CAPITULO 9-4

1002 Palabras
Apartó la mirada y Kerem se puso de pie. —¿Vas a enojarte conmigo? —Es una puta locura. —¿Qué ha pasado entre ambos para que insistas tanto? —No ha pasado nada—aseguró dándole la espalda. —Te conozco Behirham—Ruzgar detuvo sus pasos cuando le escuchó llamarlo de esa manera. Rara vez lo hacía—. Llevas meses viviendo una vida de soltero, teniendo a esa chica dentro de las paredes, pero ahora pareces ansioso de sacarla de tu vida a como de lugar. Ya que has dicho que llama tu atención, me pregunto, si hay algo más que te exige hacerla a un lado ¿Realmente te gusta Aygul Celik? —Llevo más de veinte años a tu lado. Has sido mi hermano, mi familia y mi compañero, pero soy consciente de que al final cada uno debía seguir su camino y tu encontraste el tuyo con Arabelle. Siempre fue Arabelle. Ahora es mi turno de sentar cabeza, por obligación y por deseo. Pude haber pensado en Elif Aksoy como una posibilidad, pero después de todo este tiempo, me he dado cuenta de que somos incompatibles. La chica me odia, odia a la Turk y considero que más que una ayuda, le estamos dando un castigo. El Meclis y sus mujeres no la toleran. Le huyen como un perro rabioso al agua y la soledad que la domina es enfermiza y contagiosa. Mi casa no es su hogar y dudo que algún lugar donde la Turk este presente lo sea. Fue un error haber aceptado y es momento de corregirlo de una vez por todas. Salió por la puerta dejando a Kerem sorprendido. Ruzgar tomó decisiones en pro de quienes amaba en el pasado, aunque eso le condenó a estar solo. Siempre fueron ellos dos hasta que se casó con Arabelle y ahora tenía una familia propia. Tenia razones firmes para querer iniciar su camino, pues era claro que la hermandad, aunque duradera, tenía que hacer pausas con las responsabilidades de los nuevos compromisos. Él tenía un hijo ahora. Ruzgar tomó aire al llegar a la sala. No esperaba que Kerem lo entendiera, pero era claro que no media el nivel de estrés que enfrentaba con esa mujer en casa. Quería ahorcarla a veces cuando llevaba su nivel de estrés al límite. El auto aun no estaba en la puerta. Pensó en que saldría ileso de allí, cuando escuchó la voz de una mujer a sus espaldas. Sonrió en dirección de Arabelle, aunque por dentro quiso reclamar que fuera el pilar más oponente a su liberación. La mujer le dio un abrazo. Tenia mucho tiempo de verlo. —¿Por qué no nos visitas tan seguido? —He estado ocupado—respondió ganándose un reproche. —¿Se está ocupado para la familia? —Mis ocupaciones representan su estabilidad así que deberás disculparme si no recuerdas mi atractivo rostro debido a mi ausencia. ¿Has estado bien? —Muy bien. Emir es un bebé que reclama mucho tiempo. —Que Alá lo haga crecer sano. Observó su reloj esperando que eso fuera suficiente para escapar antes que hiciera la pregunta que él no pensaba responder. No es que estuviera huyendo de ella, solo no quería discutir al respecto. Se disculpó rogando que el auto estuviera en la puerta, pero la pregunta tan odiada llegó haciéndolo maldecir para sus adentros. —Ruzgar ¿Cómo está Elif? Intolerante, odiosa, enfadosa, malditamente molesta… —Bien. —¿Bien? ¿Ha mejorado con el tiempo? —cuestionó provocando que su rostro dijera todo con un suspiro casi molesto que no pudo contener ni siquiera delante de ella. Elif Aksoy le ponía los vellos de punta. —De hecho—se sinceró—. Está peor que nunca. No creo que el tiempo pueda borrar las heridas que lleva en su corazón y lo lamento por ti Arabelle, porque sé que la estimabas, pero al final su destino quedó sellado en el Olum. Aunque quisieras darle piedad, sabes perfectamente que es imposible. Es una raíz traidora que… —¿Eso es lo que piensas de ella? —Es lo que todo el mundo piensa. Arabelle negó con la cabeza. No había entendido su petición. —Y cuando te pedí este favor pensé que habías comprendido mi punto. No quiero que la veas como todo el mundo. Está sola, no tiene a nadie y creo que puede tener muchos rencores en mi dirección y aunque fueron justificados, no la culpo. Su familia murió en nuestras manos, Ruzgar. Si tratas a un perro como lobo, tarde o temprano comenzará a aullar, lo mismo pasará con ella. Si la tratas como traidora, tarde o temprano terminará creyendo que es una y no lo es. El único pecado de Elif fue ser victima de las circunstancias que su familia creo para ella. ¿La ves como tu esposa o como la hija de Burak Aksoy? El silencio fue su respuesta. —No pido demasiado Ruzgar. Solo que te pongas en su lugar. —No puedo hacerlo si no pone de su parte. —¿Pero vas a intentarlo? Le sonrió. ¡Mierda! La adoraba como una hermana y cuando le veía de esa manera no podía decirle que no. Hizo acopio de toda su fuerza de voluntad para responder como ella quería, pero al final, decidió poner las cosas claras. —Voy a casarme con Aygul Celik, Arabelle. Lo máximo que puedo ofrecerte ahora, después de estos meses, es mantenerla en mi casa, porque, aunque me digas que no es una traidora, puede convertirse en una como su hermano en su momento—aseguró tomándola por sorpresa—. Si no vive conmigo, se muere y si no quieres eso, podría considerar mantenerla con vida de esa forma, pero nada más. Olvida que tendremos un hijo, porque es la menos indicada para ello. El odio no es un sentimiento que se borra con el tiempo y ella lo tiene presente. Tengo que irme.
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