Dias antes
Hoy me desperté más temprano porque tengo que ir al aeropuerto para recoger a un perro Spitz Pomerania el cual es un regalo del presidente para su esposa, se preguntarán porque pues simple, trabajo como guardaespaldas, algunos dirán pero eres mujer deberías conseguirte un marido, o ser otra cosa menos riesgosa ese trabajo es de hombres, vamos estamos en el siglo veintiuno las mujeres podemos hacer lo mismo que cualquier hombre.
Pero en fin antes que nada dejen que me presente. Mi nombre es Summer Valentine tengo veinticuatro años soy pelinegra ojos verdes, alta y de buen cuerpo según mi amiga, gracias a los ejercicios que hago para mantenerme en forma.
Vivo con mi mejor amiga nos conocimos desde el jardín de niños su familia y la mía son cercanas es por eso que estudiamos lo mismo y estuvimos juntas en la naval, somos una deshonra para nuestros padres porque nunca quisimos lo mismo que ellos.
Tienen dinero y querían que nos casemos con hombres que tuvieran igual o más dinero que nosotras y nos negamos, entramos a la naval, al graduarnos alquilamos un pequeño departamento para depender de nosotras y no de nuestra estúpida familia.
Después de ubicarnos en Milan buscamos trabajo en una agencia de guardaespaldas que es de un conocido de nuestro antiguo general, al llegar de inmediato nos dieron trabajo, bueno si se le puede llamar así, ya que yo cuido perros, arte y galerías, mientras que la verdadera acción se la lleva mi mejor amiga Joselyn.
Entro al baño me ducho me cepillo los dientes y voy al armario para ver que me pongo opto por un pantalón n***o de vestir una blusa blanca y un blazer n***o el atuendo típico de los guardaespaldas. Me coloco mis botines del mismo color, me pongo mi brillo labial dejo el cabello al natural y voy a la cocina para desayunar.
Me encuentro a Joselyn desayunando, me sirvo un poco de cereal con leche y me siento a su lado.
—Hola!!!
Grito en su oído y ella da un saltito del susto y suelto una carcajada y me siento frente a ella.
—Estás loca!!! Por poco y me matas del susto, siempre haces lo mismo, el día que me mates del corazón te quedarás sin mejor amiga.
—Perdón pero te vi aún dormida.
—Estoy muy cansada, mi jefe me está matando cree que soy su asistente y no su guardaespaldas.
—Al menos tú si tienes un buen trabajo, yo por más que le pida a Owen otro tipo de trabajo siempre me manda a lo mismo.
Y es verdad Owen solo me manda hacer trabajos insignificantes aunque son bien pagados no es lo que yo esperaba.
—Ve lo por este lado solo cuidas cosas que no te dan lata como a mi, mi jefe es un dolor de culo, cuando no quiere que le dé su café, quiere que le ayude a redactar sus informes o que haga su trabajo, se justifica porque según el me paga.
—Dile a Owen que ya no quieres trabajar para el, así tal vez te ubique en otro lado.
—Si quizá haga eso.
—O mejor deja de tirártelo y pon distancia, jefe empleada.
Ella abre los ojos como plato al saber que se que se acuesta con su jefe, no dice nada para que no la siga molestando. Termino de desayunar, busco mis llaves y me despido de Joss.
—Bueno, ya casi llega el vuelo y yo sunsigo aquí.
—Cuídate.
—Tu igual.
Me abraza es como una hermana para mí la quiero tanto, me separó de ella tomó mi celular, salgo del departamento voy al garaje que ahí abajo y busco mi motó me subo, salgo rumbo al aeropuerto.
Unas horas después de haber concluido con el trabajo, camino hasta la salida junto con mi compañero.
—No estuvo tan mal que digamos.
Me dice Gordon después de terminar nuestro trabajo, lo veo fijamente mientras me paro al lado de mi moto.
—Si eso crees tu.
—Vamos Summer no estuvo mal, hacemos lo que nos gusta y sin tanto riesgo, además que nos pagan como si cuidaramos al mismo presidente.
—Eso piensas porque te conformas con poco, eso no me va a mi, me gusta la adrenalina, arriesgarme y cuidar a personas no a un perro que apenas cabe en mi mano.
