Rachele
En el auto que me lleva Jean a casa de mis padres me permito llorar otro poco, porque mi alma sigue resentida. Él me echo de su vida y supongo que estaremos mejor así, fue su decisión y yo a pesar de lo que me hizo lo perdoné enseguida porque lo amo.
No he querido llamar tampoco a los chicos, no estoy de humor para dar explicaciones a nadie o aguantar críticas por ser tan tonta, eso lo dejare para después.
-señora Wells, tome - me tiende un pañuelo que recibo por pena a que me este aguantando la lloradera
-Gracias. Y ahora vuelvo a ser Rachele Lee.
-Para mi no señora. Siento mucho todo, como el que tenga que tener a su bebé sola
-No te preocupes. Gracias a Dios tendré la ayuda de mi familia y mis amigos
-Aurelia y yo queremos estar pendientes de usted, porque la apreciamos mucho y nos preocupamos.
-gracias Jean, pueden venir a casa cuando quieran a visitarme, y ya dime Rache
-esta bien, Rache
Aparca el coche en la acera y después de ayudarme a salir baja mis maletas, dice que me acompañará hasta la puerta para que no haga esfuerzo con todo eso que va pesado.
Estoy nerviosa cuando toco el timbre y adentro se escuchan pasos.
-¡hija que agradable sor… presa - su cara cambia cuando me ve hecha un desastre - ¿Qué te sucede cariño? – me echo a los brazos de mi madre y lloró de nuevo
-¿Puedo quedarme aquí?
-Claro que si, eso no se pregunta está es tu casa mi niña - mi madre Karla siempre ha sido cariñosa y una mujer maravillosa, solo se enoja cuando sucede algo realmente malo, por lo demás es linda, me transmite mucha paz por eso volví aquí sin pensarlo tanto, mi bebé y yo necesitamos estar tranquilos y este lugar es el mejor para ello - ¿Qué ha sucedido? ¿y Bruce?
Apenas lo menciona me hundo en sus brazos
-Hola Jean -lo saluda – ya mi niña, cálmate. Ven y cuéntame todo
-Buenas tardes señora Lee. Dejare sus maletas aquí Rache
-Si, gracias. Dile a Aurelia que venga a verme
-Por supuesto. Con permiso - se va y mamá y yo nos sentamos en el sillón del saló
-¿Ahora me dirás que paso? – no puedo contarle toda la verdad, no quiero que se nadie se vaya en su contra por su abuso hacia mi.
-Bruce me dio el divorcio y… y estoy embarazada – hipeo
-Dios mío Rachele - mi madre llama a Rosa y le pide un té para mi – es una maravillosa noticia lo de ser abuela, pero que mal que no estarán juntos para recibir a mi nieto, pero creo que tiene derecho a saberlo
-No mamá y no quiero decírselo aún. Y lo sé pero deja que me curé primero.
-Sabes que puedes contar conmigo y con tu padre, porque después de lo que hiciste por nosotros… te debemos mucho Rache.
-Gracias mama.
-Mi niña. Ven, vamos a tu habitación para que descanses – es todo lo que necesito ahora. Dormir mucho y ya que todo sigue tal cual lo deje cuando me fui me será más fácil. Ya mis maletas las subieron así que saco una pijama, me la pongo y entro en la cama – duerme hija. Mas tarde vendré a traerte la cena
-Gracias madre -no pasa mucho tiempo para que caiga en un reparador sueño, donde veo a dos pequeños niños de cabello cobrizo y a Bruce jugando en un lindo jardín.
Aurelia
Pobre señor Wells, ha estado metido en su despacho desde que la señora se fue y no ha querido comer mucho, pero fue su culpa, y aún así me siento mal por él. Tal vez deba llamar a la señora Caroline aunque corra el riesgo de que se enoje, pero no puedo más verlo así.
Voy de nuevo para insistir y toco su puerta.
