Patrick se sentó en el escritorio, estaba temblando, sentía opresión en el pecho y un nudo en la garganta. Dejo el arma sobre la mesa y se sentó a pensar en lo que acababa de pasar. Otra vez un hermano diciéndole que estaba dispuesto a traicionarlo por la misma mujer, pero esto era peor, porque David era el hombre al que el había confiado su seguridad por tanto tiempo. Después de todo Elizabeth no era tan santa como parecía, èl no se tragaba eso de que no hubo nada entre ellos, la muy zorra, con su cara hermosa y ese tremendo c**o, iba por ahí seduciendo hombres para después hacerse la inocente. Así paso con Antuan, con David, con Alejandro, y con sabe cuántos más. Ella sabía quién era e iba por ahí sacando provecho de todos los hombres a su conveniencia, seguro decidió irse cuando notó

