Verdades a la Luz

1053 Palabras
Los días que precedieron a la llegada de mis amigos y los invitados a la Convención, fueron de locura, poco tiempo tuve para mí, si acaso me quedaba espacio de unas cuantas horas para atender a Altair, ayudarla con las actividades que normalmente le asigna la maestra que le enseña en casa y cuidar que en un descuido no se me desaparezca y se exponga. Afortunadamente los días de la Convención, donde aumentará el número de visitantes al Resort y con ello el riesgo de exposición, estarán mis amigas, quienes segura estoy me ayudaran a distraerla. Cada día que pasa es más difícil disimular el parecido conmigo. Como cuál gotas de agua, físicamente nos parecemos y ello aumenta mi temor ante los enemigos de Aleskey y mi padre. No sé cuál será la reacción de Gerónimo al volver a verme y menos al saber de la existencia de Altair. Esto de vivir con el corazón en la boca no se lo deseo a nadie. Desde que tuve a Altair el miedo que siento es mayor. Temo que algo nos suceda estando tan lejos de Gelys, y por qué no reconocerlo, de Aleskey. Sé que con Aleskey no corría mayor riesgo que el propio de mi sufrimiento por haberme enamorado de él sin ser correspondida. Al haberme rescatado de las manos de Luis Salguero y poner su vida en riesgo como lo hizo esa noche me demostró que en realidad quiere mi bien, por lo menos valoró mi vida, le hizo honor a la promesa de protegerme que le hizo a mi padre y luego al notario el día de la boda . De solo rememorar lo sucedido ese horrible día donde no solo a mis pies pereció el guardaespaldas en los juzgados sino también cuando fui realmente consciente que Aleskey había ido a mi rescate, se me estremece el cuerpo, casi lo vi sin vida. Inicio del Flashback Luego de que caí al piso en brazos de Aleskey, todo sucedió rápido, en medio de mi aturdimiento pude verlo darse de puños y forcejear con Salguero, quise hacer algo por ayudarle pero no tenía fuerzas suficientes ni siquiera para ponerme en pie. Desde mi posición era poca la ayuda que pudiera darle, el cuerpo no me respondía como esperaba, mi mente y mi cuerpo no coordinan, aun me sentía bajo los efectos de alguna clase de droga extraña, me sentía mareada. Muchos eran los gritos y detonaciones que escuchaba a mí alrededor. De todo ello lo que más me preocupaba era que Aleskey pudiera resultar herido, sentía mi estómago contraerse ante el susto. Tan enorme es el miedo que me embarga en medio de tanta confusión, que no podía controlar el viaje de las lágrimas por mi rostro. En ese momento me sentí el ser más inútil. Recuerdo que moví la cabeza varias veces a mi alrededor buscando algo con que lograr que Salguero tropezara para que cayera y así ayudar a Aleskey, frustrada no lograba ver nada útil a mi alcance, hasta que a mi derecha a pocos metros vi un arma, como pude arrastré mi cuerpo hasta ella, al sentir el frío del arma entre mis manos sentí renacer una emoción, algo parecido al valor, cerré mis manos sobre ella, mire al frente donde Aleskey aun entre puños y forcejeo intentaba derribarlo, aun tirada en el piso sin poderme incorporar ante la pesadez de mi cuerpo, miré a los lados y al frente buscando el apoyo de alguno de los chicos. Nadie parecía estar a mi alcance, en ese momento ninguna otra opción vi más accesible que empuñar el arma con ambas manos y cerrar los ojos y detonarla sin saber a donde en realidad estaba disparando. Solo sé que apreté el gatillo, escuché varias detonaciones y en seguida sentí un dolor agudo en el abdomen que me dio fuerzas para voltear mi cuerpo con el abdomen pegado al piso, poco a poco fui perdiendo la consciencia al punto de no saber más de mí. Fin del Flashback De este recuerdo no he hablado con nadie, en todos estos años ha sido una de mis pesadillas. Al sexto mes de embarazo sentada en depresión por mi suerte, como en una película, la mente me trajo al presente esa clara imagen. En ese momento comprendí que tal vez yo pude haber asesinado a Salguero. Fue tanta la confusión y el aturdimiento y días después enterarme de mi embarazo que todo ese recuerdo pasó a segundo plano. Lo olvidé por completo. Ese día con Altair en el vientre, ante la magnitud de ese recuerdo me angustie al punto de sentirla moverse inquieta dentro de mi. De solo penar en Aleskey se calmó. Sentí crecer aún más el amor que ya sentía por él, ese día entendí que por más que quiera no podría olvidarlo, y como he de hacerlo al saber en mi vientre a una parte de él. Odiarlo era una opción por haber traicionado la promesa de no meter a ninguna otra mujer en la casa que decía mía, pero ni siquiera por eso lo he conseguido. Resignada a que solo el tiempo me ayudará a olvidar heme aquí sintiendo renacer el temor de volver a ser encontrada por cualquier loco y no tenerlo cerca. Ahora que Gelys tambalee mi mundo como lo hizo con esa noticia de volverlo a ver después de tantos años es peor, acrecienta el miedo y la incertidumbre de no saber qué hacer, comprobado está que una vez que me encuentre no habrá ningún otro lugar donde me le pueda esconder. Silenciosamente pido tener la misma fortaleza de hace ocho años atrás que lo conocí y me sentía con la confianza de hacerle frente a todo cuanto quería imponerme. -       Mamaaá –escucho un grito de Altair-. -       ¿Qué te sucedió hija? –le pregunto con la voz entrecortada al llegar corriendo al baño donde se está dando una ducha luego de llegar del Resort-. -       ¿A qué hora es que llegan mis tíos? –me pregunta con una tierna sonrisa en el rostro-. -       No me vuelvas a llamar de esta manera, pensé que te había sucedido algo –le digo tratando de recuperar la respiración-. -       No seas exagerada, no sé porque siempre vives asustada, cálmate –me dice aplicándose champú con tranquilidad-.
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