Di un portazo y me senté en las escaleras de la entrada. Exhalé agotado y miré los alrededores por si un auto se acercaba. Había hablado con James después de mensajearnos para preguntarle en qué me recogería. Él había dicho que, en un despampanante BMW, pero estaba seguro de que sería en un taxi o una camioneta. James siempre había sido de esos que te prometían el cielo y al final, no te daban una mierda. Igual le quería. "¡Harvey!" gritaron y levanté la cabeza para ver al rubio en una camioneta. Reí al darme cuenta de que había tenido razón y me encaminé hasta llegar a la ventana del piloto. Estaba con un saco gris y unos jeans apretados; sus piernas hacían que me dieran ganas de comportarme como una abuelita y darle de comer hasta que por lo menos, las tuviera la mitad de como las teng

