¿Qué pasa con la sequía?

880 Palabras
NOAH –¿Cuándo fue la última vez que tuviste sexo, hijo? – Mamá me estudia por encima del borde de sus gafas de leer con una sonrisa cómplice. Dios Casi escupo mi café. –Mamá, no vamos a hablar de eso. Limites. ¿Recuerdas? Ya hemos hablado de esto– Mi madre no tiene filtro y parece tener una curiosidad desmesurada por el estado de mi vida s****l. Me repito a mí mismo que eso es solo porque ella no tiene una. Por favor, que esa sea la razón. Ella simplemente se encoge de hombros. –Me preocupo, ¿sabes? – La verdad es que lo único que me falló este fin de semana fue mi wifi. Pero ¿qué es peor que eso? Mi propia madre señalándome mi racha de sequía con tanto detalle. –Estoy bien, mamá. En serio. No tienes que preocuparte– Sé lo suficiente como para saber que probablemente no tenemos una relación normal de madre e hijo. Mis padres se divorciaron cuando yo era joven, y fui criado principalmente por mi madre, por lo que siempre habíamos sido increíblemente unidos. –Noah, no tienes que estar en una relación comprometida para tener relaciones sexuales– hace una pausa para tomar un sorbo de su café, sonriendo de nuevo. –o eso he oído– –Soy muy consciente de eso– digo entre dientes. –Gracias mamá– Dos veces por semana, mi calendario está marcado para una cita en el mismo café con una de las mujeres más dulces y entrometidas de la ciudad; si, lo adivinaste, mi madre. Esto probablemente no ayuda a mi limitada vida social fuera de los eventos universitarios y alguna que otra salida nocturna, pero ella se aburre muchísimo después de haberse jubilado, y como vive no lejos del campus, es una tradición que hemos adoptado. Y una que rápidamente estoy empezando a reconsiderar. Debo haber heredado mi gen de madrugador de ella, porque siempre se las arregla para llegar antes que yo, así que estaba preparada y lista para disparar preguntas tan pronto como llegué. Es cierto que mi viaje al trabajo es un poco más largo que el suyo. Trabajando en la universidad, aprendí rapidísimo que cafeterías y bares están lo suficientemente lejos del campus como para evitar encontrarme con estudiantes y estoy más que dispuesto a conducir por toda la ciudad para evitar que un estudiante escuche a mi mama hablar de mi vida s****l en voz demasiado alta. Mamá se inclina hacia adelante y dió una palmadita en el dorso de la mano. –Entonces, ¿Qué está pasando realmente, cariño? ¿Qué pasa con la sequía? Tu aura esta descontrolada– Mueve la mano en el aire frente a mi cara como para limpiar las malas vibras. –Al menos déjame tomar un poco de cafeína antes de que limpies mi aura– pongo una sonrisa falsa. Después de tomar unos sorbos más de café, mamá apoya los codos en la mesa y se inclina. –Si no vamos a hablar de tu vida personal, háblame de trabajo. Las clases empiezan el lunes, ¿verdad? ¿Crees que te volverán a confundir con un estudiante de posgrado este año? – El año pasado, mi primer año como subdirector del programa de escritura creativa, las estudiantes me coqueteaban todo el tiempo. Una vez que descubrieron quien era, su vergüenza era casi palpable. Pero era algo propio de ser el subdirector más joven que el departamento había tenido. –No estoy seguro. supongo que ya veremos– Mis colegas y yo habíamos pasado las dos últimas semanas en formación preparándonos para la llegada de los estudiantes de vuelta al campus para revitalizar la prestigiosa universidad y nuestras polvorientas y viejas oficinas. Tengo un buen presentimiento sobre este año. Y me encanta lo que hago. Soy subdirector en la oficina de asesoramiento académico. Así que mientras los asesores que trabajan para mi ayudan a los estudiantes de pregrado con la transferencia de créditos y la inscripción en cursos, yo supervisaré al puñado de estudiantes de posgrado que tenemos cada año, interesándome personalmente en su éxito. Es un trabajo bastante discreto que me permite trabajar en el libro que he estado escribiendo durante los últimos dos años. –¿Y todavía estás pensando en Nueva York? – pregunta mamá. Asiento. –Ese es el – plan. –Después de que termine este año académico, mi plan es dejar mi trabajo en la universidad y mudarme a la ciudad de Nueva York, donde podría concentrarme en mi carrera de escritor y finalmente terminar mi manuscrito. Termino el resto de mi café y me levanto para tirar el vaso vacío, luego le doy a mi mamá un beso en la mejilla. –Perdón por retirarme temprano mamá– digo, con suerte de tener una excusa preparada. –Tengo reuniones en el campus– Y he agotado las conversaciones sobre vida s****l con mi madre por este día. –Adiós, Noah– mamá me sonríe cálidamente, viéndome ir. Mientras me subo a mi auto para conducir al campus, me hago una nota mental de que es viernes. Tal vez tome su sugerencia después de todo y saldré esta noche. Nunca se sabe cuándo podrías conocer a la persona indicada.
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