-Aurelia, ya te he dicho que no quiero nada – dice desde el otro lado. Me estoy empezando a enojar. Regresó a la cocina y preparo un café para llevárselo. Esta vez entro sin anunciar
-Aurelia…
-mire Bruce, le traje un café y espero que se lo tome, también le prepararé algo liviano, y si no se la come llamaré a su madre. No soporto verlo así señor, por favor. – suspira derrotado y su voz es pura tristeza
-Se fue Aurelia, me dejó. -ha estado tomando un poco sin llenar el estómago pero está sobrio – y sinceramente no puedo seguir sin ella.
-Con todo respeto Bruce, pero ha sido su culpa. Y no puede darse por vencido tan pronto. Debe luchar por ella,
-lo sé y no sabes… La amo, pero le he hecho tanto daño que sería un sin vergüenza si la busco -eso ya lo sabia y nadie tuvo que decírselo para que se diera cuenta
-Debería de hacerlo, ella ahora lo necesita más que nunca - por su hijo
-¿Acaso te dijo algo?
-no señor, pero en su carita se notaba la tristeza. Creo que ella también lo quiere – en 5 años que llevo al servicio de él nunca lo había visto así de mal y llorando además.
-No me la merezco, tal vez deba dejar que haga su vida, soy malo para ella
-NO…no. Es decir, no creo que quiera verla con otro hombre – el cual este criando a su hijo
-Eso jamás, me pongo enfermo de pensar en eso. Dile a Jean que venga por favor.
-Enseguida señor. - salgo de allí donde hay un completo desastre, ha tirado todas sus cosas al suelo en un ataque de, puede decirse que fue ira hacia si mismo y no me ha dejado recoger nada
- Lucas, el señor quiere verte
-¿Sigue de mal humor? -le doy una mirada reprobatoria – esta bien ya voy
Señor Wells por favor, haga las cosas bien
Bruce
Lleva un mes lejos de mi vida, lejos de la que fue su casa, y la extraño como loco. No tengo muchos recuerdos de ella en un año que se quedó aquí pero una sola foto adorna el salón grande, y es una de la boda, aunque no cuenta cuando la vi en su ropa interior en el vestidor y luego en el cuarto especial, pero más que nada todas las palabras que me dijo antes de irse. He sido un completo idiota, pude haber tenido todo con ella, amor, deseo, felicidad y una familia.
Cuando me casé con ella prácticamente había dejado el b**m de lado, sin embargo tuve varias mujeres en la cama del apartamento, Lisa Newman ha sido la última y la verdad es que ya no me apetece seguir con ella, también estaba casada pero ahora no mas, en su tiempo fue mi sumisa y después de un par de años nos hicimos amigos. Es diferente, me entiende y según ella no busca nada más de mi que no sea amistad y sexo pero esto último lo doy por terminado..
Tomo un sorbo a mi café pero está vez sabe diferente, inmediatamente su olor y sabor me producen asco, tengo ganas de vomitar, por lo que corro al baño mas cercano y vacío mi estómago con lo poco que tiene. ¿desde cuándo el café me sienta mal?
Cepillo mis dientes y la imagen del espejo me da un aspecto demacrado. Ahora ya si tengo hambre.
-Señor ¿se encuentra bien? No tiene buen semblante
-Si Aurelia, solo estoy muy poco mareado y siento no poder tomarme tu café pero me hizo vomitar. Tengo ascos - me mira sorprendida y después hace como si supiera algo que yo no.
-¿Te parece mejor un té? – Frunce el ceño – y algunas galletas saladas. Es mejor que no le meta al estómago cosas pesadas.
-Esta bien. Pero quiero también un sándwich de pavo sin lechuga, ponle mantequilla de maní y una malteada de chocolate con un toque de crema de leche – joder, todo eso suena delicioso,. Parezco una mujer embarazada. Aurelia trata de reprimir una risa pero se le escapa - ¿Qué?
-nada Bruce
-¿hay helado?
-Sí. ¿le sirvo un poco?
-No dame el tarro.
Un hora después ya me he comido el sándwich, la malteada, un helado y un trozo de pastel. Mi estómago esta apunto de explotar. Nada como llenarse el estómago con todo este dulce después que vomitara. Es extraño.
Tengo sueño. Me duermo pensando en Rachele
¿Qué estarás haciendo mi amor?