Ian
Despierto con un dolor de cabeza muy fuerte. Al abrir bien los ojos me doy cuenta de que esta no es mi cama, de qué no estoy en ninguna de las habitaciones de la mansión y de qué estoy esposado.
No me acuerdo de nada de lo que pasó anoche, pero entonces veo a Wen entrar por la puerta con una bandeja de comida.
-Que bien que ya despertaste. Toma.- Dice pasándome un plato con tostadas y un vaso con zumo.
-¿Qué quieres de mí?-Digo sin aceptar el plato.
-Quiero hacer las paces contigo. Quiero que intentemos estar juntos de nuevo.
-¿Quieres dejar de decir estupideces? Ambos sabemos que eso no va a pasar . Ni te voy a perdonar por lo que hiciste ni voy a volver contigo.
La cara de Wen se pone todavía más roja de la rabia que siente, pero no pierde los nervios.
-Pues muy bien, pero q
