bc

Un café a la altura

book_age18+
266
SEGUIR
7.7K
LEER
multimillonario
love-triangle
una noche de pasión
HE
dominante
heredero/heredera
drama
sin pareja
misterio
perdedor
campus
Oficina/lugar de trabajo
de enemigos a amantes
sassy
like
intro-logo
Descripción

Una fría noche en que Verona Heart caminaba al lado de la carretera para buscar un taxi, conoce a un lindo y tierno joven llamado Collin Anderson, él se ofrece a llevarla a su casa convenciendo a la chica con simpatía y humor, lo que hace que Verona se suba a su auto. Al llegar a su destino, Collin le pide seguir viéndola, asistiendo así al café durante dos meses para llevarla a casa, hasta que un día desaparece sin dejar rastros. Verona intenta buscarlo, pero no tiene éxito, por lo que lo deja ir junto con sus sentimientos. Dos años después, Verona y su amiga Alma visitan el club Excess, propiedad del conglomerado Glow, quienes intentan por todas las vías comprar el negocio de Verona para construir un hotel en ese lugar. Estando allí, se encuentran con un ex compañero que está dispuesto a todo con tal de estar con Verona, incluso drogarla, desatando así un gran conflicto que lleva a la chica a terminar acostándose con un completo extraño que también ha sido drogado. El problema vendrá cuando ella se de cuenta de que el hombre con el que se acostó es precisamente "el diablo", Nataniel Frost, el dueño del conglomerado Glow y el tío de Collin Anderson, quién ha vuelto para intentar reconquistarla.

