Historia desarrollada en la habitación de Ismael
-Debo tener todo bien ordenado, el señor Ismael está apunto de llegar de su reunión. -Platicaba consigo misma una chica de nombre Eliz. -Seguro tendrá mucho trabajo, debo ayudarle en todo lo que pueda.
La habitación era muy amplia y siempre estaba ordenada gracias a Eliz quien desde hacía 17 años había sido la mano derecha de Ismael en su trabajo. Pasaba todos los días limpiando la habitación, ordenando, lavando los artefactos y sacudiendo todo.
Se dirigió a la mesa donde estaba la mayor parte del trabajo y comenzó a limpiar cuando se vio interrumpida por la llegada de Ismael.
-¡Hola buenos días!-Saludaba Eliz con voz muy dulce.-¿Qué tal estuvo su reunión?
-Buenos días jovencita. -Respondió Ismael mientras se acercaba a la mesa para continuar. -Lo único que quiero es terminar este maldito trabajo que me ha mantenido encerrado todos estos años.
-¿Acaso algo salió mal? -Su tono de voz era tan dulce que ayudaba demasiado a la moral.
-Todo está saliendo mal pequeña, ahora todos sus hombres están fuera buscando el elemento final pero yo se que es casi imposible encontrarlo.
-Podría yo ayudar a buscar. -Dijo Eliz muy participativa. -¿Qué es ese objeto?
-Gracias pequeña pero sabes bien que no puedes abandonar esta habitación.
-Es verdad... -Respondió con un tono de tristeza mientras se dirigió a una pequeña ventana en el rincón de la habitación. -Me gustaría mucho salir aunque sea una sola vez.
Ismael le puso más atención por ese comentario y la miró. -Pero no debes hacerlo, además no se que seria de mi si no estuvieras tu, desde hace 17 años que te abandonaron en esta casa haz sido mi única compañía. -Levantó la mirada al techo. -Y pensar que Lor quería deshacerse de ti. -Comenzó a realizar unos cortes en unos plásticos que estaban en la mesa. -Yo abogué para que no te dejara morir y él me dijo que entonces yo me hiciera cargo de ti, pero que no deberías causar molestias porque te sacaría de su casa.
-Si, yo entiendo que el señor Lor es bueno al dejarme vivir aquí y darme de comer, pero es solo que quisiera saber que hay allá. -Eliz miró a Ismael un poco más emocionada. -¿Tú has estado afuera?
-¡Claro que si! -Dijo mientras recordaba. -Hace años cuando llegué solía caminar por las calles del pueblo, compraba algo de pan y me quedaba sentado en una banca cerca de la iglesia. -Seguía platicando mientras colocaba unas piezas con gran delicadeza. -Pero hace tiempo que ya no, este trabajo me tiene esclavizado, en verdad que es fabuloso para mi carrera pero a veces me pregunto si valdrá la pena.
-Por lo menos tú sabes hacer algo, yo no y ayudándote es la única manera de sentirme útil.
-Pequeña. -Ismael la miró con ternura. -Eres muy joven y ya eres una señorita quizás debas buscar tu destino en otro lado. -La tomó de la mano. -Habla con Lor, pídele que te deje ir, que quieres conocer el mundo afuera.
-¡Sí, eso haré! -No creo que se niegue ahora que estamos apunto de terminar el trabajo. -Eliz salió muy emocionada de la habitación pensando en todo lo que vería afuera, mientras tanto Ismael solo la observó como poniendo sus esperanzas de libertad en ella. El daba por hecho que moriría en esa habitación.
Se quedó observando por unos minutos cada mueble, cada rincón, cada parte de esa habitación que había sido su hogar por 17 años.
En ella había un par de camas separadas por una línea de tabla roca, había un sofá, un par de roperos, un librero y por supuesto la mesa de trabajo. Las paredes cafés, sin ventanas, solo los cuadros evitaban una vista simple en ese lugar.
Historia desarrollada en la habitación de Lor
Lor caminaba desesperadamente por la habitación de un lado a otro y sin bajar los brazos de la cabeza, sentía desesperación al no poder buscar él mismo ese corazón y teniendo en cuenta que estaba solo en la habitación el estrés era mayor. Ezequiel había salido con todos los hombres a buscar el corazón y Helen estaba afuera.
Su irritable situación se vió interrumpida por una voz muy dulce.-¡Buenos días señor! -Era Eliz quien se mostraba cordial. -Me permite pasar.
-Adelante niña. -La miró Lor muy profundamente. -Necesito compañía.
-No quiero molestarlo mucho, solo vengo a pedirle un favor.
-Pero siéntate por favor. -Aun la miraba profundamente sin descansar. -Haz crecido mucho querida Eliz, pero cuéntame, ¿Qué favor puedo hacerte yo?
-Estuve platicando con Ismael.
