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1368 Palabras
Alessandro. Un escalofrío recorrió mi cuerpo, intente jalar la cobija pero no había nada, abrí mis ojos poco a poco y me encontré con Morgan, de espaldas a mi, con las cobija enredada en sus piernas. Parecía que la necesidad de tener mis manos sobre su piel, jamás se acabaría. Su durazno se veía más que apetitoso y las curvas de sus cintura me volvían loco. Poco a poco me acerque a ella y comencé a dibujar pequeños trazos en sus piernas y glúteos, su piel dorada y lisa me provocaban cierta satisfacción, mis ojos recorrían su cuerpo una y otra vez hasta poder grabarlo por completo en mi mente. -Deberías de estar durmiendo, aún es muy temprano. -No puedo dormir, parece que alguien se ha quedado con toda la cobija. Morgan volteo y sus preciosos ojos me prestaron atención. -Lo siento, soy un desastre al dormir, ten. Me extendió un poco de la cobija y me tapo, su cuerpo de nuevo quedó pegado al mío, su calor era exquisito. -Ya no podemos dormir nena, tenemos que irnos. -Quisiera quedarme aquí. -Podremos venir las veces que quieras, ahora tenemos que darnos prisa. Morgan se levantó de la cama y fue hacia el baño, no tardo más de quince minutos en salir vestida y con el cabello arreglado. Mientras ella estaba dentro, me encargue de vestirme y acomodar la habitación, bajamos hacia el auto y nos pusimos en marcha hacia la casa de mi padre. Estoy seguro que me cuestionara tanto, sobre mis actitudes con Morgan, lo único que espero poder hacer es disimular ante sus padres. Al llegar a casa Morgan subió a su habitación, para darse un baño y cambiar su ropa, yo hice lo mismo pero antes de poder entrar mi padre se cruzó en mi camino. -¿Cómo la pasaron a noche?. -Bien, fuimos al bar de siempre y le presente a mis amigos, encajo muy bien. -Me da gusto, encárgate de salir con ella el resto de las vacaciones. -Lo haré padre. Me di un baño y me senté en la orilla de mi cama, Morgan parecía ocupar todo el espacio de mi mente, por más que intentaba pensar en otras cosas, me resultaba sumamente difícil despejarme. Es una tontería lo que estoy haciendo, incluso es lo más arriesgado del mundo, pero es inevitable no estar cerca de ella, es dulce, alegre, guapa y tiene un cuerpo jodidamente bueno. Baje hacia el comedor y no había nadie, así que decidí ir hacia el jardín, ahí estaban todos desayunando, tomando un poco de sol. Mi padre como los Rizzoto vestían su traje de baño con alguna prenda que los cubra mientras que desayunan, Morgan vestía un short n***o y su pequeño top del bikini. Trague fuerte y me senté con ellos, todos hablaban entre si, Morgan no me prestaba atención y eso empezaba a molestarme, habíamos pasado la noche juntos y ahora hace como si nada? -Veo que ustedes se llevan muy bien, me alegro. Morgan siempre se queja que no tenemos tiempo para ella, espero no puedas ayudarme con eso Alessandro. -Claro Stella, no tengo problema en pasar tiempo con Morgan, es muy agradable. -Y tú lo eres, ¿Qué haremos durante el día?. podemos estar un buen rato en casa, que disfrutes un poco a tus padres y después podemos ir al centro, alguna plaza o si tus padres te dan permiso, mis amigos de la universidad tienen una reunión, podemos ir. Morgan volteo a ver a sus padres, la cara de Flavio no fue tan convincente, mientras que la de Stella, brillo de alegría. -Claro que puede ir, son como hermanos, diviértanse. Sirve que nosotros descansamos un poco del trabajo. No me apetece poner un pie fuera de está hermosa casa. -Perfecto, gracias mami. El desayuno paso normal, Morgan por fin me prestó atención, conversábamos sobre cualquier cosa al igual que nuestros padres. Todo iba de maravilla hasta que su celular comenzó a  sonar, rápidamente se paró de la mesa y entro corriendo a la casa. Intente ir detrás de ella, pero