Los gemidos resonaban una y otra vez en aquel salón, la lengua de Christopher entraba en toda la intimidad de ella sin darle tregua de que pudiera respirar provocando evidentes espasmos.
Al tiempo de que los dedos entraban y salían sin consideración alguna. Ella ponía su cabeza hacia atrás, Christopher sonreía, él sabía como moverse, como hacer las cosas para darle mayor profundidad.
Las manos de Elena estaban sobre los cabellos de él jalandolos. Elena tiembla sin parar cuando su orgasmo la arropa con facilidad.
Él succiona con fuerza de su clítoris haciendo que ella gire sus ojos. Él bebe todo el néctar que ella desprende quedando extasiado de ella y de su aroma.
Él se pone de pie cuando su m*****o comienza a gotear deseoso por entrar en ella, el rostro post orgásmico de Elena simplemente es algo que él no puede dejar de admirar
—¿Ese era el castigo? —ella pregunta con su voz agitada, haciendo que Christopher suelte una gran sonrisa con una voz ronca y excitante.
—No, la verdad esa era la preparación, el calentamiento por decirlo así. Date la vuelta —él ordenó, ella con su cuerpo aún conmocionado por lo que había acabado de pasar comienza a reír— date la vuelta Elena.
—¿Qué piensa hacer? —ella dijo completamente agitada, con su cuerpo sudoroso y lo suficientemente caliente deseando más.
Y es que a pesar de que solo tenía una experiencia mínima con él, su cuerpo le reclamaba por más, su cuerpo le pedía a gritos qué de nuevo él la tomara e hiciera lo que se quisiera con ella.
—Le pienso dar una lección, le pienso mostrar que no debe portarse mal gírese —él ordena eso, ella lo obedece y él acomoda su ropa dejándola el trasero descubierto.
Christopher levanta la mano y da unas cuantas nalgadas a ella dejándole su trasero completamente rojo.
Ella siente como su intimidad palpita, como con cada golpe que le da la excitación sube sin poder evitarlo y es que sin pensarlo, le encanta esto le encanta ser sometida de esta manera por él.
Él da unas cuantas nalgadas más, dejando el área completamente caliente y rojizo, ella respira con dificultad, él la baja de su regazo y la mira fijamente.
—Esto solo es una advertencia, mientras que estés en este trato conmigo te mantendrás completamente seria. No puedes tener otro tipo de relación ,mucho menos estar coqueteando con absolutamente nadie —él dice con seriedad.
—¿Perdón a qué se refiere exactamente?
—Que no me gusta ser el amante de nadie, esto es un trato entre los dos nada más y el trato es para pasarla bien, en dónde comience a andar con alguien eso tendría que acabarse y no me gusta acabar las cosas de este modo, adicional creo que es muy importante comprender que no me gusta verme envuelto en escándalos que afecten mi reputación —él dice.
—A ver, el que insistió por esto fue usted, no fui yo —ella dijo sintiendo como todo en ella se bajaba.
—Lo sé, por eso mismo soy yo quien deja las reglas claras y no me gusta que jueguen un juego en el que yo no soy el ganador.
—Está bien creo que hay muchas cosas que no habíamos dejado claras, pero siendo así es fabuloso sí dice que lo más justo es que yo no pueda tener a nadie, creo que sería realmente justo que usted tampoco tenga encuentros con alguien en los que estemos en este tipo de relación no lo cree —ella dice con una sonrisa.
—No te equivoques Elena, aquí quién pone las reglas soy yo, pero para tu tranquilidad no suelo tener relaciones con nadie, solamente me importa el sexo nada más y en cuanto a lo de mientras esté en este tipo de relación contigo el único escenario disponible para que podamos estar con otra persona es cuando haya algún intercambio y yo lo autorice de lo contrario no, claro —ella guarda silencio— te pregunté si te quedó claro.
—Sí me quedó claro, pero no sé si quiero acostumbrarme a esto —él comienza a reír de manera sensual la toma de la cintura acercándola a él y coloca sus dedos dentro de ella.
—¿Acostumbrarse a esto? esto no es algo de lo que te acostumbras, esto es algo con lo que te vuelves adicto, hagamos algo, iremos a un lugar esta noche, no quiero no por respuesta.
—Debo ver a mi mamá.
—Recuerda que puedes contratar a alguien para que la cuide, los gastos eso lo veremos después lo único que quiero es que el tiempo que me des sea exclusivo para mí y sea lo suficientemente productivo en donde yo me siente satisfecho por haberte dejado completamente satisfecha.
—Lo voy a pensar —ella dice sosteniendo sus quejidos cuando los dedos de Christopher se mueven insistentemente.
Ambos se separan cuando la puerta se abre, Elena acomoda rápidamente su ropa y Christopher se acomoda sobre su escritorio y agarra una carpeta en sus manos en ese momento él ve como su padre entra y observa la escena.
—Señorita.
—Taylor, Elena Taylor —ella estira su mano y aquel hombre asiente con su cabeza
—Elena Taylor, espero que te esté yendo bien en la clase con mi hijo —Elena abre su boca un tanto sorprendida y asiente.
—No sabía que era su hijo, pero sí es un muy buen profesor —aquel hombre sonríe mira a su hijo de reojo y luego la vuelvo a mirar a ella.
—Lo sé y por eso espero que lo que vi hace poco no se repita. —El ambiente se pone tenso—, sé cómo es y tiene la facilidad de meterse con cualquier mujer. espero que no caigas en sus enredos así como te usa puede usar a cualquiera— Elena mueve su cabeza asintiendo una y otra vez sin saber que decir ahora.
—Les pido un permiso, debo retirarme —ella dice.
—Señorita Taylor espero no le moleste lo que le dije, adicional a eso deberían ser más prudentes cualquiera puede darse cuenta están en la universidad, no en su casa.
Elena sale de allí y Christopher espera que ella cierre la puerta para golpear la mesa..
—¿Qué te has creído papá, cómo te atreves a decirle esas cosas?
—No me he creído nada, soy tu papá, soy dueño de esta universidad, decano y un profesor encantado de que estas instalaciones sean usadas con el propósito de que todos aprendan, no para tener sexo casual.
—No tienes por qué venir a hacer ese tipo de comentarios de una de mis estudiantes
—Te lo había pedido hace mucho Christopher, te lo había advertido y a ti te dio igual, no tengo porque soportar esto hijo, te amo y quiero lo mejor para ti.
—Me amas y quieres lo mejor para mí… decidí dar clases de nuevo para que tú estuvieras más tranquilo porque en el fondo sé que nos merecemos otra oportunidad. Pero no por eso he olvidado todo lo que ha pasado entre nosotros, papá te voy a pedir algo, no te metas en el salón en donde estoy dictando clases porque me voy y mando toda a la mierda dejando todo así. Adicional No quiero que le hagas comentarios a ella o a cualquier otra persona que esté a mi alrededor, te queda claro.
—¿Entonces no niegas que estás teniendo sexo con ella?
—No, claramente no lo niego, me la estoy pasando muy bien y no me pienso dejar amargar por ti, soy un hombre adulto.
—¿Eres un hombre adulto? porque en realidad no parece que seas un hombre adulto. De nuevo con tus cosas, lo único que espero es que sabes que hacer y que no. No te metas en problemas porque de lo contrario me atreveré a tomar medidas drásticas.
—¿Me estás amenazando?
—No, pero no creo que quieras ir a la cárcel, ¿qué te parece si el caso es reabierto? ya no puedes hacer nada, así seas el mejor abogado.