ZOE
Apenas Ariana volvió a su lugar, yo me hundí en mi escritorio como si pudiera esconderme debajo del teclado. Me concentré en un correo que no necesitaba enviar todavía, solo para distraerme, cuando dos chicas del área de administración se acercaron con un montón de carpetas.
— Zoe, estos documentos son para el nuevo jefe. —Me los dejaron encima, como si fueran sacos de papas— ¡Uf, está guapísimo, ¿verdad? —dijo una, con ojos brillando de fan.
— Tiene pinta de actor de drama turco-americano. —Añadió la otra, suspirando como colegiala.
Yo apreté los labios y asentí con cara de póker. No, no lo mires como si fuera de otro planeta, Zoe, contrólate.
— Y oye, ¿el chico que te trajo comida hoy es tu novio? —Preguntó la primera, con un sonrisón de chisme.
— ¿Esteban? —Me encogí de hombro
