"Deberíamos pedirle el número a la azafata" James murmuró viendo descaradamente el trasero de la joven "Oh, espera, mejor le pido el número del piloto para ti"
"Que gracioso" dije haciendo mi sarcasmo notorio "Ni siquiera sé por qué acepté montarme en un avión contigo"
"Porque me amas" El rubio me guiñó.
"Seguro" rodé los ojos.
Continué mirando las nubes que se veían por la pequeña ventanilla. Llevaba poco tiempo en el avión y aún faltaban unas horas. Podía sentir mi trasero adormilado, pero no quería levantarme, no estaba de ánimos.
Mi madre me había despertado más temprano de lo normal —podía decirse que en la madrugada—, sólo para compartir unos minutos con ella, pero simplemente hizo que pasara el tiempo arreglando mi habitación.
Me sentía triste y parecía una mujer en esos días del mes, pero es que era muy 'mimado' por mi mamá y me jodía de que de un momento a otro me dijera 'tienes que irte de casa porque eres un hombre'.
"En algún lado la he visto" volvió a hablar James después de unos segundos.
Sabía que estaba aburrido y se había dado cuenta que yo no le ponía ni la más pizca de atención. Pero yo, además de jodido, me sentía nervioso. Estaría en la ciudad que pronto sería mi lugar de residencia y esperaba que fuera como me la imagina; o mejor.
James no sabía que ya había decidido dejar de luchar con mamá para quedarme en Holmes Chapel, y entendía que llegase a enfurecer cuando él supiera la verdad.
"¿A quién?" cuestioné sabiendo que Putt estaba esperando que hablara.
"A la azafata"
"Deja de observarla, pensará que eres un psicópata"
"Pero-"
"James" lo regañé y él se encogió de hombros; callándose.
Me levanté queriendo ir al baño, mi vejiga estaba que explotaba y lo necesitaba.
Pasé a la parte de atrás del avión y gruñí al ver en la puerta 'ocupado'.
"¡Rápido!" grité dando un golpe a ella.
No recibí respuesta y me recargué en la pared frente a esta, esperando a que saliera el hombre.
Varios minutos pasaron y me acerqué al objeto de metal, pegando mi oreja. Pude escuchar varios gruñidos y me alejé. Se estaban masturbando.
¿¡Quién mierda se masturbaba en un avión!?
"¡Sal, ahora!" chillé por centésima vez.
No aguantaba un poco más. Sentía que estaba como una hoja de papel y mi estómago se había hinchado.
Dejé escapar un suspiro de alivio al ver como un hombre morocho salía con el cabello desarreglado. Era guapísimo y no pude evitar observar todo su cuerpo.
"No puedo creer que seas tan asqueroso" susurré y entré al baño.
El alivio recorrió mi cuerpo al terminar y lavé mis manos. Salí del cubículo y el mismo chico estaba frente a mí.
"¿Qué?" pregunté limpiando mis manos en los pantalones negros que llevaba.
"¿Por qué me dijiste 'asqueroso'?"
"Porque está mal masturbarse en un baño"
"Era una simple fantasía, hombre" chasqueó "Como si nunca hubieras tenido ninguna"
Cariño, las tengo con un desconocido
"Aléjate" bufé caminando a mi puesto nuevamente.
"Volviste" exhaló James con una sonrisa "Creí que el inodoro te había tragado, ya estaba pensando en algún método para salvarte"
"Estás muy gracioso hoy, ¿no?" golpeé su brazo y me senté.
Greg estaba dos puestos detrás de nosotros y al momento de pasar por su lado me di cuenta de que estaba tomando una siesta. Yo siempre que montaba en un avión podía estar sumamente exhausto, pero nunca podía dormir. Como que había visto muchas películas en las que los aviones se caían, o terroristas subían a ellos con bombas y volaban todo.
Dejé caer mi cabeza en el cabecero de la silla y cerré los ojos un poco. Prontamente, se oyó la voz de una de las azafatas diciendo que en pocos minutos el avión aterrizaría y que nos recomendaban apagar teléfonos y permanecer sentados.
