El caos en mí casa me esperaba y lo sabía perfectamente bien, en ese momento solo lo dejé en segundo plato si me castigaban y me encerraban con llave tendría la dicha de haber estado con semejante hombre. Tomo de mi cabello y devoró mis labios como el mejor manjar del mundo, sus besos eran apasionados y ardientes apenas y podía respirar. Comenzó a desabrochar mi camisa mientras me miraba a los ojos; esos ojos me llevaban a mis pensamientos más perversos. Sonreí y bese su cuello, le di pequeñas mordidas mientras bajaba, besos y mordidas. Caí al suelo de rodilla mientras sonreía perversamente. —Eres una diablilla— me dijo mientras yo sacaba su m*****o del pantalón, lo metí a mi boca mientras el gemía de placer, lo vi cerrar los ojos mientras su cabeza caía hacia tras, pase mi lengua en to

