La señal de Tanner.

Estaba cerca de lo que parecía un puente, la neblina no me dejaba ver con claridad hacía dónde debía ir. Miré entonces aquel mapa en mi mano, y maldije para mis adentros no poder verlo, todo era muy borroso y mis ojos no se enfocaban bien. El frío me castigaba el cuerpo, el gorro de lana gris y mi enorme campera negra no eran suficientes para evadirlo. El cielo era azul acuarela, de esos que te gustaría retractar y admirar como si jamás volvieras a verlo. Cuantas veces había pensado la palabra "verlo" en aquella situación. Deseando que esta vez tuviera una explicación. Es que, para ser sincera...lo veía, bueno, en realidad no, lo sentía. Me costaba hablar de él, me costaba admitir lo que me pasaba pero...si tan solo supieran mi intriga por encontrar a ese alguien que no sabía si estaba vivo...o muerto. Me fui acercando al puente, vacilante y con los pies casi arrastras. Entonces me paré en seco, abriendo los ojos hasta más no poder. El mapa se resbaló de mis manos al ver su silueta acercándose por encima del puente. Figura alta, eso distinguí solamente. No quise correr, pero cuando me percaté, ya lo estaba haciendo. La desesperación me invadió. —¡Aurora! Y esa fue la primera vez que oí su voz, y prometí jamás olvidarla.