ya nos conocemos. No es un mal tipo, mal carácter pero tranquilo.
-Está aquí y estoy viéndolo. Es atractivo, me gusta.- Kolet nos hace girar y pierdo de vista a Labrador, ahora veo a mi hermano cogiendo unas galletas y metiéndolas con rapidez en sus bolsillos. Ha. Le diré a la señora Lauren, alguien se quedara sin saliditas por unos días.
-¿Ese tipo que baila con la hija del Gobernador?- pregunta. Frunzo el ceño. Vuelvo a ver y si, está hablándome de Labrador.
-No sabía que conocía a la hija del Gobernador.- frunzo el ceño. Mi padre tiene que ver con esto. –No me importa, pero si es él ¿guapo cierto?- me le quedo viendo hasta que logra captarme. El tipo es un frio, ni siquiera se inmuta. Me gusta.
-Hablare con papá, no puedo dejar que te vayas con ese hombre.- le vuelvo a ver abatida. No Kolet, sino vivo con ese hombre no hay viaje, o por lo menos no hay viaje sin un ejército.
-No, no puedes hacer eso. Yo quiero vivir con él.- me mira molesto. ¿Qué? No lo digo en mala razón, yo solo quiero vivir con él porque la idea me parecía buena y ahora que le conozco, pues una cosa lleva a la otra.
-Nicci te conozco, te has interesado en él y parece que el tipo es un mujeriego.- está casado... divorciado, ah, no importa. –No dejare que él te haga daño.- chasqueo la lengua. No entiendo muy bien el camino de esta conversación.
-Kolet no si se si lo sepas pero mi padre confía en él, si él lo hace yo también lo hare. No dudes de la buena crítica de mi padre con respecto a juzgar a alguien.- me mira. No creo estar disfrutando mucho de este baile hablando de esto.
-Nicci, ¿quieres que viaje contigo?- pregunta esperanzado. No, eso no puede ser. Eso arruinaría mi plan de ser una chica normal.
-Kolet te amo pero hay momentos donde nuestra relación no da para más, no eres tú, soy yo, creo que lo mejor sería terminar esto y dejar de seguir sufriendo.- entrecierra los ojos y yo continuo con mi corazón roto. –Llevare a los niños conmigo, nos casamos por bienes separados así que no habrá problema con el divorcio.- rueda los ojos y tira de mi con fuerza.
-Nicci cállate.- me abraza. Comienzo a reírme. ¿Qué? –Eres una pilla, no sé por qué has aceptado esto y espero que tengas una buena razón para ello. Cuídate mucho, estaré pendiente de ti todo el tiempo.- asiento. Que sobreprotectora mi familia.
Amo a Kolet, amo a mi padre y a mi familia pero este viaje tengo que hacerlo, quiero vivir con Labrador. Ahora que lo he conocido no se me ha hecho más que excitante la idea. Ese hombre parece ser frio y un poco amargado, por esta vez no lo culpo, si en verdad está divorciándose el tipo no debería siquiera de estar aquí. Es una sensación extraña, me da risa verle como un tipo frio.
-¿Me permite esta pieza?- sonrío con picardía. Su mirada es gélida pero está tratando de sonreír lo más carismático posible ¿soy la única que lo nota?
-Por supuesto, señor Vetra.- Kolet me mira y le guiño un ojo. Tranquilo. Te amo pero no puedo conformarme contigo.
Labrador me ofrece su mano, la tomo y no puedo dejar de notar que esta fría otra vez. Este hombre es el hermano de esta tipa Elsa. Labrador Frozen. Me toma de la cintura con la suficiente fuerza para acercarme, uau. Una melodía lenta que desconozco resuena, nos movemos lentamente y por tonto que sea me dan ganas de reír. No dice nada pero siento su cuerpo tenso, creo que este hombre está cargando mucho estrés.
-Amaroo se ha lucido con esta fiesta.- dice. Me separo un poco para verle los ojos. –Tenía la razón con que eres solo una chiquilla mimada.- sonrío, ¿quiere ofenderme o algo? Que tiene contra mi persona, ¿mimada ha dicho?
-Señor Vetra me lo imaginaba viajando a Alemania esta noche.- su expresión no cambia, es más se vuelve más seria. –No me diga que le he causado un gran impacto y no ha podido dejar de pensar en mí, pasa seguido así que podría comprenderlo.- solo estoy probándolo. Me intriga un poco.
-Le aseguro que ese no ha sido el caso señorita Alderweireld.- responde con una voz muy prepotente. –Mi vuelo se ha retrasado y he preferido abordarlo mañana, su padre me ha ofrecido su avión privado.- me parece perfecto.
Labrador es muy atractivo y es considerablemente joven, pero hay algo en el que parece intrigante, (no es solo su actitud despectiva hacia mi) es como un hombre hartado de algo ¿su esposa quizás? Tengo interés en ese divorcio pero mi padre no debe saber nada.
-Me parece una buena idea.- respondo. El me mira sin expresión.
-¿No estaría la princesita molesta? Sé que viajara en unos días, ¿no echara en falta su avión privado?- me hace reír, qué tiene en contra mía, en serio.
-Tengo más de uno.- me encojo de hombros. La verdad es que mi padre nunca me ha dejado viajar sola en avión privado. Piensa que hare una tontería e intentare pilotear el avión, pero no entiendo que le asusta.
-Claro, tenía que ser.- sonríe sarcástico. Guapo el hombre.
La danza continua y yo aprovecho para bajar mi mano por su espalda, buena onda, es un hombre fuerte. El también sostiene mi espalda y a mi realmente no me parece la gran cosa. Es alto, me lleva por lo menos unos... no lo sé, ¿mil centímetros? Pero me gusta que sea alto. No dice nada más y yo tampoco lo hago, el tipo es extraño. Cuando termina el baile me separo de él.
-Ha sido un placer señor Vetra.- le digo. El me mira y se lleva las manos a los bolsillos.
-Lo ha sido, señorita Alderweireld.- responde. Nos miramos por unos segundos. Ninguno de los dos dice nada y yo en verdad no tengo nada que decir. Viviremos juntos y ya, no hay nada más.
Me mira con intensidad, pero en un mal sentido, parece que hay algo de mí que le molesta ¿Qué puede ser si soy genial? Este sujeto ¿Qué se trae? No se ha ido, me ha dicho que soy una chiquilla mimada y estoy completamente segura que no se ha ido por alguna razón especial. Alemania está lejos de Australia, aproximadamente unas 16 horas de viaje o más, si él tenía una emergencia que atender ¿Qué hace aquí?
¿Qué se trae contra mí?