—Luisa ...— Gimo, pero por la forma en que me levanto entre nosotros, sé que mi fuerza de voluntad se está marchitando con cada golpe de su coño contra mí. Frota su nariz contra la mía, por mi mejilla y por mi cuello antes de darme un beso detrás de la oreja y frotar su lengua por el pulso que parpadea en mi cuello. Estoy a punto de ceder ante mis deseos y los de ella cuando ella se desliza de mi regazo al suelo frente a mí. Pasa las yemas de los dedos por mis muslos y separa mis piernas antes de que esas manos suaves y delicadas encuentren mi polla. Me frota a través de mis calzoncillos y asumo que se está preparando para liberarme de mis calzoncillos, pero en lugar de eso, se pone de rodillas y presiona sus labios contra mi polla a través de la tela. Me inclino hacia atrás para verla me

