Zoey
Después de ver varias películas decido ir a comer, me llamaron hace horas para ir a cenar pero realmente no quería seguir discutiendo con Emma, es mi hermana pero no la soporto.
Yo la ame desde que nació la cuide muchas veces pero todo eso no pareció importarle, ella siempre será la misma persona conmigo sin importar que soy su hermana.
Mañana hablaré con mi padre para solucionar todo esto, necesito renunciar lo antes posible, debe haber una manera para poder renunciar.
Abro la puerta y no veo por ningún lado a Joshua lo cual me tranquiliza mucho, después de lo que pasó anoche no tengo ánimos de hablarle..
Salgo cuidadosamente para ir a la cocina, ayer no cené y hoy ni he desayunado ni almorzado, creo que me he pasado, no debería hacer eso, no puedo repetir lo mismo de antes.
Al llegar a la cocina enciendo las luces y voy hasta el refrigerador para prepararme un delicioso sandwich.
Coloco todo en la isla de la cocina y empiezo a preparar mi comida.
De pronto siento una mirada puesta en mi me tenso.
-Zoey - habla a mis espalda y siento que me abraza por la cintura haciendo que me estremezca.
-Jo, Joshua, ¿qué haces? - pregunto nerviosa y él hace que gire haciendo que lo mire a los ojos..
Sus ojos brillan mucho ,son muy llamativos, es hermoso este hombre.
-Eres muy hermosa Zoey, no sabes cuánto me gustaría besarte - habla cerca de mi rostro y lo miro confundida, aturdida, sonrojada y con el corazón a mil.
-¿Que, que dices? - pregunto nerviosa y él ejerce más fuerza en su agarre…
-Eres mi hermosa, mi hermosa reina - susurro cerca de mis labios y trato de alejarme pero no me lo permite.
-Es, estas, ma, mal, yo no - pero sus labios hace presión sobre los míos y me dejo llevar.
Esto no está bien, no debería.
-Joshua, no, no está bien Suéltame - pido tratando de estar tranquila.
-Pero eres mía Zoey, soy tu alma, eres mía - gruñe apretando me más a su cuerpo y suspiro.
-Seguro estás confundido, yo no sé si, si es así - hablo totalmente aturdida.
-¿Estás tomado? - pregunto mirándolo y él ríe a carcajadas pero cubro su boca para que no lo escuchen.
-No, ni una gota de alcohol - asegura y mete su nariz en mi cuello haciendo que me remueva.
-Espera, dije que espera - hablo separándolo por fin de mi.
-¿Por qué dices que soy tu alma? - pregunto mirándolo y él se mantiene serio..
-Por qué es así, por qué crees que logro verte cuando eres invisible,¿ o me vas a decir que no sientes algo al estar cerca de mi? - pregunta sonriendo y sonrió sonrojada.
-Yo, yo pensé que - hablo nerviosa tocando su rostro y él sonríe.
-¿Entonces por qué eres tan cortante conmigo? - pregunto y él se pone serio.
De pronto sus ojos se vuelve negros como la noche y se aleja de mi como si yo quemara.
-¿Joshua? - pregunto confundida y él me mira, ya no me mira como hace unos segundos, ahora su mirada es fría.
Detrás de él logró ver pasar una sombra, pero lo ignoro, quizás sea mi imaginación.
-Deberías cenar - habla con seriedad y giro para mirar a mi sandwich con los ojos llenos de lágrimas.
Si es verdad que es mi mate por que me trata a de esta manera, ¿que le pasa?
¿Acaso tampoco me quiere por que soy híbrida?
Con las manos temblorosas sujeto mi vaso de jugo y mi plato para ir a mi habitación.
Subo tan rápido como puedo a mi habitación y cierro la puerta..
Así que siento todo esto es por que es mi alma, es mi mate, pero aun no entiendo por que me trata de esa manera odiosa y cortante, quizás es por que no quiere que una híbrida sea su mate.
Así como muchos detestan la idea que la reina del reino Sirena sea una híbrida.
Con esos pensamientos decido acostarme en mi cama sin evitar que mis lágrimas salgan.
