Capítulo 4-Malcolm

1746 Palabras
Mientras estacionaba mi moto en la entrada de aquella maldita fiesta, pude sentir los ojos de los presentes devorándome en diferentes direcciones. Sus miradas cargadas de curiosidad, envidia y deseos oscuros parecían clavarse en mi piel. Por eso detesto estos lugares, los ignoro y camino hacia la puerta. Una vez dentro, me encontré con varios rostros familiares que, en respuesta a sus saludos, apenas asentí con la cabeza. No estaba de humor para tener una conversación con nadie, pero la gente a mi alrededor parecía no darse cuenta o simplemente no les importaba. Demasiado molestos. Esto es un mugroso hormiguero. Finalmente, logro localizar a Cristina, en medio de la multitud. Mis piernas se movieron automáticamente en dirección hacia ella, pero antes de alcanzarla, una mujer rubia se lanzó sobre mí. "¡Oye, cariño! ¡Te extrañé!" Bárbara gritó a todo pulmón, extendiendo sus manos como tentáculos hacia mi pecho. La miré con una mezcla de disgusto y deseo de matarla. Ella se percató de mi mirada poco amable y retrocedió ligeramente, pero no lo suficiente como para soltarme por completo. "Cariño, es tan bueno verte. ¿Nos divertiremos esta noche también?" preguntó con una coquetería desesperada. Impaciente, me acerqué a ella y le susurré con voz cargada de furia contenida: "Estoy a medio camino de olvidar que eres mujer, y a un tercio de olvidar que eres la hermana de mi ex amigo Conrad. Te aseguro que romperé esa asquerosa mano tuya. Bárbara, no olvides que me acosté contigo porque me drogaste y me atrapaste en ese maldito cuarto contigo. No me hagas llegar a nuevos niveles de mierda, porque te garantizo que te golpearé. ¡Así que aléjate!" Inmediatamente se da cuenta de que no estoy jugando. Las lágrimas llenan sus ojos, pero mantiene la compostura, priorizando su imagen. Era una experta en mantener su imagen intacta, una maldita idiota de plástico. "Cariño, lo entiendo. Nos veremos más tarde entonces. ¡Te amo!" respondió, acercándose y quedando frente a mí. No pude contener mi repulsión y la empujé lejos, pero se aferró a mí como una garrapata repugnante y murmuró en mi oído. "Le prometiste a mi hermano que cuidarías de mí". "Las promesas están hechas para romperse. Además ¿crees que eso me importa ahora? Si aún no te he matado, es porque le debía mucho a tu hermano. Pero después de soportar toda tu mierda por tanto tiempo, has agotado mi paciencia. A partir de ahora, hagas lo que hagas, no tiene nada que ver conmigo. ¿Lo entiendes? ¿O realmente quieres ver de lo que soy capaz?" "Esto no ha terminado. Nos volveremos a encontrar pronto, Malcolm". Finalmente me suelta la lunática y se va. Me resulta imposible asociar a esta chica con Conrad. Pobre infeliz, que gran hermana tienes. Niego con la cabeza y sigo mi camino, ignorando a varias mujeres en celo que se lanzan sobre mí. Sigo buscando a Cristina, ya que la había perdido de vista desde la molesta interrupción. Reviso mi teléfono; Ya han pasado 14 minutos. "¡Maldita sea!" Maldigo con frustración. Aceleré el paso y reconocí la espalda del idiota de Jason sentado en frente a mí. Todo esto era culpa suya, debería seguir siendo el novio de la psicópata de Bárbara. Continué caminando hasta que distinguí la pequeña figura encima de él. ¡No podía ser! Era imposible. No podía ser Cristina. Ella siempre había mantenido esa imagen de niña buena; nunca haría algo tan estúpido en público. Sin embargo, una sensación incómoda se apoderó de mí. Me acerqué a ellos y, cuando estuve lo suficientemente cerca, me di cuenta de que, en efecto, la chica era Cristina. Mi cuerpo tiembla; mi pecho se aprieta con ira. Sube y baja rápidamente. Sin previo aviso, aparto a Cristina y, con mi mano derecha libre, le propino un puñetazo a Jason. Al ser derribado, Jason se enfurece y se levanta rápidamente. Pero antes de que pueda reaccionar, le golpeo una vez más. Se da cuenta de que soy el responsable de su caída y su sorpresa se refleja en su rostro. "Malcolm, ¿qué diablos te pasa? ¡Somos compañeros de equipo, imbécil!" grita disgustado, pero el cobarde no hace nada para defenderse. Antes de responder, tengo la tentación de darle otro buen golpe, pero noto que Cristina se frota contra mí, tratando de subirse a mi cuello. Aunque nuestra diferencia de altura es notable, ya que mido 1,86 m, siento su extrañeza. Fijo mis ojos en los suyos y noto su mirada desenfocada. Hoy, realmente voy a enviar a ese bastardo de Jason al infierno. "Jason, dame una razón para no matarte ahora mismo", pronuncio cada palabra con frialdad. Mi deseo de acabar con él se hace cada vez más fuerte. Al darse cuenta de que no estoy bromeando, Jason se apresura a explicar. "Primero, cállate y no me interrumpas. Te explicaré. Después de que Cristina terminara la llamada, me dijo que su hermano enviaría a alguien a buscarla. Al parecer, ese alguien debes ser tú. No tenía idea de que eras amigo de su hermano. ¿Podrías hablar bien de mí?" "Ve al grano, Jason, o te despedazaré ahora mismo", mi amenaza es clara. Además, la llamó Cris, y me pican los puños otra vez. “Lo mejor sería encontrar un lugar más cómodo, no por mí, sino por el bien de Cristina", enfatiza. A