Rachele
El alcohol de mi sistema casi había bajado gracias a las palabras de Bruce. El quería estar conmigo, ¡me deseaba! Y pretende que después de tanto tiempo yo ceda ante sus deseos. Quiere tener algo de mi que no se merece.
Cuando nos casamos, dijo que no habría luna de miel lo cual no me importó demasiado, pero hice algunas cosas por él, para hacer que me deseara, como comprar lencería, depilarme las partes donde el sol no llega y que duele horrores; hice el ridículo esa noche como la novata que soy y se burló de mi porque era demasiado hombre para mí. Me rechazo. Y desde ese mismo día jamás volvimos a hablar, solo estrictamente lo necesario.
-¿no te parece que es tarde para eso? Después de haberme rechazado la primera noche porque era poca cosa para ti – un solitaria lágrima rueda por mi mejilla recordando sus malas palabras – y supongo que saliste a buscar mujeres de verdad, no niñas insulsas como yo. – el hombre permanece callado – Bruce no eres de palo, no esperes que me coma el cuento que no tienes a nadie esperándote en algún lugar
-Tienes razón – se aparta no sin antes dejar un beso en mi hombro que me hace estremecer – pero ahora solo quiero estar con mi esposa, es tu deber.
-NO, YO NO TENGO NINGÚN DEBER EN ESTE MATRIMONIO, UN MATRIMONIO FALSO DONDE DEJASTE MUY CLARO QUE NO HABRÍA ABSOLUTAMENTE NADA ENTRE LOS DOS. – le grito – no me vengas ahora con esa mierda, esta pobre excusa patética. Antes si hubiera hecho cualquier cosa por ti y tal vez estaríamos bien y felices, pero te negaste y también a mi esa felicidad. – me alejo y voy al cuarto donde me cambio por una pijama y salgo hacia la habitación de huéspedes. Hoy no pienso dormir con él porque se que caería en su red y no se merece tener algo tan preciado como lo es mi virginidad, de lo cual estoy orgullosa tratando de no ceder ante él.
Se casó solo para obtener su dinero ¿Qué más quiere de mi si no me respeta como lo que soy? Su maldita esposa
Cruzo la sala al segundo piso y aún está donde lo deje hace unos minutos.
-Dime… ¿algún día me darás el divorcio? – le pregunto sacándolo de sus pensamientos - ¿me dejaras libre para ser feliz?
-La verdad… No lo sé.
- ¿Cómo?
-¿aun no lo sabes verdad? – solo niego. No tengo idea de que habla – no podemos separarnos hasta dentro de 10 años al menos y… Y tener hijos. Fue una condición para que pudiera recibir el dinero.
-¿Y hasta ahora me lo dices? Joder contigo. Aguantarte 10 putos años mas. Y olvídate de los niños. Algo se podrá hacer
-¿Tan malo ha sido vivir conmigo? Sales cuando se te da la gana y gastas mi dinero
-Es una pregunta estúpida ¿no crees? Tanto tiempo esperando a que al menos llevarnos la fiesta en paz pero ni siquiera me veías. Y lo irónico ahora es que has visto mi cuerpo, porque es lo único que a los hombres como tu les interesa, solo sexo. Mejor ve con una de tus tantas amigas. Y respecto al dinero, si eso es lo que te preocupa te lo devolveré
-No se trata de eso Rachele. Contigo… Siento diferente
-No me interesa nada de lo que tengas que decir o sientas. Dormiré en la habitación de invitados.
Entro allí poniéndole seguro a la puerta y camino hasta la cama derrumbándome en ella. Ya no estoy tan ebria pero si empiezo a sentir la resaca.
Debo conseguir un trabajo y así no estar todo el día encerrada en la casa y poder devolverle el dinero a Bruce que he gastado
Bruce
Tiene razón, ¿Por qué reclamarle algo a lo que no tengo derecho?
Cuando le pedí casarnos, solo estaba pensando en el dinero del abuelo, nunca se me pasó por la cabeza tener una relación con ella, solo la veía como una niña malcriada e inmadura y ha sido mi peor error, ser un infiel cuando en casa tenía un mujer hermosa que estaba dispuesta a complacerme, pero la rechace. ¿podría ser peor?
Doy vueltas en la cama sin poder conciliar el sueño, solo pienso en ella y en el dolor reflejado de sus hermosos ojos.
Me levanto para ir a verla pero la puerta está sellada desde adentro. Busco la llave en el manojo que tiene Aurelia en la cocina y abro. Al entrar me quedo de piedra, su pijama esta arriba en su cintura y… ¿Por qué no lleva su ropa interior? Puedo ver su v****a bien depilada y su delicioso culo, el que hace horas casi me mata. ¡joder! Me pongo duro al instante y no puedo evitar arrastrarme por la cama hacia ella. Parezco un jodido depravado.
Con cuidado de no despertarla, acarició sus piernas hasta su trasero, se remueve pero no despierta. Comienzo a besarla, tal vez al despertarse sienta ganas de estar conmigo. Murmura entre sueños algo que no alcanzo a escuchar y gime, eso me enciende aún más.
-Bruce... – susurra mi nombre. Su dulce voz envía descargas a mi m*****o
-Aquí estoy nena – le hablo al oído. Quiero hacerla mía en este momento ella es y siempre será mía. Estoy tan jodidamente caliente por ella - despierta - medio abre sus ojos enfocando la vista. Aún huele un poco a alcohol pero no me importa, hasta eso en ella me llama.
-¿Qué haces aquí? - se levanta de golpe y sostiene su cabeza. Seguro ya tiene resaca
-Tranquila, te traeré unas pastillas – no espero respuesta y salgo directo a la cocina.
Cuando vuelvo ya se ha tapado y no puedo disfrutar de la vista. Le entrego las pastas y un vaso de agua y se las toma.
-¿Qué hacías aquí Bruce? – repite. No le puedo decir que estaba viéndola y tocando su piel desnuda. No se que rayos me pasa con ella.
-Solo… Necesito que vuelvas a nuestra cama. – sin ella ya no soy capaz de dormir y si lo hago tengo pesadillas.
Cuando dormimos juntos por primera vez aunque no la toque dormí muy bien, pero lo curioso fue que al despertar la tenía abrazada por la espalda y así me quede por varios minutos, oliendo su aroma a fresas y acariciando su piel de seda, nunca lo supo y yo estaba sintiendo algo que no quería ni debía. Hace tiempo cerré mi corazón a ese sentimiento
-No lo haré
-Pero te necesito – casi estoy suplicándole. Lo que nunca he hecho – Ya me he acostumbrado a dormir contigo. – la verdad es que no he estado ignorándola como lo afirma, que no le hable es otra cosa pero siempre he estado al pendiente de todo lo que hace, excepto hoy, por eso tengo a Jean vigilándola, porque si me importa - Rache por favor… -suspira y se levanta. La sigo hasta nuestra habitación donde al fin logro dormir abrazándola y sorprendentemente no me rechaza.
Se lo que me está sucediendo con ella pero me niego a reconocerlo, porque soy carente de ese sentimiento llamado Amor, nunca lo he recibido de nadie mas aparte de Caroline y Gabriel, y me asusta, me asusta amarla hasta el desespero porque uno siempre termina herido, y no creo que pueda soportarlo.