Lo siguiente fue sumamente rápido. Llegamos al aeropuerto central de Londres, donde nos esperaban varios señores con carteles diciendo 'Greg Putt' o 'Señores Putt'. Vaya, ahora me sentía uno más de ellos.
Las calles eran diferentes y la contaminación era notoria. La gente no sonreía como en Holmes Chapel y corrían de un lado para el otro apurados. Horrible.
"Hoy podríamos salir a una fiesta" musitó James en mi oído y asentí.
"Sería lo mejor, creo que podría llamar a Gemma y decirle que nos veamos allí"
"Seguro" aceptó mi amigo "Creo que Greg estará durmiendo para ese entonces"
Nos habían mandado en una camioneta diferente a la del hermano de James, y era mejor, él estaría hablando con esos viejos con los que tenía negocios.
"¿Conoces este lugar?" salimos del automóvil y entramos rápidamente a un hotel. Todo se veía sumamente costoso y no pude evitar imaginarme a mí en unos años pagando por cosas así.
"Obvio, idiota" rio Putt "Venimos aquí casi todas las vacaciones"
"Oh"
"Llama a Gemma de una vez" tocó mi hombro y asentí. "Mientras tanto traeré todo lo que nos den en la recepción"
Me alejé unos metros y saqué mi teléfono. Lo prendí y esperé a que la señal se intensificara. No sabía cómo decirle a mi hermana que ya estaba en Londres, pero tenía que hacerlo.
"¿Hola?"
"¿Enana?" pregunté pasando una mano por mi cabello "Soy Harvey"
"¿Qué haces llamándome?"
"Estoy en Londres"
"¿Qué?" chilló emocionada "¡Mierda, oh-Harvey! ¿Nos podemos ver?"
"Seguro" reí "Sólo... lleva a ese tal Lou"
"Por supuesto" habló "Pásame la dirección por mensaje, ¿te parece?"
"Si, adiós" colgué.
Suspiré feliz, bien, estaría con mi hermana después de varios meses sin verla. Me emocionaba.
"¿Listo?" James llegó a mi lado.
"Si" le pasé mi celular "Mándale la dirección de la discoteca a Gemma"
Entramos al ascensor y el presionó uno de los pequeños botones que había ahí. Sus dedos moviéndose en mi celular y me alarme al recordar que él podía estar mirando mi w******p.
"Dámelo" traté de quitarle el teléfono, pero James lo escondió a sus espaldas.
"No" masculló "¿Quién es William? ¿Uh?"
"No te interesa" escupí mostrándole la palma de mi mano "Ahora dame el puto celular"
"Eres un estúpido" siseó "Ese hombre te estaba hablando de manera s****l y yo que soy tu mejor amigo no puede saber quién es, whoa"
Mi rostro se tornó blanco y aclaré mi garganta "No debías de mi-mirar mis mensajes"
"Púdrete" dejó el objeto en mi mano y casi doy un chillido de victoria.
Entré nuevamente a la aplicación de w******p y para mi alegría, William había dejado varios mensajes.
«Odio mucho cuando me dejas en ese jodido visto, muñeco»
«Contéstame»
«Estoy cachondo mirando el vídeo que me mandaste. Me gustaría pasar mi lengua por esos tatuajes (;»
«¿De dónde eres? Yo soy de Doncaster, pero vivo en Londres»
«Demonios, no tomes en cuenta el último mensaje. Ni siquiera sé porque lo envié»
Urgido el nene, ¿eh?
«William, estoy en Londres»
«Tal vez nos podríamos ver» respondió después de unos segundos.
«¿Esta noche?» envié mordiendo mi pulgar. Mi estómago se estaba revolviendo.
«Cariño, no puedo. Voy a conocer al familiar de una amiga y es obligatorio ir. ¿Mañana? (; x»
«Seguro»
Me sentí un poco desilusionado, ya estaba pensando en llevarlo (aun así, no lo conociera) a esa discoteca y presentarle a mi hermana, su novio y a James.