-¿Acerca de cómo terminar el trabajo me imagino? -Interrumpió Lor brucamente. -¿Tienes alguna idea?
-No señor. -Dijo Eliz apenada por su negativa. -Mi motivo no es sobre el trabajo.
-Entonces ¿Qué es? -Preguntó un poco irritado. -¿Qué más puede interesarte que mi sanación?
El vampiro se sentó y comenzó a observar para intimidarla, claro estaba que aún conserva su esencia de ser oscuro.
-Quiero pedirle que me deje salir de su casa, quisiera ir a ver el pueblo, conocer a la gente, tener una vida diferente.
-¿Pero qué dices? -Se exaltó inmediatamente. -¡Si aquí tienes todo lo que puedas pedir, eres una desagradecida, planeas abandonarme después que por mi estas viva y tienes donde vivir!
-No señor, yo le agradezco...
-Entonces a qué viene eso. -Interrumpió Lor. -Tú deber es aquí ayudándole a Ismael, no voy a permitir que te vallas. -Se levantó de su asiento con esfuerzo. -¡Lárgate de aquí!
Eliz rompió en llanto y salió corriendo hacia su habitación dejando al vampiro nuevamente solo, pero él al verla salir, toco su pecho en la posición de su corazón y después tomó con ambas manos su cabeza, algo raro había sentido.
Historia desarrollada en la habitación de Ismael
El silencio estaba presente en esta habitación, Ismael concentrado en reforzar su trabajo, no hacia mas que pensar y concentrarse en su trabajo, pero Eliz llegó corriendo a la habitación y con gran llanto abrazó a Ismael.
-No me permitió irme, dice que tengo que ayudarte a terminar el trabajo.
-¡Hay niña! No puedo verte llorar ni mucho menos que se vea desperdiciada tu vida aquí como la mía. -Tomó una mochila. -Toma, estas son tus cosas- Trataba de evitar mirar a Eliz. -Tú eres más que una amiga para mi por eso quiero tu felicidad, yo sabía que el vampiro no te dejaría así que planee tu escape, usarás la puerta que yo usaba para salir a pasear esta justo debajo de esta habitación y aprovecharemos que nadie la vigila porque todos están buscando el artefacto final del trabajo, así que anda no pierdas tiempo.
-Gracias, pero ¿No te meterás en problemas?
-El trabajo está por finalizar el no me dirá nada, anda no quiero despedirme vete ya.
Eliz bajó las escaleras de aquella habitación acompañada de Ismael quien abrió la puerta lo menos ruidoso posible y después de un abrazo ella se fue corriendo con una gran sonrisa y lágrimas de felicidad.
Historia desarrollada en la habitación de Lor
-Han pasado 10 minutos desde que mandé a llamar a Ismael para un asunto muy urgente, ¿Por qué no viene? -Gritaba con mucha prepotencia.
Ismael controlando la respiración entró en la habitación para alegría del vampiro.
-Calma, estoy aquí ya.
-Pasa mi querido amigo.-Dijo contento, parecía otro completamente.-Dime algo, ¿Buscamos un corazón puro verdad?
-Si señor, así es.
-¿Qué posibilidad hay que en el estado en que me encuentro, sea capaz de sentir un corazón puro humano?
-Todas las posibilidades. -Dijo sin dudar pero algo desconcertado. -A pesar que te hiciste viejo y débil tienes la esencia de vampiro, esa naturaleza para elegir bien a la víctima y por ende saber quien tiene un corazón puro.
-¡Entonces querido amigo lo he encontrado!
-¿Qué?, ¿Dónde? -Preguntó contagiándose de esa felicidad.
Lor se levantó muy emocionado y se acercó a él, mandó a llamar a un par de hombres más. -Tu asistente, esa niña estuvo aquí y desde que entró lo sentí en ella pero quise saber si mis instintos aún funcionaban, pero ahora que sé que es verdad. -Se dirigió a sus hombres. -¡Pronto traigan a esa niña, se los pedí hace varios minutos!
-Ya fue mi compañero señor, pero al regresar de su habitación me dijo que no está ahí. -Hablaba con un poco de temor el guardia.
-¿Cómo que no está? -Volteó a ver a Ismael. -¿Dónde está ella?
-Bueno yo... -tartamudeo un poco. -La he dejado ir.
-¡Estúpido! -Lo golpeó tan fuerte que lo dejó en el suelo. -¿Cómo pudiste hacer eso? -Dirigió la palabra a sus hombres- ¡Rápido vayan por ella, no debe estar lejos!
Los hombres restantes salieron en busca de la pequeña Eliz, mientras tanto Lor esperaba emocionado consciente que no podía salir el mismo, dió la vuelta y decidió esperar. Mientras tanto Ismael se reponía y se levantaba poco a poco tocándose el ojo izquierdo que aún le sangraba y salió de la habitación para no sufrir otro ataque del vampiro.