regañadientes, acepto. "Si me permites, puedo ayudarte con ella", Jason intenta acercarse y tomarla, pero rápidamente lo aparto. Sigue soñando si crees que te dejaré sostenerla. "No es necesario", respondo, quitándome la chaqueta y colocándola sobre ella, ocultándola de cualquier mirada indiscreta que la ha estado devorando desde que entró en este lugar. "Muéstranos el camino", le ordeno sin darle otra opción. Jason asiente y caminamos hacia un patio escondido. "Fue aquí donde la conocí, aunque al principio ella no me notó", suspira el idiota con una sonrisa. La rabia hierve dentro de mí al imaginar a Jason aquí, observando a Cristina como un maldito acosador. Siento un impulso arrollador de hacerlo desaparecer, de romperlo en pedazos. "Habla", escupo con agitación, mientras siento las marcas de besos que Cristina está dejando en mi cuello, deberia alejarla, pero no lo hago. Esto es nuevo con ella, es emocionante. Mis ojos están llenos de deseo carnal, pero no quiero que este imbécil sea testigo de lo que está sucediendo, me alegro de cargar mi chaqueta hoy. Si se tratara de cualquier otra mujer, no me importaría, pero ni siquiera quiero que él vislumbre su sombra. Además, ella tiene una imagen que proteger y yo me encargaré de ello. "Si se duerme, puedes acostarla. Aunque no es recomendable hacerlo, al menos no por ahora", comenta Jason con preocupación. "Mejor explícame qué le sucede", reprendo a Jason. Estoy a punto de golpearlo. Solo necesito una razón más para destrozarle la cara. ¿Quién diablos se cree que es para preocuparse por ella? "No tengo mucho que decirte. Ella me pidió ayuda, preguntándome dónde estábamos. Al parecer, estaba hablando con su hermano por teléfono. No se sentía bien en ese momento", hace una pausa. "Sigue", exijo. “Ella estaba lejos de mí al principio, bebiendo con un chico de la universidad. No sé cómo se llama, pero sé que estudia allí. Me he cruzado con él un par de veces en los pasillos. Este tipo tuvo un accidente y se fue con una chica rubia que le ofreció una camiseta nueva. Qué tonto, dejándola sola. Aproveché mi oportunidad. Ella me dijo que tenía planes de acostarse con ese chico, me excitó, sí, lo admito. Le propuse ser su reemplazo y ella aceptó con una condición: que pusiera una alarma porqué, si el amigo de su hermano no llegaba en 20 minutos, pasaríamos la noche juntos. Pero de repente, ella se acercó a mí, se subió encima de mí de forma abrupta. Fue entonces cuando me di cuenta de que algo iba mal. Traté de explicarle la situación, de que probablemente estaba drogada, pero ella no quería entender y me besó con aún más intensidad", explica Jason, con los ojos brillantes, mientras continúa narrando los hechos. "Tú, como hombre, deberías entender. Fue imposible apartarla, especialmente porque realmente me gusta, supongo", concluye Jason casi en un susurro, sin saber que si no fuera porque Cristina está entre mis brazos, él estaría enterrado a diez metros bajo tierra. Mis manos están ocupadas, maldita sea. Realmente necesito golpearlo hasta sacar todas sus ideas sobre Cristina de su cabeza, pero la situación actual es más importante. "Dame las llaves de tu coche", ordenó. "¿Qué?", exclama Jason confundido. "Dámelas. Te daré las llaves de mi motocicleta. Haremos el intercambio de nuevo el lunes. ¿Entiendes?" Jason asiente de mala gana, manteniendo los ojos fijos en ella. Intercambiamos las llaves rápidamente. Salgo apresuradamente de la fiesta y me dirijo al auto de Jason con Cristina. En ese momento, siento que ya no puedo controlarme. Cristina está tocando lugares a los que no debería tener acceso. La acuesto en el asiento del pasajero y la sujeto con mi chaqueta. Y en ese instante, mi maldito corazón se retuerce. Observo cómo Cristina comienza a llorar. No sé qué hacer. "Tengo calor. Ayúdame, Malcolm. Me quema, me duele", grita con los ojos verdes desorientados. Mientras me suplica de esa manera, piso el acelerador y golpeo el volante con frustración. A mitad del camino, Cristina logra soltarse. Se abalanza sobre mí y maniobro el vehículo, conduciendo hacia un callejón. Estaciono el coche y Cristina consigue sentarse sobre mí. Deja besos húmedos desde mi cuello hasta mis oídos. No puedo soportarlo más. Empujo el asiento hacia atrás, coloco a Cristina debajo de mí y comienzo a besarla sin piedad, recordando cómo la encontré con Jason. La muerdo y el fuego nos envuelve a ambos hasta el amanecer, hasta que la droga la agota por completo. Ambos estamos exhaustos, pero con la poca energía que me queda, la coloco de nuevo en el asiento del pasajero, cubriéndola con mi chaqueta. La observo dormir y sonrío, pero de inmediato vuelvo a enfocar mi mente. Es imposible que estemos juntos, pero tampoco puedo permitir que ella esté con otra persona. ¿Qué estamos haciendo, Cristina? Debo parar con esto. Conduzco hasta mi apartamento. Detengo el vehículo, recojo a Cristina, agotada, y la llevo a mi habitación. Dudo por un momento, pero finalmente la abrazo para dormir a su lado. Caigo en un sueño profundo.
Lectura gratis para nuevos usuarios
Escanee para descargar la aplicación
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Autor
  • chap_listÍndice
  • likeAÑADIR