chap-preview
Vista previa gratis
Conociendo el amor
Hoy... - ¡Quiero que me dejes en paz! – Digo enojada y con las manos en su escritorio, mientras él me mira con hielo en los ojos y con una sonrisa sardónica. - Y yo quiero tu café – Dice lentamente y como si fuese el dulce e inocente hombre incapaz de dañar a una mosca, pero haciéndome todo el daño que puede - Para que veas que no siempre tenemos lo que queremos. - ¡Eres un imbécil! – Grito mientras él sonríe, definitivamente, no hay caso con este tipo. Repentinamente se levanta de su asiento y se acerca a mí, cual fiera liberada de su jaula. - No decías eso aquella noche. – Sus palabras me paralizan y mi cuerpo se hiela al recordar la noche que pasé con él, claro, sin saber que se trataba de Nataniel Frost, apodado “el mismísimo diablo” en toda esta ciudad. - ¡Vete a la mierda! – Mis palabras salen por entre mis dientes apretados intentando dañar a una pared dura como roca, pero no consiguen hacer efecto. - ¿Con esa boquita me besaste? Puaj… - Ahora se burla de mí como si nada le importara. - Hijo de… - Se acerca rápidamente y me toma la mano llevándome hacia la muralla. - ¿De qué? A ver, dilo. Pero estoy seguro de que lo único que quieres es hacer otra cosa. – Su cercanía, su forma de ser, el hielo en su mirada… Dios, una mezcla de emociones cruza por mi mente, pero sé que no son correctas. - ¡¿Qué?! Realmente eres un imbécil. – Digo sin tanta convicción y es que todo ahora me parece distorsionado, esa noche la pasé con un hombre dulce, a pesar de la fiereza del comienzo, que resultó ser más de lo que yo esperaba y ahora, este hombre que está frente a mí, es todo lo contrario, es capaz de hacer lo que sea con tal de conseguir lo que quiere. Lamentablemente para mí, eso es justo mi café. - Si, lo soy, te lo dije desde el primer momento y eso no te detuvo de pasar la noche conmigo. – Se acerca aún más a mí, sus labios a escasos centímetros, su mirada fija en los míos, su lengua pasa por su boca como si fuese él quién se muere por un beso, y mi mente sólo piensa en que casi puedo... ¡No! ¡Verona, por Dios! ¿En qué carajos estás pensando? Este jodido hombre es el enemigo ¡Métetelo en la cabeza de una buena vez! - Pero… Pero… - Dios ¿Qué voy a hacer conmigo? - Nada justifica que hayas enviado a tus gorilas para que me lastimaran, eso no se hace. - Toda la energía se drena de mi cuerpo al recordar a esa bestia intentando tocarme. - ¿Quién te hizo…? ¿Qué? - Sus palabras, su mirada y todo su rostro cambian en un segundo a algo mucho más congelado que el invierno mismo, el aire se vuelve difícil de respirar y su odio se siente tan real, pero por alguna extraña razón, no me asusta. Me suelta, se voltea y saca su teléfono. - Trae a los hombres. - Dice a la bocina. - Quiero que me digas en este momento que fue lo que te hicieron, y cuál de ellos fue, porque te aseguro que no quedará vivo después de eso. - ¿Qué? ¿Ahora me está defendiendo de lo mismo que él mandó a que me hicieran? No entiendo, este hombre es un jodido dos caras. - Señor… - Dice el hombre amable que me atiende siempre que vengo, detrás de él vienen los gorilas y allí está el pervertido que quería abusar de mí. Rápidamente y como acto reflejo, me escondo detrás de él sin darme cuenta, él me tapa aún más y toma mi mano acercándome a su espalda, pero si estoy en esta situación es por culpa de este mismo hombre que ahora usa su cuerpo como escudo de mis miedos. - Dime quién fue. - Él habla y mi respuesta no se deja esperar. - El grande de atrás… Él… - No alcanzo a terminar de hablar cuando Nataniel ya está frente a él, pese a la altura y el gran cuerpo del guardia, Nataniel lo toma del cuello como si se tratara de un paquete de caramelos. - ¡Salgan los demás! – Grita el frío, enojado y sexy hombre delante de mí, pero algo en su actitud me hace correr hacia él e intentar detenerlo. - No, por favor… - Pido y sólo lo hago porque este hombre es capaz de matar a alguien con sus manos y sin un rastro de culpabilidad. - Esta mierda te hizo daño ¿Y tú lo defiendes? – Dice entre dientes cuando, por inercia, yo me aferro a él tomando su espalda. - No fue sólo él, también… Fuiste tú. – Le digo y él se gira para mirarme sorprendido, comprendiendo recién lo que ha pasado, suelta al hombre y el tipo sale corriendo de la oficina. - Yo… - Si, él jamás dirá que lo siente, pero eso ya lo sé. - Sólo déjame en paz. No te voy a vender el café, así que, si quieres enviar a tus matones nuevamente, me da igual, sólo recuerda que el culpable aquí siempre serás tú. - Le digo alejándome de él y saliendo para hacer mi camino hacia la calle. Hace más de dos años... Tengo miedo, es cierto, tengo mucho miedo, la noche es fría y oscura, ahora es cuando recuerdo todos esos sueños que tenía de niña como, por ejemplo, ir a la universidad, trabajar en una gran empresa, ser la mejor economista, tener una casita en las afueras de la ciudad con un perro llamado Doki, pero que lejano es pensar en eso ahora. Voy caminando mientras evito a los vehículos que pasan a mi lado, la calle está tenebrosa, son las dos de la mañana y a estas horas recién salgo de mi café, es un pequeño sitio que se encuentra frente a un gran bar llamado Excess, es demasiado popular ya que toda la élite de la ciudad, e incluso del país, muere por ir allí, y bueno, está en el centro de la ciudad, por lo que sus dueños quieren comprar toda la manzana de enfrente para construir un hotel de lujo, eso incluye mi café, el tema es que yo no lo pienso vender, ese terreno perteneció a mis abuelos y lo único que pidieron a cambio por dejarme las tierras era que las trabajara, no puedo fallarles ahora, su sueño era tener un local donde pudieran atender amablemente a la gente, y ahora que ambos se han ido, yo no puedo vender para que hagan un hotel en el terreno que tanto les costó tener. ¡Dios, hace frío! - ¡Hey! ¿Quieres que te lleve a alguna parte? – Un vehículo se para a mi costado. - No, gracias, puedo caminar. – Mi tono de voz no es muy ameno y es que no es el primer imbécil que se ofrece a llevarme, el problema mo es que me lleven, sino a dónde me quieren llevar. Así que, como dijo mi abuela "desconfía y acertarás". - No, disculpa, no estoy diciendo que no puedas, sólo quiero ser de utilidad. – El tipo vuelve a hablar y yo me volteo para enfrentarlo y hacer que de una buena vez me deje en paz. - Dije que pue… - Pero cuando lo miro, una sensación extraña recorre mi cuerpo, es algo familiar, y es que se ve como un ser prácticamente de luz, como si de un ángel se tratase. Algo llama profundamente mi atención, y es que puedo ver en él lo mismo que veía en mis padres y en mis abuelos, este chico se siente como llegar a casa.

editor-pick
Dreame - Selecciones del Editor

bc

No soy un contrato.

read
254.4K
bc

Amor a la medida

read
115.0K
bc

La Esposa Exiliada

read
99.5K
bc

Querida Esposa, eres mía

read
88.9K
bc

Los Trillizos del Ceo

read
21.8K
bc

Mi Deuda con el Mafioso

read
11.4K
bc

Belial

read
19.5K

Escanee para descargar la aplicación

download_iosApp Store
google icon
Google Play
Facebook