BRYCE
Intento absorber lo que ha pasado mientras América, como ahora sé que es su verdadero nombre, se ducha. Le pedí que lo hiciera porque necesitaba procesar todo. Ahora, estando a solas, mi mirada no abandona la sangre que ha manchado las sábanas. Jamás he tenido relaciones sexuales con una virgen, ni siquiera en mis tiempos de juventud, cuando acostaba con cualquier mujer fácil.
Por más que lo intento, nunca lo he hecho sin condón, ni siquiera con Alene. La rabia y la culpa se me acumulan; cierro y abro los puños, me paso una mano por el cabello. La desesperación ante lo desconocido surge, y siento que soy capaz de asesinar a cualquier persona en estos momentos.
No solo eso, la sangre virgen gotea de mi polla y, pese a que estoy en bóxer, siento la necesidad de castrarme. Hay algo
