Federico.
Riendo veo como Sefo le pone un bóxer a Samu, esta inmenso mi hijo, tiene ocho meses de vida y unos rollos que me dan ganas de morderlo, cuando jugamos me deja los brazos destruidos donde no quiere parar, si lo alzo o jugamos al caballo quiere que no sé, este horas así y no se puede.
—¿Vamos a comprar?.
—¿Qué cosa?. —Sefo me mira con duda.
—Unos helados,
—Dale,
—Pero deja a Sami así vamos en moto.
—Uuhhh, mi papá se va a poner de los pelos. —riendo sale a dejárselo a sus papás que estan en la pileta y yo saco la moto así salimos, la miro como lo encarga y viene corriendo a las risas—. Mi papá dijo que ni loca me suba. —le paso el casco sonriendo—. Si supiera.
—Es verdad, si supiera. —me envuelve bien de la cintura y salimos, hace tiempo no andamos, desde que quedó embaraz
