bc

Si me quiero Casar

book_age18+
536
SEGUIR
5.0K
LEER
venganza
prohibido
familia
drama
ciudad
Oficina/lugar de trabajo
like
intro-logo
Descripción

Ana por fin es libre: inocente ante la justicia, divorciada de Kendell y embarazada del hombre que realmente ama, Liam. Tras meses de dolor, intrigas y traiciones, todo parece encaminarse.Una nueva casa, una boda soñada y un hijo en camino.Pero justo cuando está a punto de decir “sí, acepto”, un disparo rompe la felicidad.Liam cae al suelo. Amanda, llena de odio, irrumpe en la ceremonia y desata el caos.El vestido de novia se tiñe de sangre. La esperanza se tambalea.Y Ana, con el corazón en la mano, deberá pelear una vez más… por el amor de su vida y el hijo que está por nacer.

chap-preview
Vista previa gratis
Liam
No podía respirar. El aire era denso, pesado, como si me hubieran arrancado los pulmones del pecho. Mi garganta ardía, seca de tanto gritar. El interior de la ambulancia se sentía como una cárcel de pesadilla, y el sonido de la sirena me taladraba los oídos, como un reloj de arena que se vaciaba rápido, demasiado rápido. —¡Vamos, se nos va! ¡Presión cayendo! —gritó uno de los paramédicos. Mi cabeza se giró de inmediato hacia él, hacia mi Liam, cubierto de sangre, con los ojos entrecerrados y el rostro pálido. Tenía la camisa del traje de bodas empapada, y no por champán, ni por lágrimas de felicidad, sino por la herida que Amanda había causado. Su pecho subía y bajaba en espasmos irregulares. —¡No! ¡No te atrevas a irte, Liam! —grité, intentando incorporarme, pero otro paramédico me sostuvo por los hombros. —Señora, por favor, debe recostarse. Está embarazada. Su bebé también corre riesgo. —¡Me importa una mierda el protocolo! ¡Haz algo! ¡Sálvalo! ¡SÁLVALO! Mi cuerpo temblaba sin control. Sentía los dedos entumecidos, la boca con sabor a cobre. No sabía si era mi presión o el miedo, o ambas cosas al mismo tiempo. Las luces del techo se multiplicaban en mi visión. Me llevé las manos al vientre, como si pudiera proteger a mi bebé del dolor que me atravesaba. Axel… pensé. Nuestro hijo. No puedo criar a nuestro hijo sola. No puedo. No sin él. Me incliné, como si pudiera alcanzar a Liam, y tomé su mano, helada y flácida. Sus dedos no respondían. No apretaban los míos como solían hacerlo cuando tenía miedo. No me susurraban con un roce que todo iba a estar bien. —Liam… —murmuré, apoyando mi frente en la suya—. No te vayas… no hoy, no así… ¡No después de todo lo que hemos luchado! Volvían a mí imágenes como relámpagos. La primera vez que lo besé. La noche en que hicimos el amor por primera vez. La casa que me regaló. Su cara de niño ilusionado cuando hablamos del nombre del bebé. Su propuesta de matrimonio, de rodillas en la terraza con luces de hadas. Y ahora… ahora todo eso pendía de un hilo sangriento. —¡Lo estamos perdiendo! —gritó otro paramédico, y lo vi conectar otro tubo, otra bolsa, otra vida artificial. Mi pecho se rompió en mil pedazos. La bata blanca que llevaba, manchada por mi propio sudor y lágrimas, apenas podía contener la presión de mi corazón queriendo escapar. Y mi barriga… Axel se movía. Sentí una leve patadita. Como si él también supiera que algo no estaba bien. Como si quisiera aferrarse a su papá desde adentro. —Liam… escucha a nuestro hijo, por favor… Quédate conmigo —sollozaba—. No me hagas enterrar al amor de mi vida con un vestido de novia… por favor. Las puertas de la ambulancia se abrieron de golpe. El caos continuó. Gritos. Órdenes médicas. Ruido metálico. Lo sacaron en una camilla a toda velocidad mientras una enfermera intentaba bajarme con cuidado. —No puedo… no puedo quedarme aquí —dije, con la voz desgarrada—. ¡Déjenme ir con él! —¡Tiene que pasar por observación, señora! Su presión está bajando. ¡Peligra su embarazo! Pero no me importaba. ¿De qué me servía seguir si él no estaba al final de ese pasillo? Luché. Luché contra todos. Grité. Lloré. Me aferré a la idea de que si no lo veía entrar al quirófano, si no lo despedía con mis ojos, se iría para siempre. Una enfermera más fuerte que yo logró retenerme. —¡Por favor! ¡Solo quiero verlo! —imploré. —Están haciendo todo lo posible por salvarlo, señora. Por favor, piense en usted y en su bebé. Me desplomé en una silla de ruedas. Y fue entonces cuando sentí… miedo. Miedo real. Miedo absoluto. El tipo de miedo que te cala los huesos y te deja sin aire. Porque en ese momento comprendí que podía perderlo todo. De nuevo. Que la vida tenía la manía de arrebatarme justo cuando empezaba a creer que merecía ser feliz. Apreté mi vientre. Cerré los ojos. Y oré. Por él. Por mí. Por Axel. —Quédate, amor… —susurré entre lágrimas—. Quédate… hazlo por nosotros. Porque si Liam moría, no sé si mi alma lograría sobrevivirle.

editor-pick
Dreame - Selecciones del Editor

bc

Una niñera para los hijos del mafioso

read
54.0K
bc

La embarazada sacrificada

read
3.2K
bc

Prisionera Entre tus brazos

read
101.9K
bc

Venganza por amor: Infiltrado

read
64.7K
bc

Mafioso despiadado Esposo tierno

read
25.7K
bc

Eres mío, idiota.

read
3.6K
bc

Profesor Roberts

read
1.7M

Escanee para descargar la aplicación

download_iosApp Store
google icon
Google Play
Facebook