Capitulo 5

1387 Palabras
Toque dos veces con los nudillos de mi mano aquella puerta color marrón, esperando respuesta, respuesta que nunca llegó de parte de mi amigo. Solté un pesado suspiro para luego abrir la puerta sin su permiso. —Tae, ¿Puedo pasar? —Pregunto de la forma más suave que puedo, y no volví a recibir respuesta. Así que opte por pasar, encontrándome con el castaño boca abajo jugando con las sabanas —¿Cómo te sientes? —Me acosté a su lado enrollando mis dedos en su cabellera, haciendo caricias suaves en él. —Mi héroe, siempre fue mi abuelo. Desde pequeño siempre quise ser como él —Soltó una sonrisa melancólica para luego llorar y aferrarse a mi camisa. El tiempo paso y con eso Tae se durmió hipando debido a su llanto. Debía admitir que sentí ternura pero a la vez algo en mi hizo que me sintiera mal, incomodidad, ni idea. Me acomodó mejor para dormir junto a él y cuando despierte me encuentre aquí, a su lado. [……] Me remuevo incómoda sintiendo un peso en mi estómago y una mirada en mi. Abro los ojos perezosamente y me encuentro con la mirada del castaño en mi, mirándome como si fuera algo demasiado preciado para él, como si fuera más de lo que debería. —Tienes una expresión muy peculiar —Comenté tocando sus mejillas para desviar mi incomodidad por su mirada tan intensa. —Debo parecer un muerto —Aunque sus ojeras sean muy notables y su expresión triste; sigue siendo el hombre guapo que roba muchos suspiro a las chicas, sobretodo a mi cuando está en modo pervertido. —¿Quieres la verdad? —Niega. —Suficiente con la realidad —Suelta un suspiro y mi corazón se encoje. —Deberías tomar una ducha, eso te despejara un poco. Y te tengo un regalo. —¿Un regalo? —Me pregunto con un cierto brillo en sus ojos, ese brillo que no quería que desapareciera —¿Qué es? —Una sorpresa, así que levántate y toma una ducha. —Lo hago nada más, porque quiero saber cual es la sorpresa, no porque tu me mandas —Dijo como un niño haciendo berrinches, para luego quitarse la chamarra y posicionar la toalla en su hombro e irse al baño, haciéndome reír y negar con la cabeza. Baje, para dirigirme a la cocina y buscar lo que necesito y rogando que esté. Abro el congelador y busco su helado favorito… ¡bingo! Si hay. Subí de nuevo a la habitación y Tae aun no sale… Por eso, me entretengo en un programa que encontré mientras espero. Diez minutos después sale del baño con un short holgado, sin camisa y con su cabello húmedo pegado a su frente haciéndolo ver exquisito. Medio me sonríe y toma asiento a mi lado, dándome un beso sonoro en mi coronilla. —Aquí esta tu sorpresa —Moví el helado de un lado para otro y suelta una sonrisa que me hace querer más de eso. Quita el helado de mis manos con la alegría de un niño pequeño. —¡Ron con pasa! —Exclamó con alegría y destapándolo de un sopetón —Mi favorito. —Hey, yo también quiero —Proteste, al ver como degusta el helado sin mi. Me da una sonrisa de boca cerrada y m saca de balance en el momento que junta su lengua con helado y se acerca peligrosamente a mi. No hace falta una señal más para acercarme, lo hago sin pensarlo. Termino de acortar la distancia entre nosotros y me siento en su regazo, cosa que lo sorprende un poco. Lo atraigo hacia mi y lo beso, lento, húmedo y profundo. Introduzco mi lengua en su boca saboreando mejor el helado y el beso se torna más atrevido. Si, me gusta más así. Es exquisito. —Me gusta más así —Comentó el castaño con una sonrisa traviesa al de separarse de mi. —Definitivamente, a partir de ahora este es mi helado favorito —Respondí todavía sentada a horcajadas de él. Hay unos toques en la