Mi nueva sumisa

Una proposición

Elena movió su cabeza, necesitaba que su mamá la viera bien independientemente de lo que estuviera pasando con ella, ya después buscaría la manera de enterarse exactamente qué es lo que sucede alrededor de la salud de su madre. Elena es consciente de algo, hará cualquier cosa que tenga que hacer con tal de que su madre esté con ella bien, muchos años de vida a su lado. Ella no llegaba a pensar como sería su vida sola, sin sus padres, sin nadie a su lado.

Ella entró con una de las mejores sonrisas, una de las sonrisas más falsas y fingidas, el médico mueve su cabeza despidiéndose y salió; él se estaba debatiendo entre decir la verdad o simplemente ponerse en el lugar de un amigo.

—Hola mujer bella, ¿cómo te sientes mamá? —Elena pregunta con un nudo de la garganta..

—Mucho mejor, al parecer fue un bajonazo de azúcar, ya sabes como me pongo cuando no me tomo todos los medicamentos, el cuerpo intenta recordarme de una u otra manera que no debo ser tan desordenada e imprudente. Pero cambiemos de tema, ¿tú cómo estás, por qué estás aquí tan temprano? no me digas que te dieron el día libre —Elena acarició la mano de su mamá.

—Sí, pedí unas cuantas horas libres cuando me enteré que habías llegado acá, pero al ver que estás bien debo decir que tomar lo que queda de la noche para poder estar contigo fue la mejor decisión, ¿cuéntame qué te dijo el médico, cómo vas con tu enfermedad?

—Mucho mejor —Elena hace una mueca, su madre era una experta en decir mentiras—, creo que cada día veo una mejora bastante contundente, si no fuera por tu compañía, por los ánimos que me das , no sé qué sería de mí —ella dice con nostalgia, un nudo se forma en la garganta de Elena.

—No quiero que pienses cosas feas Elena — dice ella—, aquí estoy para ti, no pienses cosas que no son, cosas locas.

—Yo también estoy para ti, siempre voy a estar para ti y para mi papá.

—Tú sabes lo que yo pienso de eso.

—Mamá tú también sabes lo que yo pienso de eso, independientemente de los problemas que ustedes hayan tenido como pareja. Él es mi papá y no puedo abandonarlo, por él estoy estudiando leyes y por él voy a ser la mejor abogada, únicamente por sacarlo de ese lugar tan espantoso, la cárcel no es para él. Pero como no quiero discutir contigo, mejor cuéntame algo… ¿tienes algo por decirme?

—No, he estado pensando algo y te lo voy a decir para que no te preocupes, creo que unos días de descanso para mí en este lugar serán maravillosos, me atienden perfectamente… espero que lo entiendas. —Ella rápidamente cambia el tema, evitando que Elena pueda hablar— Mi amor ¿Cómo vas en el trabajo, crees que haya posibilidad de conseguir un préstamo? —Elena sonríe y asiente con su cabeza.

—Si, tú no te preocupes si hay que conseguir algún préstamo, yo haré todo lo posible por conseguir la cantidad que tú necesites.

Elena se hizo cerca a su mamá, le aterraba la idea de llegar a pensar que en algún momento ella la iba a dejar sola, que se va a ir de su lado, es algo que no es fácil de asimilar.

Elena se levantó temprano tenía que seguir con la vida sin importar todas las piedras que encontraba en el camino, al final eso era lo que le habían enseñado a sus padres y para poder ayudar a su madre y a su padre a salir de la cárcel, tenía que hacer lo posible por poner en orden su vida.

Ella le dio un beso a su madre y salió de allí, fue hasta su casa y se dio un baño. Al llegar a la universidad, antes de entrar a su salón de clases cayó en cuenta de algo su profesor la había defendido el día anterior y eso que le pidió que mantuvieran las distancias cómo iba a manejar eso ahora ella.

Ella entró salió de forma cordial y se hizo en la la parte de atrás Christopher llegó 2 minutos después. Traía su ceño fruncido como siempre y su gesto lleno de arrogancia, su mirada se conectó con la de ella, sin embargo, solo fueron unos cuantos segundos porque de inmediato la quitó y empezó con su clase dándole una cantidad de importancia muy mínima a la que ella esperaba.

