—¿De que te ríes cariño? — pregunto la madre, Isa no se había percatado de que sus labios formaban una enorme sonrisa.
—¡Oh! De nada mamá — su sonrisa se borro rápidamente su cara se volvió pálida, tantos ojos hacia ella comenzó a sudar frío.
—¿estas bien? ¿tu cara esta pálida? —pregunto su amiga
—si todo bien, solo estoy cansada — Isa se levantó de la mesa excusándose que iría a descansar, por su puesto todos sabían que ella se iría a perder en uno de sus libros.
—No te desveles mucho — dijo su madre limpiando la mesa — mañana tienes que estudiar.
Claudia se levantó de la mesa y siguió a su amiga hacia la habitación, Isa se tiro boca abajo mientras dejaba salir un gemido.
—Cuéntame— Isa se acomodó y negó con la cabeza — anda no seas malita — Claudia comenzó a ser un puchero — po