Quizás sea cobarde el hecho de pensar no querer despertar al otro día pero todo esto siempre va empeorando más y más ahora resulta que la persona que debe ser mi apoyo no me quiere.
Abro los ojos y me estiro para después levantarme.
Hoy hablaré con todos, tengo que dejar las cosas en claro, no pretendo tomar el lugar de reina, no quiero, nunca estuvo en mis planes..
Tomó una ducha y me coloco un vestido sencillo y fresco, vivir en el mar conlleva a nunca tener frío, aquí siempre hace calor.
Me arreglo el cabello y sonrió de lado, ya estoy lista.
Al abrir la puerta no veo a nadie, así que decido bajar hasta el comedor donde están mis padres y mi hermano.
-Reina, buenos días - dice sonriendo Ian y lo miro mal.
-Me prometiste estar ahí Ian, pero nunca aparecistes - hablo molesta y él se levanta.
-Y no me llames reina - gruño mientras él me abraza.
-Haremos lo posible para solucionarlo - susurro en mi odio y asiento con la cabeza.
-Gracias hermano - susurro abrazando la y sonrió.
-Hija, tu hermana - pero interrumpo a mamá, que va a decir que ella está arrepentida y que lo siente, hace años deje de creer eso.
Siempre es lo mismo.
-No te preocupes mamá, no hace falta, siempre eres tú quien la disculpas, ella puede decirme sin problema alguno - aseguro y me siento en mi lugar.
-No bajaste a cenar anoche hija - dice papá y lo miro.
-No me sentía bien - digo para mirar mi plato.
-Hija, no queremos que te sientas mal por todo esto, ya estamos solucionando todo, no te dejaremos sola en esto - asegura papá y sonrió sin ganas.
-No me tienes que mentir papá, de antemano les digo que no pretendo tomar el puesto, no quiero, nunca lo he deseado, nunca lo tomaré, yo prefiero tener una vida normal, sin más personas que me odien por mi naturaleza - aseguro picando con el tenedor la fruta.
-No puedes solo decir que no quieres Zoey, esto está decidido por la diosa, ella te iluminó a ti, tiene que cumplir, es un deber - habla mamá y la miro.
-Y de qué me sirve que me haya iluminado a mi, ahora no solo mi propia hermana y mi abuela me odian, si no casi la mitad del reinado, que no entiendes que no quiero ser reina, esto jamás lo quise, ni lo quiero, ¿por que no me entienden? - pregunto alzando la voz y ella se levantó.
-No me grites Zoey, soy tu madre y ten cuidado de cómo me hablas - habla molesta y me levanto también.
-Claro yo no puedo hacer nada, yo no puedo, pero la chiquita de la casa si ¿no? a ella le pasa todo, a ella nunca le dicen que hacer ni a quien respetar - hablo enojada y siento como su mano impacta en mi rostro.
-¡Zuleyma! - grita mi papá y miro a mamá con los ojos cristalizados..
-Te prohibió criticar mi manera de criarlos, soy tu madre y se lo que hago, tú no eres nadie para corregirme - habla molesta y niego con la cabeza.
Justo cuando papá iba a protestar lo interrumpo.
-Descuida papá, ya entendí cual es mi lugar en esta casa, ya está muy claro - aseguro manteniendo mi voz firme.
-Hija no - pero lo interrumpo.
-Ya les dije, no seré la reina, díganle a Emma que lo sea, a ella todos la adoran, ella es la niña consentida, la única correcta, les prometo que no seré una molestia para ustedes, ya no. - aseguro con frialdad.
Salgo del comedor y siento que sujetan mi brazo..
-Zoey, hermana, no te vayas así, sabes que mamá - dice mirándome y niego con la cabeza para que deje de hablar.
-Está bien Ian, necesito salir, necesito caminar, no es necesario que la escusa - digo sonriendo de lado y él asiente con la cabeza.
Al salir de la casa escucho los gritos de mis padres y de Ian también, dioses como odio todo esto.
De pronto un auto se atraviesa en mi camino haciendo que detenga mi paso.
-¿Vas a algún lado? - pregunta Joshua y no respondo solo esquivo el auto y empiezo a caminar hasta la playa.
