—Más, oh… demonios, más fuerte —jadeó Jenna, y Caelan con una sonrisa aceleró, sintiendo el golpeteo de sus testículos en su culo y sus pechos rebotando para él, instándolo a tomar sus pezones en su boca. Caelan los chupó, los saboreó y Jenna se dedicó a gemir rebotando en su v***a dura. Mientras que Caelan le daba un placer intenso. Avasallante. Cuando Caelan se derramó dentro de su culo. Jenna se retiró de su regazo con lentitud. Sus cuerpos aún estaban calientes, marcados por el deseo recién consumado, pero ella ya no tenía el mismo brillo salvaje en los ojos. Ahora solo quedaba el silencio. Sin mirarse, cada uno se acomodó la ropa. Caelan abrochó el cinturón con movimientos pausados, mientras Jenna subía el vestido sobre sus pechos, y alisaba la tela sin mucha convicción. —Voy a

