Una y otra vez enamorado de ti

En una mañana muy cálida, un pequeño de 6 años, dormía plácidamente en su cama, hasta que llegaron papá y mamá, abrieron lentamente las cortinas de la ventana, dando un cálido rayo de luz en el rostro del pequeño, la madre y padre despertaron al pequeño con un beso en la frente, el pequeño John, tenia todo lo que podría pedir cualquier niño, nunca le hizo falta nada, vivían en la ciudad de los ángeles, California; pero de vez en cuando, les gustaba descansar en su casa de campo, lejos de la ciudad. Su padre Oliver, era multimillonario por empresas de construcción y su madre Emma, una gran abogada, pero con el nacimiento de John, ella tuvo que retirarse un tiempo para atenderlo completamente. A diferencia de otra familia, la pequeña Matilda de 6 años, sus amaneceres no eran tan placenteros, la despertaban aventándole una bolsa llena de ropa sucia encima de su cama, y pidiendo mil cosas por hacer de limpieza, ella se levantaba con una sonrisa en su cara, pensando que esta vez solo era una bolsa, ella siempre fue tan optimista, tan sencilla, que siempre tenia una sonrisa en su rostro. Su padre Larry, siempre se salía a trabajar por las mañanas y regresaba de noche, y su madre Elvira, solo salía de casa sin avisar a donde iba, rara vez se quedaba en casa, tenía una hermana menor, Sonia de 4 años, ella era la consentida, todo lo que pedía se lo daban, mientras ella jugaba con sus muñecas, Matilda barría y trapeada toda la casa. Un día la madre Matilda, las llevo al Dr. ya que Sonia se sentía mal de la garganta, y temía que tuviera paperas y le pasara algo a su pequeña princesa, y se llevó a Matilde también para que la revisará, Matilda muy contenta por que se preocupaban por ella. La madre volteo y le dijo- No te ilusiones no me preocupas en nada, solo no quiero que te enfermes, no pienso lavar la ropa, para eso estas tú. Matilda entristeció, pero pronto se le olvido viendo la ciudad y el pasar de la gente y los carros. De pronto paso un carro muy bonito y elegante de color rojo, Sonia y Matilde voltearon a ver quién iba atrás, era un pequeño, al voltear él y mirarlas, Sonia levanto la mano muy efusiva saludando, mientras Matilde solo sonrió tímidamente, el niño volteando a ver a Matilde levanto la mano y la puso sobre la ventana del carro y respondió con otra sonrisa a Matilde. Sonia volteo a ver a la madre preguntándole ¿por qué iban caminando y no en carro? -Porque el inútil de tu padre, esta tratando de levantar la empresa que la inútil de…- hizo una pausa y continúo diciendo- una empresa que tenía futuro y solo sirve para apenas mantenernos. Mientras tanto el pequeño John que iba en el carro rojo, le pregunto a sus padres, porque había gente pobre y gente rica, ambos se quedaron mirando un momento, sin saber como contestar. Finalmente, la madre contesto: -Mira hijo, las cosas materiales son muy importantes y necesarias al igual que el dinero, pero recuerda muy bien esto, el dinero no compra la felicidad ni el amor, personas muy ricas pueden ser miserables y personas muy pobres pueden ser muy felices, todo depende de la gente como es realmente en el fondo de su corazón, quizás ahora no lo entiendes porque eres pequeño, pero cuando seas más grande lo entenderás- la madre solo volteo y mirando tiernamente a John le brindo una sonrisa. El padre sin saber que decir, solo asintió con la cabeza a lo que dijo su esposa. John efectivamente no entendió la respuesta, pero solo se quedó repitiendo esas palabras, “todo depende de la gente como es realmente en el fondo de su corazón”