No quiero a nadie a mi lado.
Siento que alguien está a mi lado y veo de reojo a Joshua quien camina sin decir nada.
-No tienes que seguirme, no estaré en peligro en el lugar que iré - aseguro sin mirarlo.
-Mi deber es seguir tus pasos y no dejarte sola - habla con seriedad y alzó los hombros restándole importancia.
-Como quieras - hablo sin ánimos y nos acercamos cada vez más al mar..
Me siento en la arena sin importar que las olas lleguen más arriba de mis rodillas y terminen de mojar mi vestido, qué más da, aquí es la única manera que puedo sentirme más tranquila.
Siento que las olas son las únicas que me entienden, siempre van y vienen, a veces con fuerzas y a veces con suavidad.
Siento que alguien más se sienta a mi lado y lo miro.
-Te vas a mojar - digo mirándolo y alza los hombros.
-Que importa - dice mirando el mar y no digo nada.
-¿Puedo preguntarte algo de lo que pasó anoche? - pregunto y él me mira y luego mira el mar.
-No pasó nada anoche - asegura con brusquedad y miro la arena.
Segundos después decido levantarme y entrar al mar.
-No puedo seguirte en el agua - habla sujetando mi brazo y lo miro para después soltarme.
-Olvida por unos instantes que eres mi escolta, que soy la supuesta reina, si puedes olvidar lo que pasó anoche entonces no tendrás problemas en olvidar lo que te pido, olvida que existo - aseguro molesta y empiezo a hundirme en el agua pero rápidamente me sujeta..
-No puedes irte Zoey, pueden lastimarte y no podré estar para cuidarte - habla sujetando con fuerzas mis brazos y lo empujó.
-Déjame en paz quieres - hablo soltandome y empiezo a nadar…
Me detengo y lo miro.
-Considerarse despedido, no necesito más nada de ti, puedes irte - aseguro seria y me doy vuelta para adentrarme al mar.
Debería irme lejos, mañana mismo debería irme a Suecia, con mis ahorros puedo costear un lugar para vivir, después buscaré trabajo.
Veo un grupo de sirenas y sirenos y rápidamente intenté alejarme.
No puedo transformarme, ni en loba ni en sirena, quizás nunca pueda hacerlo.
En ese instante siento un jalón y me sujetan de los brazos.
-Miren aquí tenemos aquí - dice una mujer y los demás me miran con burla.
-No estaba equivocada la mujer, aquí es tu lugar favorito¿no? - pregunta rodeandome y trato de soltarme pero los hombres no me dejan..
-Suelten me, no tiene por que hacer esto - hablo molesta, intentó ocultar el miedo.
-Eres una híbrida, no eres uno de nosotros, no nos importa lo que te suceda - asegura la mujer y me golpea en el rostro..
-Soy sirena, y loba, ¿qué tiene de malo? - pregunto alzando la voz y me golpea el abdomen.
-Mucho, nosotros somos de una sola especie, no un perro - asegura molesta y me vuelven a golpear.
-Por qué lo hacen, yo no les he hecho daño - hablo apunto de romper en llanto.
-Calla maldita híbrida - dice furiosa y me golpea.
-Por favor - ruego que me deje en paz pero no me hace caso.
Rato después me encontraba sola y herida, con la ropa rasgada y el corazón en mil pesados, esto no fue por que si, es culpa de ella, estoy segura que ella mandó a atacarme.
-Nunca quise nada de esto - susurro tratando de llegar a la orilla.
Al salir veo una enorme piedra y me siento para apoyar mi espalda en ella.
Lloro nuevamente mientras la olas llegan hasta mis piernas luego se van..
Me duele el abdomen y mi rostro igual, por suerte no me rompieron la piel, no estoy sangrando, solo estoy golpeada.
No se por que demonios no me hice invisible, quizás el miedo no me dejó pensar.
-Zoey, diosa, ¿qué te pasó? - pregunta sujetando mi rostro y sus ojos me miran con ¿preocupación?
¿Por qué me mira de esa manera?
Se supone que debería estar lejos de mi.