Lo tengo todo bajo control

1699 Palabras
LILA No debería haber dejado que Emily me arrastrara hasta aquí. Eso es seguro. Mientras caminamos por la sala, esquivo una pelota de ping-pong que pasa volando junto a nuestras cabeza desde un juego cercano de beer pong. ¿Por qué me había dejado convencer de esto? –¿No te alegra que hayamos venido? – sonríe Emily emocionada y me da una cerveza. Me mudé a la casa de al lado hace unas semanas. Ambas estamos a punto de comenzar nuestro programa de maestría, yo en poesía y ella en no ficción creativa, pero ahí es donde terminan nuestras similitudes. Mi vida llegó con muchas complicaciones y mayor responsabilidad como resultado de un error único que el suyo no. Se que no lo entenderá, pero hay un indicio de ansiedad subyacente que siento por estar lejos de casa. Pero como tengo una noche libre poco común antes de que comiencen las clases el lunes, y Holly no podía concebir la idea de que me quedara sola en casa un viernes por la noche, aquí estoy. –No particularmente. No voy a fiestas universitarias– Ni siquiera en mis días de estudiante. Emily pone los ojos en blanco. –No es una fiesta universitaria. Es una fiesta en casa. Y prácticamente una tradición– Esa parte puede ser cierta. Asistimos a una pequeña, pero prestigiosa universidad en la costa de este en un pequeño pueblo con solo un puñado de bares. La escena de los bares también se volvió vieja, así que las fiestas en casas eran bastante comunes. Sin embargo, mi asistencia a ellas no lo era. También había ido allí para la licenciatura, pero como estudiante que viajaban diariamente y aún vivía con mis padres. –Los chicos son tan raros– digo, mientras dos chicos con aspecto particularmente pijo delante de nosotros comienzan a beber cervezas a borbotones. –Creo que son bastantes guapos– dice Emily, sonriéndole a uno de ellos por encima de su bebida. –Además, solo lo dices por Jake– Se que tiene razón, así que no digo nada. Desde que Jake me dejó de la nada, no había sido yo misma. Especialmente con los hombres. Tal vez si él me hubiera dado una razón por la que podría haber seguido adelante, pero el simplemente me dijo que no estaba funcionando, que “era el, no yo”. Es una tontería, como si todo el tiempo que habíamos estado juntos no hubiera significado nada, y solo me había molestado más desde que sucedió el mes pasado. habíamos hecho muchos planes juntos durante nuestro año de relación, pero no me di cuenta de que Jake también estaba haciendo sus propios planes. Y uno de ellos era dejarme poco después de mi vigésimo cuarto cumpleaños. Emily se gira hacia mí. –Mira, sé que no estás emocionada de estar aquí ahora mismo, pero creo que esto ayudará– Me agarra del brazo con entusiasmo. –Lo sé. Deberías enrollarte con uno de estos chicos. Es la mejor manera de superar a un ex. Te ayudaré a encontrar a alguien– Necesito un hombre como necesito una segunda menstruación cada mes. –Estoy renunciando a los hombres– le digo, pero es inútil. Ella ya está mirando entre la multitud, incluso poniéndose de puntillas para mirar a su alrededor. Señala hacia la puerta. –Mira ese chico. Es guapo, ¿verdad? – intento ver de quién está hablando, pero hay demasiada gente llenando la fiesta. –Oh, espera, esta con una chica. Maldita sea– La multitud se aparta y mi corazón se detiene. La sala se queda en silencio; me zumban los oídos y siento que voy a vomitar. Mi ex Jake, acaba de entrar a la fiesta. Y no está solo. Detrás del esta su nueva novia, con la que empezó a salir unos tres segundos después de que rompimos. De todas las tonterías. ¿Por qué están aquí? ¿En serio no hay nada más que hacer esta noche? Me doy la vuelta y agarro el brazos de Emily, susurrando. –Emily, ese es Jake– Se queda mirando por un segundo, confundida, y la veo juntando las piezas mientras sus ojos se abren de par en par. –De ninguna manera– dice entrecerrando los ojos en su dirección. –Bueno, eres mucho más guapa que ella– Empiezan a caminar hacia nosotros, pero todavía no nos han visto. Por suerte, estan distraídos por alguien que Jake conoce. Siento como si me hubiera quedado sin palabras, mi mente está totalmente en blanco. Afortunadamente, Emily interviene. –Bien, ¿Qué hacemos? ¿Quieres irte? – Lo pienso. Hay una puerta trasera por la que puedo escapar con mi dignidad aún intacta. Estoy a punto de abrir la boca para decirle eso cuando me doy cuenta de que estoy siendo una cobarde. Y yo no soy una cobarde. Soy una mujer fuerte y no voy a huir con el rabo entre las piernas. Me vuelvo hacia Emily, con el ceño fruncido en determinación. –No. Deberíamos quedarnos– –¿Estás segura? De verdad, lo entiendo. Si no quieres estar aquí, los