Mi ticket

1862 Palabras
Daphnee se despertó aun con los ratros de la pasión en su cuerpo,  la suite olia a sexo y perfume, Mattia habia resultado un hombre no solo diestro sino parecía insaciable, durante la noche llego a pensar si aquel tipo se habia tomado algún tipo de estimulante, pues no parecía disminuir sus ganas, no es que se quejara mucho pues la verdad la experiencia fue muy placentera, pero ahora venia ese momento incomodo de cuando  te acuestas con un desconocido y no sabes como actuaran ninguno de los dos ni que temas tocar, pues a pesar de que el dia anterior habían compartido una charla amena, baile, copas y tenian feeling, sabia muy pocas cosas personales de el,  y si en una vida a veces no llegas a tener claro quien es quien, en un dia mucho menos. Un poco intimidada pensó en sus opciones, podía escucharlo su respiración era profunda y acompasada, parecía estar durmiendo todavía por lo que con cuidado se giró para verlo, aquel hombre era varonil y sexi, su piel tenia cierto bronceado a diferencia de la de ella que era muy blanca, el torso descubierto  permitía comprobar que era un hombre tonificado pero sin exagerar pues no poseía los tan deseados cuadritos de chocolate ni mucho menos pero tampoco  tenía un profiterol por estómago y ella no era la más atlética  ni chica fitness así que no se quejaba para nada. Lo mejor era continuar detallandolo en silencio antes de escapar, pues era bastante atractivo, así que continuó con su rostro, los labios eran delgados, una barba incipiente, cejas gruesas le daban carácter a su rostro y cierta mirada malvada cuando al posaba en ella, nariz respingona y en ese momento con sus facciones relajadas se veía mucho más tentador, pero la noche anterior lo que realmente  le había cautivado era su inteligencia y sencillez, nada que ver con el imbécil que compartir el VIP con el que se sentía amo del universo, el tal Dennis era desagradable y prepotente, pero Mattia la entretuvo con una conversación inteligente sobre arte, música y prácticas de negocio, a sus 32 años se acababa de independizar y el abrir su propia empresa lo cual era todo un reto y escuchar la manera de cómo hablaba de sus proyectos era estimulante. Se vistió ya un poco más de prisa pensando en la posibilidad de que él no deseara encontrarla allí y ya había perdido tiempo deleitándose en su físico, pero cuando se disponía a salir el la tomo de la mano, estaba en bóxer con los ojos clavados en ella, ella era mucho más pequeña que él asi que debia subir el rostro para mirarle, —¿Para donde vas tan de prisa un domingo en la mañana?, ¿No te apetece al menos un café? —Sería una idea  genial. —Te sere honesto de la cocina no se mucho pero se hacer unos lates espectaculares y tengo unos croissant de chocolate de una excelente panadería si te apetece. —La verdad solo desayuno un poco de café y frutas, no desayuno pesado. —Pues tengo lo necesario para satisfacerte—,  aquello pareció un juego de palabras que terminó por dejar muda unos instantes a Daphnee, —no quise decirlo en otro sentido, olvídalo, me refería a que tengo frutas y te preparo el café. —Por mi esta bien—, se acerco a ella sigiloso depues de colocar la maquina de café a funcionar,  por un momento pensó que era para seducirla, pero el sonrio y con sultileza llevo su cadera a un lado para poder abrir la gaveta y sacar el batidor de mano, por lo que ella se sintió una idiota y el sonrio. Mattia exhudaba sexo hacia que las actividades mas normales se vieran como algo s****l y allí estaba calentado la leche mientras la batia para obtener espuma, pero sin parar de verle el cuerpo en especial lo pechos, ¿ese tipo estapa caliente de nuevo? ¿En serio?, cuando obtuvo suficiente espuma la dejo aun lado con una cucharilla en espera del café, pero en esta oportunidad se acercó a Daphne hasta que ella quedó completamente apoyada de la encimera central, pego su cuerpo completamente al de ella y apoyó una mano a cada lado, la tenía completamente acorralada, saco un poco su lengua y la paso sobre los labios de ella, inevitablemente su cuerpo reaccionó. Acercó su boca a su oído y dejó escapar un suspiro que la estremeció y repitió la acción que hizo con sus labios ahora con su oreja, su lengua húmeda recorrió su oreja y luego su cuello, —¿quieres saber que me gustaría desayunar a mi? Ella tembló ante la anticipación y con la voz entrecortada respondió, —¡si! —A ti—, y sin mediar palabra la alzó sin mucho esfuerzo y la subió a la encimera, se adentro entre sus piernas  y mientras la besaba apasionadamente su mano juguetona abrió su camisa y dejó escapar sus pechos turgentes, comenzó a acariciarlos y apretarlos, —Shhh, tranquila, solo quiero comprobar lo que anoche me encantó de ti, eres muy receptiva y debes saber exquisita en la mañana, se que apenas hace unas horas estábamos en la ducha juntos, pero me tienes enloquecido, te prometo que te gustara solo quédate muy quieta y siente. Fue cuando ella vio como tomaba un trozo de croissant y colocaba en la punta de sus pechos chocolate y los