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440 Palabras
Papeles, firmas, juntas todo eso estaba en mi día. Era tarde y necesitaba comer algo luego de salir tarde de mi casa sin poder desayunar siquiera. Además de darle muchas vueltas al hecho de lo que paso. ¡Me quede dormida en la habitación de Steven! Solo esperaba que nadie se hubiese enterado. -Angela, tienes una llamada, línea dos- y sin decir más mi asistente colgó. -Ángela Wilde- contesté solo unos pocos tenían mi linea directa, aunque siempre le llegaba la llamada a mi asistente. -Angela...- esa voz, la cuál estuve escuchando toda la noche y por la cuál hoy llegaba tarde. -Hola Steven ¿Que pasa? ¿Esta bien mi padre? ¿Amelie?- si muy paranoica. -No, tranquila, todos estan bien- pude respirar de nuevo. -¿Que sucede?- pregunte mas relajada. -¿Quieres ir a comer? Tu padre llamo a Frank mientras yo cuidaba a Amelie y salio y Yessica pidio la tarde libre, estoy solo con la bebé- se escuchaba algo desesperado. -Y no quieres estar solo con ella...- deduje. -Me encanta estar con Amelie pero crei que quizas deberia salir un poco- si y yo tenia tres años en fin, me encantaria su compañía. -Claro, los veo aqui- mire mi reloj, justo a la hora de mi comida. -Bien, estare con Amelie en veinte minutos- escuchaba a la pequeña balbucear. -Conduce con cuidado- mi instinto materno estaba sobre las nubes. -Lo hare mamá- bromeó. -Steven no bromeo, me vale si llegas en dos años conduces despacio- dije alterada. -Lo haré- y sin oportunidad de decir más colgó. Ahora estaba con el jesus en la boca, como sabre si llegan con bien. Caminaba de un lado a otro. Podia asegurar que me estaba quedando sin uñas. No se cuanto tiempo estuve mordiendo mis uñas que habia ignorado el sonido del teléfono de la oficina. -¿Si?- era la linea de mi asistente. -Steven Austen la busca en recepción- anunció. -Digale que en un momento bajo- al menos ahora estaba segura que habian llegado. Ahora queria verlos sin un rasguño. Tome mi bolso y sali hacia el elevador. -Volvere en un rato. Puedes salir a comer- con una asentimiento entre al elevador y comenzo a descender. Cuando se abrieron las puertas observe a Steven cargando una bolsa rosa sobre su hombro mientras con sus brazos trataba de sostener bien a Amelie, creo que perdia el equilibrio. -Te ayudó- me acerque y sostuve a Amelie -Hola princesa- era tan pequeñita. -¿Nos vamos?- -Claro- sostuve a la pequeña mientras salimos de aquel enorme edificio. Pareciamos una familia. Una familia.... Pero no lo éramos ni lo seriamos...
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