El hombre —según lo que había visto de su cuerpo—, era malditamente caliente y yo sólo quería confirmar que él era uno de esos hombres que hacía mojar bragas y empalmar pollas con sólo un guiño.
"Sales, ¿o qué?" gruñó James sacándome de mis pensamientos.
"Si" asentí.
Mi habitación era linda, teníamos una para cada uno de nosotros y estaba agradecido, podía hacer lo que quisiese sin tener que silenciarme.
"Paso por ti dentro de dos horas" anunció el rubio y salió dando un portazo. Estaba furioso, pero era mi privacidad y él no podía saber todo lo que yo hacía.
Dejé caer mi cuerpo en la acolchonada cama y cerré los ojos. Estaba cansado, pero debía arreglarme, además de que estaba nervioso y no sabía bien el porqué.
(...)
El lugar estaba abarrotado de gente, y era una mierda poder moverse. Los únicos sitios que se veían un poco desocupados eran los baños y las salas para clientes que pagaban mucho más.
La bandana en mi cabello ayudaba a que los mechones húmedos se mantuvieran en su lugar, pero había sido un idiota al ponerme un abrigo.
"Iré por uno trago, diviértete" gritó James a mi oído y luego se alejó.
Rodé los ojos y continué haciendo mi camino hacia la pista de baile. Llevaba buscando a Gemma varios minutos, pero no la veía por ningún lugar. Exasperado, decidí divertirme y esperar a que ella me encontrara a mí.
Empecé a bailar y en poco tiempo me encontraba sudando. Mi frente estaba húmeda y podía sentir los ojos de varias personas a mis espaldas. Miré cada una de ellas, pero encontraba sólo a mujeres, cosa que no era buena. Yo quería algún chico.
Fruncí mis cejas y continué pasando mi mirada por el lugar, hasta que un hombre de ojos azules me sonrió levantando su copa. Aquella curvatura en sus labios me hizo levantar una ceja y seguir su juego.
Vestía una camisa verde y dejaba ver algunas letras tatuadas en su pecho. Mi polla comenzó a crecer y con una pequeña inclinación de cabeza le hice saber que me siguiera.
Él asintió y yo me dirigí hasta los baños.
Me paré frente al espejo y vi como el adonis unos centímetros más pequeños que yo, llegaba. Sus ojos me habían hipnotizado y no podía dejar de verlos. Eran un azul sumamente lindo que me hacía recordar el mar. Eran parecidos a los de James, pero estos tenían algo más; seducción.
"¿Qué tal?" me volteé para encararlo.
"Bien, bebé ¿y tú?" su voz era delgada, pero eso no le quitaba lo bueno que estaba y el bulto que se formaba en sus pantalones.
"Oh, ya sabes" moví mi mano "Con ganas de algo bueno"
"Ajá" sonrió caminando hacia mi "Podría ayudarte con eso, pero creo que necesitas hincarte primero"
"¿Por qué crees que te chuparía la polla?" cuestioné divertido caminando a la puerta y cerrándola con seguro.
"Porque tus labios quieren tener algo llenándolos" respondió abriendo la bragueta de su prenda.
"Uhm" lentamente me dejé caer de rodillas frente a él, quien recargó sus manos en el lavamanos "Entonces, bajemos todo esto"
"Te recompensaré" murmuró cuando su pene salió disparado apuntando al techo.
"Eso espero" saqué mi lengua y di una rápida lamida a la longitud frente a mí.
Su rostro se contrajo un poco y luego me regaló una sonrisa "Me gustaría que lo metieras dentro de esa boquita tuya"
Hice lo que pidió y dejé que toda su polla entrara en mi boca. Mi nariz rozó su pelvis y el jadeó cerrando los ojos. La vista era demasiado buena, así que empecé a darle un poco de placer.
