Capítulo 4

1743 Palabras
—No… por favor —Susurro el castaño con la respiración agitada. —¿Niños? —Volvimos a escuchar el grito desde abajo. —¡Ya vamos! —Respondí de la misma manera, con la respiración agitada y muy frustrada. —¿Por qué ahora? —Gruño el castaño cerca de mi boca. Sonreí por la expresión de mi amigo, quien se encontraba con el ceño levemente fruncido; yo corrí a ponerme mi ropa que se encontraba toda esparcida en el suelo. El castaño se tiro en la cama boca arriba con sus ojos cerrados, conservando solamente su bóxer y una terrible erección que hasta a mi me dolía con solo verla. Camine a pasos lento y me senté a horcajadas de él. Froto mi centro con su erección y la fricción me pareció de lo más deliciosa. —No hagas eso… por favor —Protesta mientras cierra los ojos con fuerza. Entre abre la boca cuando me mueve delante hacia atrás, consiguiendo un gemido de mi parte. —¿Hacer que Daddy? —En tono inocente le susurró en su oído recibiendo un gruñido de su parte. —Me estas provocando mas, sabiendo que ya no podemos hacer nada princesa —Respondió y me sostuvo fuerte de las caderas para que me quedara quieta. —Quien dijo que no se puede, prometo no hacer ruido —Le volví a susurrar en el oído. El muy descarado me sonrió de lado y me acerco a él lo suficiente para poder besarme a su antojo, aun así no lo hace. Una de sus manos se coló entre mis piernas y me toco por encima de mi ropa interior, suspire. Buen día para utilizar vestido, bien Sky. —Eres una niña traviesa —Susurró en mi oído y su boca impacta con la mía en un beso que me excita por sobremanera, jadeo en su boca y me frotó en su erección con descaro para calmar mi creciente necesidad de tenerlo dentro de mi… Todo iba bien, hasta que el sonido de la puerta abriéndose nos hizo separarnos de golpe, los dos miramos hacía hacia la puerta con el ceño fruncido. —¡Demonios! —Me queje al caer al suelo, porque el castaño me empujo de golpe. —¿Qué hacen? —Preguntó esa voz tan aniñada mientras se acercaba a nosotros. —¡Jugamos! —Respondí rápido, mientras me levantaba y el castaño se colocaba una sabana encima para taparse. —¿Y a que jugaban? —Jadeo y miro a Tae para que responda. —A que Sky estaba enferma y yo estaba midiendo su temperatura con un termómetro. Que por cierto, esta muy caliente —El rubor sube a mis mejillas y tomo asiento lado del castaño traicionero, ignorando su sonrisa maliciosa. —Yo también quiero jugar con el termómetro —Solté una gran carcajada mientras seguía ruborizada hasta la médula. Está vez fue Tae el que se ruborizó y negó varias veces. —Te tomo la temperatura si vas y buscas un vaso de agua para Sky, que se va a tomar una pastilla, ¿va? —El niño no lo dudo y salió corriendo. El castaño se levantó rápidos buscando su ropa por la habitación y se vistió en tiempo récord. —Por poco y nos descubre tu hermano, Tae —Dije en tono divertido y aliviada a la vez. —Si por tu culpa, por estar provocándome. —Tú te dejaste, así que no todo es mi culpa —Le sacó la lengua y el suelta una sonora carcajada. —Bueno después continuamos, bajemos antes que suba mi hermano otra vez —Asentí y lo seguir por las escaleras. —¿Por qué bajaron quería jugar con ustedes? —Dijo el niño, con su cara de decepción y un puchero que lo hacía ver adorable. —¿Qué estaban jugando niños? —Nos pregunta la abuela de Tae, apareciendo frente de nosotros. —Abuela estaban jugando algo divertido, yo quería jugar con ellos —Me cruzo de brazos en señal de nerviosismo. —No vayas a llorar bebé, ¿dime que estaban jugando? —Cuando entre al cuarto abuela, Sky estaba en el piso y mi hermano le estaba tomando la temperatura porque esta enferma. Les dije que quería jugar con ellos y por eso Tae me mando a buscar un poco de agua y así yo jugaba con ellos, pero bajaron antes —La abuela sonrió y dirigió su mirada a nosotros, mis mejillas se tornan caliente, otra vez. Tae está igual de nervioso que yo porque mira hacia otro lado. —Bebé anda a jugar con tus juguetes, voy a hablar con ellos —Dice la abuela con diversión. —Si, abuela —El niño salió corriendo a su habitación, dejándonos a los tres en total silencio por un momento. —¿Así que le estabas tomando la temperatura? —Comenta en un tono divertido y yo me siento más avergonzada. —Nana lo puedo explicar, noso... —Interrumpe a Tae, levantando su mano en señal para que se calle. —Se lo que estaban haciendo, no se preocupen, no los juzgare, pero para la próxima tengan mas cuidado —Mi cara de confusión e