probaba como si se tratara de un manjar, en ese momento Daphene dejó escapar un suave suspiro y hecho su espalda ligeramente hacia atrás, que placer le generaba el condenado y que reactiva era a sus caricias, mientras repetía la acción  en su otro pecho su mano viajó a través de su falda al borde de su bloomer de encaje y lo fue deslizando hasta dejarla completamente expuesta, sus glúteos estaban en contacto directo con el granito frío pero esta sensación lejos de incomofdarla la excitó aún más. —Ahora probare un poco de la leche a ver que tal esta para el café—, en ese momento el tomo la espuma tibia de la leche, la colocó en sus pechos y su área íntima y de unos lametazos la devoro, a esa altura ya ella se estaba comenzando a enloquecer así que subió la piernas y las entrelazo en la cintura de él para provocarlo con movimientos de su pelvis mientras lo besaba. —No esperes más, tomame—, ella suplicó y él la complacio de inmediato, busco un preservativo en una gaveta cercana y luego de colocárselo la poseyó sin tregua, la primera en llegar fue ella y luego él la siguió, sus miradas eran intensas y había una cierta conexión que era muy pronto para ponerle nombre, así que ella se incorporo un poco mientras él salía de ella con lentitud, luego con cuidado la llevó en brazos a la ducha y después de deshacerse del condón se unió a ella en la ducha, se dieron por segunda vez un baño juntos pero este fue más rápido y con el único objetivo de asearse, al salir el le presto una camiseta  y el se coloco un bóxer para ir a desayunar. —Ahora que ambos estamos más calmados es momento de desayunar y conversar—, lo vio como servía los cafés y luego un poco de una ensalada de frutas que tenía en un tazón  para ella, —¿sabías que eres deliciosa? —Por favor no hablemos de sexo mientras desayunamos. —¿Te incomoda? —Un poco. —De acuerdo, entonces cambiemos el tema, qué piensas hacer en el resto de la mañana de hoy, ¿Tienes planes? —La verdad es que no. —Yo debo ir al  Club a las cuatro, me encantaría pasar más tiempo contigo, tener tu número, ver alguna película, algo que me permita conocerte un poco. —No tengo un plan para hoy, supongo  que invernar hasta la noche. —Pues inverna conmigo, te prometo hacerte palomitas de maíz y si prefieres otra cosa la pedimos. —Me parece un buen plan. —¿Y tus amigas no se molestaran? —Una ha de estar trabajando en el restaurante y la otra en días así después de una salida duerme muchísimo para recuperarse porque es modelo. —Wow, debe ser genial tener compañeros de apartamento. —Normalmente si, pero cuando se trata de usar el baño es otro asunto, tres mujeres pues que cada una se tarda no es fácil. —Realmente ha de ser una locura—, comentó mientras acariciaba su hombro desnudo y por un momento esa mujer que estaba enfrente se le hizo apetecible como tenía mucho que no le pasaba, era hermosa y fácil de conocer, no le gustaba admitirlo pero a veces sentía que la vida nocturna lo alejaba un poco de la realidad, conocía a muchos, tenía constantemente personas a su alrededor pero muchas veces eran bastante superficiales y estaba aburrido de eso, esa etapa ya la había quemado cuando se dedicaba a crear y hacer triunfar su negocio, quería darse la oportunidad de tener experiencias diferentes y ella era el ticket de entrada, estaba seguro. —¿Te aburro con mis cosas de chicas verdad? —Para nada, solo estoy fascinado con el color de tu cabello y de piel. —No te burles, si toda la vida me han dicho zanahoria, fresa  y soy demasiado blanca lechosa  a nivel transparente que se me ven todas las instalaciones por fuera o lo bien conocido como venas y llena de pecas como si fuera una panqueca, no tienes idea de la cantidad de apodos que he tenido, aunque para ser honesta no es algo que me importe mucho, supongo que herede un poco de mi madre Irlandesa y para mi es un orgullo. —Pues para mi tiene un efecto devastador, nunca te pondría un sobrenombre así, pero lo tendré en cuenta si algún día quiero sacarte de tus casillas, ahora cuéntame ¿sabes bailar música Irlandesa? —Por supuesto. —Más adelante tienes que enseñarme, me encanta. —Claro que si con gusto, mi mamá tenía una academia de baile. —¿Por qué hablas de ella en pasado? —Falleció el año pasado, pero dejó un hermoso legado en sus alumnos, hijos, esposo, nietos, vecinos y familiares. —Que lindo que la recuerdes así los míos están vivos pero les gusta estar en el campo. —Debes disfrutarlos los padres son una bendición—, eso le hizo reflexionar tenía razón, hace un tiempo que no los llamaba lo haría el día siguiente, sus padres habían sido buenos, siempre amorosos y apoyándole en sus sueños y él a cambio se olvidada de buscarlos. —Tienes razón, hay que hacer tiempo para la familia. —Por cierto les enviare un mensaje a mis amigas para que no se preocupen, y ¿Qué película deseas ver?. —La vida es bella. —Buena elección, si lo deseas hacemos unos snacks juntos y un poco de ensalada para almorzar. —Me encantaría, así que manos a la obra.
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