—No—, dije entre dientes. —Ella va a morir, Derek. El cambio la matará. Simplemente la sacaremos de su miseria—.
—Vamos Levi, huele—, respondió Derek. —Los genes ya se están adaptando muy bien. ¿Quizás podría vivir? ¿Quizás lo logrará?—
—¿Ves lo pequeña que es? ¡Es casi un esqueleto! La va a romper—, dije, con un poco más de mordiente en mi voz.
—Entonces mátala. Coge el arma y hazlo—, dijo mientras le ponía una curita sobre un corte en la frente.
Me quedé quieto. Mi bestia ahora ladra fuerte y araña mi mente. Estaba lloriqueando, rogándome que no lo hiciera.
tomó por sorpresa. No había estado tan emocionado por nada ni por nadie. No había sentido esto por nadie desde que nos dejaron. Quería cuidarla y verla mejor otra vez. Él quería acogerla.
Gemí mientras una sonrisa astuta tiraba
