Su voz fue cálida y calmada. Buscó tranquilizarlo. —Aunque lo deseara es imposible. Ninguno de mis hombres puede estar cerca, ni yo tampoco. Mi posición implica ciertos compromisos que podrían manchar la reputación y imaginas lo que pasaría si se supiera como Samir lo heredó todo. Mi hermano podía haber sido un adolescente, pero sabía exactamente lo que pasó y al final, el mundo lo juzgará como si fuera un cómplice. Para todos es mil veces mejor que él siga muerto. Con el hecho de decir “Él” se refirió a Behirham. —No está muerto y lo sabes. Si fuera así, Samir no tuviera el dinero que tiene, Kirina tampoco disfrutaría de la vida como lo hace y ellos tendrían una posición casi similar a la de tus hermanos legítimos. Tus manos han estado siempre allí, por y para ellos. Creo que estás en

