Al octavo día del nuevo imperio, el cielo entero se detuvo.
Literalmente.
El sol se congeló en el cenit.
Las nubes quedaron petrificadas.
Incluso las gotas de lluvia quedaron suspendidas en el aire como diamantes flotantes.
¡Alguien había detenido el tiempo en todo el Continente Sagrado!
En el centro del Palacio de los Nueve Dragones, Fernando abrió los ojos en el trono.
Una sonrisa peligrosa apareció en su rostro.
—Al fin… uno de los viejos monstruos se atreve a bajar.
¡CRACK!
El espacio frente al trono se desgarró como papel.
Una mujer salió caminando del vacío.
Edad aparente: die… dieciocho años.
Cabello plateado que fluía como río de estrellas.
Vestido hecho de tiempo puro: cada hilo era una línea temporal diferente.
Ojos dorados idénticos a los de Fernando, pero llenos de lágrimas de sangre.
Cultivación: ¡Pico del Reino Dios Antiguo!
¡La Diosa del Tiempo y el Destino, Chronos Tian!
¡Una de las doce Dioses Antiguos que sellaron a Fernando hace diez mil años!
La mujer miró a Fernando… y sus rodillas cedieron al instante.
¡PLAF!
La Diosa que controlaba el tiempo de todo el universo se arrodilló y golpeó el suelo con la frente hasta sangrar.
—¡Padre…!
—¡Hija indigna Chronos Tian viene a pagar su deuda de sangre!
¡BOOM!
El tiempo volvió a fluir de golpe, pero ahora solo dentro del palacio.
Isabella, Xihe y Long Xier se quedaron petrificados.
¡¿PADRE?!
Fernando se puso de pie lentamente.
Sus ojos dorados brillaron con emociones complejas.
—Chronos…
—La hija que crié durante trescientos mil años en mi vida pasada.
—La misma que sostuvo la Cadena del Destino Eterno mientras los otros once me apuñalaban por la espalda.
Chronos lloró sangre sin parar.
—¡Fui engañada!
—¡Los Dioses Primordiales me mostraron visiones falsas de que tú destruirías todos los mundos!
—¡Creí que era por el bien mayor!
—¡Cuando descubrí la verdad… ya habías sido sellado y mi alma fue fragmentada y esclavizada durante diez mil años!
Se arrastró de rodillas hasta los pies de Fernando y abrazó sus piernas.
—¡Padre! ¡Mátame! ¡Refina mi alma divina! ¡Haz lo que quieras!
—¡Solo te suplico… déjame expiar mi pecado filial!
Fernando la miró un largo segundo.
Luego habló con voz que hizo temblar los treinta y tres cielos:
—Chronos Tian…
—Eres la única que no levantó la espada contra mí directamente.
—Te doy una última oportunidad.
Chronos alzó la cabeza, lágrimas de sangre corriendo.
—¡Cualquier cosa! ¡Ordéname, padre!
Fernando extendió la mano.
—Tus poderes del tiempo y el destino… entrégalos todos.
—A partir de hoy, serás mi cuarta esposa… y la guardiana eterna del harén.
Chronos tembló de emoción y felicidad.
Sin dudar, alzó las manos.
¡ZUMMMMM!
Dos orbes brillantes (uno plateado del tiempo, otro dorado del destino) salieron de su cuerpo y volaron a la palma de Fernando.
Su cultivación cayó del Reino Dios Antiguo… al Reino Emperador.
Pero sus ojos brillaban más que nunca.
—¡Sí, esposo! ¡Sí, mi señor!
Se lanzó a los brazos de Fernando y lo besó con desesperación delante de todo el palacio.
Isabella, Xihe y Long Xier se quedaron boquiabiertos.
¡La Diosa del Tiempo… ahora era la cuarta concubina oficial!
¡DING!
[Misión divina completada: «Reconquistar a la hija traidora»]
[Recompensa: Dominio absoluto del Tiempo y el Destino]
[Habilidad pasiva: Puede retroceder el tiempo personal hasta 10 segundos / Puede ver 100 futuros posibles]
[Regalo extra: «Espejo de los Mil Destinos» – artefacto nivel Creador que puede reescribir eventos menores]
Fernando abrazó a Chronos y habló con voz que resonó en todo el multiverso:
—Escuchad bien, Dioses Antiguos restantes:
—Chronos Tian ya es mía.
—El próximo que baje… morirá.
Entonces chasqueó los dedos.
¡BOOM! ¡BOOM! ¡BOOM!
Tres continentes enteros (Continente Demoníaco, Continente Bestia Divina y Continente Elfo Ancestral) fueron teletransportados por la fuerza y fusionados al Imperio del Guerrero Supremo en un solo día.
¡El territorio pasó de 9 millones a 87 millones de km² en una sola respiración!
Todos los reyes, emperadores y bestias divinas de esos continentes sintieron la presión y se arrodillaron al instante.
¡El imperio más grande de la historia acababa de nacer!
Esa misma noche – Cámara Imperial
Cama ahora de doscientos metros.
Fernando en el centro.
A su alrededor:
Isabella (fénix)
Xihe (emperatriz traidora redimida)
Long Xier (dragona)
Chronos Tian (diosa del tiempo, ahora con collar de destino dorado)
Las cuatro mujeres competían por complacerlo con una pasión que hacía temblar las leyes del universo.
Chronos usaba su poder residual para hacer que cada segundo durara una hora de placer.
Long Xier envolvía su cola alrededor de todos.
Isabella quemaba el aire con fuego fénix de pasión.
Xihe lloraba de felicidad cada vez que Fernando la tocaba.
El palacio entero tembló toda la noche.
Al amanecer…
Las cuatro salieron al balcón principal, marcadas, despeinadas y con sonrisas de absoluta devoción.
Todo el imperio las vio.
Y todo el imperio gritó al unísono:
—¡¡Larga vida al Emperador Supremo!!
¡¡Larga vida a las Cuatro Emperatrices!!
En los cielos superiores, los once Dioses Antiguos restantes se reunieron por primera vez en millones de años.
Y todos temblaron al mismo tiempo.
Porque acababan de recibir el mismo mensaje grabado en sus almas:
«Tenéis un año.
Después de eso… bajaré yo personalmente a cobrar la deuda de sangre.»