impresión es muy notable. Nana se carcajea y me abraza, dejándome más confundida cuando se separa de mi. —Tranquila Sky, siempre me imaginé que ustedes iban a terminar juntos. Me alegra que sean novios. —No somos novios —Dijimos el castaño y yo al mismo tiempo. Nana se carcajea otra vez, parece que somos sus payasos, ruedo los ojos y bufo. —¿Vieron? Hasta en eso están hecho el uno para el otro —Vi al castaño y tenia una sonrisa divertida en su cara, mientras que yo estaba muy nerviosa todavía. —No abuela, solo somos amigos —Habla Tae y yo me siento en un sofá que está cerca. —Chicos soy vieja, tengo experiencia. ¿Cuando me he equivocado en algo? —En eso tenia razón, la abuela era buena en eso. Pero no, Tae y yo no vamos a terminar juntos, solo lo que tenemos es una relación para quitarnos las ganas. —Muchas veces nana —Hablo el castaño. —Pero, eso no va a suceder —Comentó yo, para que no se siga haciendo ideas locas en su cabeza. —Te dije una vez que ustedes iban a estar juntos, ¿recuerdas? Cuándo me dijiste que te gustaba Sky y aquí están los dos "Juntos" —Abrí los ojos en grande por lo que acababa de decir la abuela y más cuando recalco juntos. No puede ser como es que nunca me di cuenta que le gustaba a Tae iba a responder pero el teléfono de la nana sonó. —Bueno... si soy yo... ok ya vamos para allá —Habló nana con la voz entrecortada y sus ojos llenos de lágrimas. —¿Qué sucede? —Un asustado Tae pregunta y Nana niega, con sus lágrimas ya afuera. —Tu abuelo esta empeorando, me dijeron que fuera a verlo por si algo malo pasa —El castaño comenzó a llorar —No quiero que nada malo le pase mi niño, no se que haría sin el —Hablo nana llorando. —Todo va a estar bien nana, vamos. Por mi rostro corrían lágrimas y no paraban, el abuelo era alguien importante para mi, es como mi familia y perderlo seria como perder una parte de mi. Desde que estaba pequeña siempre estuvo ahí con nosotros, compartiendo de su alegría y de sus ganas de vivir día a día. Salimos de la casa hacia el auto de la abuela, esta vez manejaba Tae porque la abuela no estaba en condiciones. Durante todo el camino fue un silencio incómodo, cuando llegamos al hospital nos atendió la enfermera y nos informó de todo. —Queremos ver... —La enfermera reconoció a la nana. —No hace falta, el doctor los esta esperando pasen —Nos dejo pasar, sostuve la mano de Tae y el la apretó. Siempre voy a estar para él. Cuando entramos vimos al abuelo en esa cama, mire a mi lado y vi a mi amigo llorando, se que le duele ver a su abuelo así. —¿Chicos vinieron a despedirse de mi? —Algo dentro de mi se rompió al escuchar esas palabras. —No nono, ya veras que saldrás pronto de aquí —Respondió el castaño. No aguanto y arranco a llorar abrazando al abuelo. —Cuando me vaya, no quiero que estén triste por mi, recuérdenme como era antes de entrar a este hospital y tu hijo sigue siendo feliz. Hazlo por mi —Tae seguía llorando sin parar y yo ni se diga. —Abuelo no te va a pasar nada —Respondí, secando mis lágrimas y me acerqué a él. —Mi pequeña estoy feliz que estés aquí, dime ¿ya eres novia de mi nieto? —Solté una pequeña risa y niego. —No abuelo, somos amigos. —Eres la única que me encantaría que estuviera con el necio de mi nieto —Su voz cada vez se hacia más pesada y baja. Suspire, el abuelo no tiene remedio. —Abuelo no soy necio —Respondió el castaño en forma de queja. —Prométeme que, por lo menos lo van a intentar, ¿verdad Tae? —Agarro la mano del castaño y cuando el va a contestar comenzó a sonar un p**o en el monitor afirmando que ya el abuelo se estaba yendo. Hasta que sonó uno, afirmando que él abuelo ya se había ido. Que ya no estaba entre nosotros. —Abuelo no te vayas ¡por favor! —Grita Tae abrazando el cuerpo inerte del abuelo. —¿Qué voy a hacer sin ti ahora? —Dijo nona, tirada en el piso llorando, con su rostro entre sus piernas. —Lo lamento, ya no hay nada que hacer —Y yo todavía estaba en shock parada en el mismo lugar, llorando y sin poder moverme. Pero mi reacción fue inmediata cuando Tae salió de la habitación, yo fui detrás de él. Cuando salgo está tirado en el piso, con la cabeza entre sus manos. Tomo asiento a su lado y lo atraigo hacia mi. Se aferra a mi, mientras llora sin parar. —Se ha ido... Me ha dejado solo —Respondió el castaño, partiendo mi corazón, todavía más.
Lectura gratis para nuevos usuarios
Escanee para descargar la aplicación
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Autor
  • chap_listÍndice
  • likeAÑADIR