exes son una pesadilla– Los ojos preocupados de Emily continúan escudriñando mi rostro en busca de cualquier rastro de vacilación. Se que solo está mirando por mí, pero su preocupación me hace aún más decidida. –Positivo. No hay manera de que vaya a dejar que un idiota me asuste tan fácilmente– Sus cejas se alzan con sorpresa, con una sonrisa forzada y vacilante en su rostro. –Si tú lo dices…– De repente, tengo una idea. –¿Qué es eso de? ¿No te enfades…Véngate? – La sonrisa de Emily se desvanece. –Lila…– No espero a que termine. Este no es un momento para dudas. –No te preocupes, tengo un plan– cuando uno de los chicos con aspecto de pijo empieza hacerle ceñas para que se acercara a su partida de beer pong, le doy un pequeño empujón en su dirección mientras ella me mira con preocupación. –Ve a jugar. En serio. Estaré bien. Lo tengo todo bajo control– Ella está de acuerdo, pero antes de irse al odioso juego de beber, me hace prometer que le diré si la necesito. Empiezo a recorrer la fiesta con la mirada, buscando al chico adecuado, mientras mis bolas de mujer se agrandan con cada latido del bajo que sale por los altavoces. Entonces, lo veo, de pie junto a las escaleras. Es alto, al menos 1.88 metros, con un cabello oscuro que parece desordenado y arreglado sin esfuerzo al mismo tiempo. Su definida mandíbula está salpicada de barba incipiente, y parece tener veintitantos años. Perfecto. Guapo como el infierno y, obviamente, no es uno de esos universitarios idiotas. Tal vez el entenderá este insano predicamento en el que estoy a punto de meterlo. Se gira en mi dirección por un momento, y siento que me quedo boquiabierta al encontrarme con sus seductores ojos verdes esmeralda, bordeados de pestañas negras. Solo mirarlo he me hace sentir como si hubiera cometido un pecado. Como si tal vez necesito ir al confesionario más cercano y descargar todos mis sucios secretos a quienquiera que me escuche y pueda expiar mis pensamientos impuros. No me detengo a pensar. Me siento atraída por él de una manera que está completamente fuera de mi control. A medida que me acerco, puedo chocarme los cinco conmigo misma. Es tan ridículamente atractivo, que estoy hablando del atractivo de un modelo de Abercrombie, que sé que será el perfecto golpe bajo a Jake y su nueva prostituta. No me importa que este tipo este fuera de mi liga en la vida real. Esto es una fantasía. Mi fantasía…y estoy a punto de hacerle creer a Jake que somos una pareja. Está hablando con otra persona, pero eso no me importa. Toda la decencia social se ha ido por la ventana en el momento en que decidí mi plan. Le doy una palmadita en el hombro e intento parecer normal. Se gira hacia mí, bajando la mirada como si le divirtiera verme de pie, con mi metro y medio de estatura, en mis bailarinas. Cuando nuestras miradas chocan, nada podría haberme preparado para la oleada de deseo que me invade cuando nos miramos a los ojos por primera vez. La habitación se inclina hacia un lado cuando el peso de su magnetismo s****l me golpea. Levantando mis bolas femeninas para lo que estoy a punto de hacer, me tomo un momento para recomponerme, aclarándome la garganta. –Mira– digo, mientras me observa con una leve sonrisa. –Se que no me conoces, pero mi ex acaba de entrar con su nueva novia, y es un completo imbécil, así que necesito que finjas ser mi cita– Hace una pausa por un momento, y tengo un destello de miedo de que me diga que me vaya, pero luego sonríe, revelando una hilera de dientes rectos y blancos que no pueden ser más perfectos si hubieran aparecido en un anuncio de ortodoncia. ­–Solo una pregunta­– Su voz es profunda y segura, y envía otra oleada de lujuria a través de mí. Dios mío, este hombre me está golpeando en todos los lugares correctos y sé que debería retroceder, meter mis bolas de mujer en su escondite apropiado y correr. Pero ya estoy tan metida en esto que retroceder no es una opción en el momento en que nos miramos a los ojos. Mi corazón se encoge en mi estómago. –Claro– –¿Puedo al menos saber tu nombre antes de que empecemos a salir? – suelto una risa aliviada y extiendo la mano. –Soy Lila– Prueba mi nombre en sus labios, y me gusta mucho como suena. Envuelve su mano alrededor de la mía y mi estómago da una voltereta hacia atrás, una voltereta hacia atrás porque de repente me he metido en algo que me supera, o porque realmente estoy llevando a cabo esta misión para mostrarle a Jake lo rápido que yo también he seguido adelante. –Mucho gusto, Lila. Soy Noah–
Lectura gratis para nuevos usuarios
Escanee para descargar la aplicación
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Autor
  • chap_listÍndice
  • likeAÑADIR