Christopher cerró la computadora, la clase había sido lo suficientemente sustanciosa y podría decir que el grupo bien normal lo estaba sorprendiendo, dos chicas altas se hicieron a su lado para pedirle alguna explicación; sin embargo, estaba concentrado en algo más cuando Elena se levantó para salir de allá, él la detuvo.

—Señorita Taylor, puedo esperar unos cuantos minutos, necesito hablar con usted —Elenaa sintió con su cabeza y se sentó a esperar notando como sus compañeras le coqueteaban descaradamente a Christopher y es que no se podía negar lo atractivo que era, esos ojos oscuros y penetrantes que podían atormentar a cualquiera, eran bastante llamativos, lo suficiente como para hacer que cualquiera perdiera el control y que sin duda fueran su perdición.

Cuando terminó Christopher se puso de pie y cerró la puerta con seguro, Elena mantuvo su postura firme a pesar de que la había salvado,, aún seguía siendo un cretino.

—Primero que nada quiero agradecerle por lo que hizo por mí ayer, no era necesario de verdad —ella dijo.

—Me está diciendo que no era necesario que le pusiera un alto a aquel tipejo que la estaba tocando de manera indebida. Señorita Taylor no justifique el irrespeto por parte de ese hombre usted y cualquiera merece que la toquen, pero no de esa manera —él dice con su mirada fija.

—En fin le agradezco y lamento si de pronto le ocasione algún problema.

—No entiendo porque usted tiene que pedir disculpas, al final usted no fue la que hizo algo y la que ocasionó problemas. Está aquí porque me di cuenta que la despidieron y supongo que necesita el trabajo

—Sí me despidieron, pero no voy a hablar de eso aquí y mucho menos con usted, usted me dejó muy claro que deberíamos manejar la distancia y eso estoy haciendo.

—No debería precipitarse ante los hechos Yo tengo una proposición… Creo que sus servicios me serán muy útiles.

Ella abre sus ojos y de inmediato niega, el descaro de este hombre era evidente. La palabra cretino le quedaba corta.

—No suelo aceptar este tipo de proposiciones y en realidad mi vida está pasando por un momento un tanto complicado como para seguir su juego, sin contar que este no es el lugar para hacer ese tipo de comentarios y yo no soy ese tipo de persona.

—No tengo claro que se está imaginando, pero no me ha entendido Elena, me siento responsable a pesar de que el maldito que la acosó fue otra persona, yo me siento responsable de que haya perdido el trabajo, por eso me ofrezco a que trabaje conmigo.

—Ahh era eso —ella dice con alivio, él sube sus cejas—. ¿Me está ofreciendo trabajo? Pero no entiendo el trabajo de qué o en qué.

—No tengo muy claro si lo sabe, pero esto no es idea mía ,estar en la universidad dando clases. Tengo mi propio consultorio jurídico y allí manejo mis casos, estoy aquí porque estoy haciéndole un favor a alguien, puede trabajar conmigo un tiempo mientras que consigue algo más, sería algo así como mi asistente.

—Es cierto lo que me está diciendo.. —ella dice con una sonrisa un poco tímida—. En verdad puedo trabajar con usted.

—Sería solo por un tiempo, No suelo meter en mi despacho personal sin experiencia, pero siento que estoy en deuda y no me gusta deber nada a nadie.

—Si esto es en serio le agradezco y le aseguro que no lo voy a decepcionar y mucho menos haré que se arrepienta en verdad necesito el dinero.

—Perfecto, puede llegar esta misma tarde. Allá le darán las indicaciones.

Elena comenzó a dar pequeños saltos y luego se lanza sobre él, sin pensarlo mucho y lo abraza. Por unos cuantos segundos, ambos se quedaron allí inhalando el aroma del otro… ella sintiéndose completamente nerviosa de tenerlo así de cerca y él sintiendo como la cercanía de ella lo ponía lo suficientemente mal sin poder controlar exactamente lo que pensaba de lo que quería y lo correcto.

—Lo siento, no era mi intención haberlo agarrado así.

—Por su bien le recomiendo que no lo vuelva a hacer… No sé si pueda controlarme la próxima vez.

Esas palabras hicieron que ella se erizara por completo, cómo era posible que con solo un par de palabras un hombre como él la pusiera tan nerviosa.