puerta que me hace bajarme de Tae y sentarme a su lado como si nada hubiera pasado. —Adelante —Contesta Tae. La puerta se abre dejando ver al pequeño de sonrisa traviesa que estoy segura va a ser todo un conquistador más adelante. »¿Qué sucede, pequeño? —Pregunta el castaño con ternura a Jonsung. —Vamos a ver una película, ¿Si? —Respondió con sus ojos llenos de ternura para que su hermano le dijera que si. Buena táctica. —Si, ¿qué quieres ver pequeño? —Dije y los dos voltearon a verme; hermanos tenían que ser, son tan iguales. —¡Comiquitas! —Dijo alegre alzando sus dos manos. —Pues eso veremos, ven siéntate —Señale para que se sentara a mi lado. —Busquen la película, yo voy por palomitas —El castaño salió dejándome sola con Jonsung. —¿Sky, eres novia de mi hermano? —Me tomo por sorpresa su pregunta, por lo que sonreí antes de responder. —No cariño. ¿Por qué tu pregunta? —Menos mal, porque tú eres mi novia —Sonreí por las ocurrencias del niño, pero cuando le iba a responder el castaño entro. —¿Buscaron la película? —No, te estábamos esperando para que lo hicieras tú —Mostramos nuestras caras inocentes por lo que Tae hizo pucheros como niño pequeño. —Todo el tiempo yo —Se queja. —Claro tu lo sabes hacer mejor —Repico… suelto las palabras sin darme cuenta del doble sentido, cosa que tiene al castaño con una ceja enarcada y una sonrisa pervertida. —¿Segura Sky? —El calor invadió mis mejillas, estoy muy segura de que estaba roja como un tomate. —Termina de buscar la película —Demandé. —Lindo color —Lo mire mal —Ya listo, veamos la comiquita. Se iba a sentar a mi lado pero el niño lo gano quedando entre medio de los dos, Tae solo bufo y se quedo callado. Cuando ya la película iba por la mitad el castaño volteo a verme y me dio un beso en la comisura de mis labios. Sonreí por su iniciativa de hacerlo. —Ella es mi novia, no la beses —Comentó el pequeño haciendo pucheros, el castaño cambio su cara por una de confusión y yo solo me encoji de hombros restándole importancia. —¿Tú novia? —Si, es mía, no tuya —Jonsung le saco la lengua a su hermano haciendo que yo riera. —No, ella es mía —El castaño parecía un niño peleando con su hermano. —No, ya fue tuya por mucho tiempo. Ahora me toca a mi. —Ya basta, los dos. Terminó la película y ni si quiera me dejaron ver el final —Bufe molesta. —Bueno yo ya me voy, chao novia —El pequeño me dio un rápido beso cerca de mis labios y salió corriendo, dejándome algo sorprendida por su descaro repentino. Observe al castaño y su rostro no es de diversión, si no de indignación, suelto una carcajada y frunce más el ceño. —¿De que te ríes? —¿Celoso? —No —Se cruzo de brazos mirando hacia el frente. —Y de tu hermano —Tan inmaduro él. —Ya no te rías. —¿Por qué? Me parece divertido tus celos —Suelto otra carcajada. —Mejor cállate, Sky —Ruedo los ojos. —No quiero —Le respondí aún riendo, comenzó acercándose poco a poco. —Pero, yo si quiero que lo hagas —Avanzó otro poco mas, quedando más cerca. —Pues, cállame tú —Lo rete, a lo que el castaño me sonrió de una manera atrevida. —¿A sí? —Me mira con una ceja enarcada. —Si —Acorta la distancia que queda entre nosotros y me calla de verdad. Per de que manera, joder. Es un beso salvaje, necesitado, urgido que me vuelve loca y me desarma. Se aferra a mis caderas y no me da tregua. Cuando casi nos quedamos sin respiracion, Tae se me acerco a mi oído para susurrar algo. —Eres solo mía princesa —Y me volvió a besar
Lectura gratis para nuevos usuarios
Escanee para descargar la aplicación
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Autor
  • chap_listÍndice
  • likeAÑADIR