preferí esperar unos minutos para después disculparme y entrar a casa con la excusa de ir al baño. Busque en la planta baja de la casa y no encontré nada, por lo que subí al siguiente piso, revise cada recámara incluyendo la suya y tampoco estaba ahí. Hasta que escuche su risa en el siguiente piso. Subí con mucho cuidado y la encontré recargada en el barandal, toda mi atención estaba en su durazno hasta que escuche su conversación. -Lamento no haber estado ahí, tenía demasiadas ganas de estar contigo y lo sabes, pero surgió un viaje de vacaciones con mis padres y mi tío, no me podía negar. Deja de pensar tonterías, es como si fuera mi hermano, aunque para ser sincera está jodidamente bueno, pero es muchísimo mayor que yo. Dante es un cabrón, si está bueno, pero solo quiere a las chicas para cogérselas y después desecharlas, no pienso ser una de ellas. Vale, hablamos después, te amo, besos. Me dejó con varias dudas y sobre todo, ¿Soy como su hermano?, Porque ayer por la noche pareció todo lo contrario. -Mm, así que soy como tú hermano, soy jodidamente sexy pero soy mayor que tu, no entiendo. -Maldición, me espantaste. ¿Si sabes que escuchar conversaciones ajenas es de muy mala educación?. -Lo se, pero hablabas de mi y hablar sobre otras personas en secreto igual es de mala educación. -Vale, estaba hablando con mi mejor amigo. Su hermano llegó de viaje y organizaron una pequeña reunión de bienvenida, quise estar ahí pero no iba a desaprovechar la oportunidad de salir de vacaciones. -¿Y eso es todo?, ¿Qué pensó tu amigo para que hablaras así de mi?. Me acerque un poco más a ella y lo tome de la cintura, quedamos sumamente cerca, a la orilla del balcón. -Mm, piensa que me estoy liando contigo, y claro que lo estoy haciendo, pero no quiero que nadie se entere. -Perfecto, ¿Entonces estoy jodidamente bueno?. -Claro que lo estás, ¿nunca te has visto en un espejo?, engreído. Morgan se safo de mi agarre y camino hacia las escaleras, mi mano no se contuvo y la termine estrellando en su culo, sus hermosas nalgas rebotaron con delicia y mi mente tuvo una imaginación enorme. -Nunca me des la espalda y jamás me dejes hablando solo, ¿De acuerdo?. -¿Y si no, qué?. -Voy a tener que tomar otras medidas para que entiendas. La tomé de la cintura y volví a pegarla a mi cuerpo, besé sus hermosos labios mientras que mis manos viajaron a su cintura y de ahí a su trasero, me encargue de apretarlo cuántas veces quise hasta que salió un pequeño gemido de su boca. -Basta Alessandro, pueden escucharnos. -Eres tan jodidamente hermosa, me encanta tu cuerpo. -Y tú a mí, pero basta. Tienes que parar. -De acuerdo, vamos a bajo. Deje de besarla y ella bajo primero, segundos después salí tras ella y nuestros padres no dijeron nada. Morgan camino hacia la orilla de la piscina y quitó el pequeño short que traía, mis ojos se desviaron por completo y tuve que voltear a otro lado. Morgan entro con delicadeza al agua, mi pene resintió todo y sin querer una casa de campaña enorme comenzó a formase en mis pantalones, por lo que me puse de pie y camine hacia la piscina para entrar junto con ella. El agua refrescaría mis ideas y sobre todo mi calentura, Morgan nadaba de un lado a otro, su piel brillaba como diamante en el agua y la luz del sol, su belleza realmente era digna de adorar y su cuerpo digno de recorrer. Mi cabeza imagino tantas cosas, tantas posiciones y locuras juntos que no me importo que nuestros padres estuvieran cerca de nosotros y fui tras ella, para restregar mi erección en sus nalgas. -Tienes que encargarte de un problemita que ocasionaste. -Más tarde me hago cargo, pero tienes que ensañarme a solucionarlo. Me guiño un ojo y salió de la piscina, no sabía que me gustaba más de ella. Si su confianza al estar conmigo o sus nalgas.
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