—Spitz Pomerania para ser exactos, y si es pequeño pero vale más que tú departamento, el mío y nuestros riñones juntos.
Suelto una carcajada, porque tiene razón, pero aún así no me siento conforme, le hace falta algo a mi vida.
—Ya dejemos este tema , no quiero saber mas, mejor vámonos ya le mandé el reporte a Owen y en cuando llegue nos pondrá en otro lugar, solo espero que esta vez sea algo grande y no lo pequeño que llevamos haciendo hasta ahorita.
Gordon ya no aporta nada más, sube a su carro y yo a mi moto, me voy hasta mi departamento, al llegar ahí dejo mis cosas me sirvo una copa de vino mientras preparaba la bañera para tomar un refrescante baño.
Ya más tarde estoy en mi notebook revisando unos correos de mi hermano preguntando que cuando voy a ir a la casa, que cuando me voy a presentar en la junta de consejo y por último el de la confirmación de la asistencia para el cumpleaños número 60 de mi papá.
Doy un suspiro de frustración, no entiendo porque quieren mi asistencia si ellos mismos me vetaron de sus vidas. Cierro mi notebook, me levanto para servirme más vino cuando la puerta del departamento se abre.
—Hola, como te fue.
Saludo a Joss quien trae una sonrisa de oreja a oreja, al parecer a ella si le fue bien.
—Bien, traje la cena, la señorita Carolina me dio lasaña.
—Que rico muero de hambre y no quería cocinar.
Entra a la cocina y la pone en el horno en lo que tomo otra copa y le sirvo vino para acompañar la cena.
—Mañana Austin se la va a pasar encerrado en su casa y yo tengo el día libre, estaba pensando en que podíamos ir al centro comercial, a comprar algo de ropa y al cine.
—Si, está bien tiene mucho que no nos damos un tiempo para salir.
—Genial mañana será día de chicas.
Cenamos, me platico como estuvo su día y yo le platique como estuvo el mío, después de dejar limpio todo cada una se fue a su habitación para descansar.
Al otro día como cada viernes me levanto temprano me pongo ropa deportiva y salgo de mi departamento y me pongo a correr, después de un rato regreso para preparar el desayuno, ya listo veo como si fuera un pequeño ratón se acerca Joselyn se sienta en el banco de la isla y le pongo una taza de café pan tostado y huevos revueltos con tocino, ella huele y da un suspiro de felicidad.
—Amo que hagas de desayunar.
—Lo se cariño.
—Hoy debe de ser un gran día, sin jefes molestos, ni trabajos aburridos solo tú y yo.
—Solo tu y yo.
Después de desayunar me cambio y salimos al centro comercial, comenzamos a ver ropa, zapatos y lencería, no por ser guardaespaldas quiere decir que no somos femeninas, al terminar de hacer nuestras compras, Joss me dice que se le antojo un croissant y un café frío, subimos al elevador para ir a la cafetería que esta en la parte de abajo del centro comercial, cuando veo que ve algo fijamente por él cristal del elevador.
—Que tanto ves
—A ese dios griego, está como quiere.
Volteo hasta donde esta el tipo del que habla y wooo si que es guapo, un hombre de un metro ochenta, cabello castaño, ojos color miel, su cuerpo atlético se puede apreciar gracias al traje que tiene hecho justo a la medida.
—Si es guapo, lamentablemente creo que esta casado y tiene un hijo.
—Que? como sabes eso.
—Hay amiga, tiene la argolla de matrimonio en su dedo y un niño pequeño cerca de el.
—Demonios, ya que
Dice mientras bajamos del elevador, volteo a ver al sujeto, al mismo tiempo que veo que se pone a hablar por teléfono, también veo como su guardaespaldas se pone a platicar con una joven que pasaba a su lado, niego con la cabeza y volteo a ver al pequeño el cual ya no está a su lado, lo busco con la mirada hasta que lo veo al lado de un tipo quien le está apuntando con una pistola en la cabeza.
Hola este es el primer capítulo de la guardaespaldas, espero que está historia les guste igual o más que las anteriores que tengan una linda noche.