ZOE (UNA NOCHE ANTES) La música seguía vibrando en las paredes del local, mientras Wendy y yo reíamos como dos adolescentes sin preocupaciones. Las luces parpadeaban en tonos rosados, y por un momento, me permití olvidar que el mundo fuera de ese lugar existía. Wendy se había soltado el cabello, literal y emocionalmente, y bailaba sin parar, arrastrándome con ella cada tanto. — ¡Zoe, por Dios, te juro que si no bailas te vas a oxidar! —Gritó entre risas, levantando su copa. — Me gusta más ver cómo tú te oxidas mañana con la cruda. —Repliqué, riendo. — Vamos, no es para tanto. Un rato de diversión no le hace daño a nadie. Wendy se alejó bailando. Yo estaba absorta en mis pensamientos, luego de haber visto a Adriano bailar para una horda de mujeres alcoholizadas. Le daba vueltas y vuel