Comencé un vaivén de sacar y meter y algunas veces dejaba que llegara hasta mi garganta, haciéndolo retorcerse. Con una de mis manos acaricié uno de sus testículos sin perder la sincronización que llevaba, para después sacarlo de mi boca y dar toda mi atención a la cabeza de su polla que ya parecía una cereza.
Líquido pre-seminal salió por la pequeña abertura allí y lo limpie sin despegar mi mirada de la del hombre. Él mordía su labio inferior y un poco de humedad se alojaba en su frente.
"Eres muy bueno" me alagó y succione ganándome un gemido de su parte "Di-diablos"
Comencé a dejar pequeños besos húmedos por todo el falo hasta llegar a sus testículos y darles un poco de atención a ellos. Estaban tan llenos, que sabía que pronto se correría.
Me alejé jadeando y limpié un poco de saliva en mi barbilla. "Es tan grande"
"Continúa" rogó cogiendo con una de sus manos su polla y guiándolo a mi boca.
"No" negué y lo tomé con mi mano "Aún no"
"Oh, vamos-"
"Espera" lo corté.
Empecé a mover mi mano de forma rápida esperando que se viniese. Varios gruñidos salieron de los labios del castaño y dejó caer su cabeza hacia atrás.
"Ya casi" susurró y lo metí en mi boca.
Trabajé unos cuantos segundos hasta que sentí como su clímax llenaba mi boca y tragué esperando que no saliera ninguna gota de ella; cosa que logré.
Me levanté limpiando con mis dedos algunos restos en las comisuras de mi boca y me acerqué al hombre para besarlo. Él, quien respiraba irregularmente, tomó mis hombros y estrelló sus labios con los míos.
Pasé mis brazos por su cuello y lo acerqué más a mí. Su polla flácida golpeó mi muslo y me calenté un poco más.
"¿Cómo te llamas?" dejó unos centímetros de distancia entre nosotros y preguntó.
"Ha-"
Varios golpes fueron dejados en la puerta, seguido de gritos. Miré al oji-azul frente a mí y él acomodó sus pantalones hasta estar totalmente vestido. Pasé saliva y arreglé mi cabello mientras caminaba hacia la puerta.
"Espera" el desconocido tocó mi hombro y lo miré.
"¿Qué?"
"En serio te lo recompensaré" espetó.
Asentí y salí sin dar respuesta.
Mi erección dolía, pero traté de pensar en cosas buenas. Niños, barbies, cualquier mierda.
"¡Harvey!" chillaron en mi oído y me volteé viendo a Gemma sonriente.
"¡Hola!" abracé su pequeño cuerpo y la cubrí un poco al sentir como nos empujaban "Te busqué durante mucho tiempo, ¿dónde estabas?"
"Bailando un poco con Lou" respondió enganchándose a mi brazo.
"Tienes el cabello de otro color" toqué su rostro. Estaba hermosa. Toda una Cox.
"Ya sabes" se encogió de hombros "Me encanta hacer cosas nuevas"
"Como conseguir novio"
"Obviamente" tomó mi mano jalándome para seguirla "Vamos a conocer a Lou"
"Perfecto"
Caminamos entre las personas hasta llegar a la barra. Mi hermana decidió ir por su novio y dejar que yo escogiera algo de tomar.
"Una cerveza" pedí al barman y el levantó el pulgar.
Revisé la hora en mi teléfono y eran pasadas las doce de la media noche. Me recosté en la barra y cerré los ojos recordando lo que había hecho minutos antes. Joder, le había chupado la polla a un desconocido.
"Harvey" Gemma apareció a mi lado y me hizo bajar de la silla. "Este es Lou Lewis"
Miré al hombre y me helé. No podía ser cierto.
"Sé que es sorprendente que haya vuelto a conseguir a alguien, pero no hagas esa cara" prosiguió Gemma golpeando mi costado.
Y mierda, si estaba sorprendido. Pero no porque hubiera conseguido un jodido novio, sino porque era el mismo hombre al que le había hecho un oral en el baño.